lunes, 15 de febrero de 2010

EL HOMBRE DE LA CAJA

Seguimos con manga, porque recientemente también me he leído The Box Man, de Imiri Sakabashira, en la edición que acaba de hacer en inglés Drawn & Quarterly. Pocas horas después de leerlo me enteraba de que Apa-Apa va a publicar en España Travel, de Yuichi Yokoyama, uno de los tebeos más fascinantes que he tenido la suerte de leer los últimos años, y la conexión entre ambos la he establecido de forma natural.
Como Travel, The Box Man también es un manga de vanguardia basado en el movimiento. La sensación de desplazarse es continua a medida que uno avanza por sus páginas, siguiendo la opaca odisea del piloto de la vespa, el hombre de la caja. Ahora bien, donde Yokoyama es geométrico, terso y deshumanizado, casi alienígena, Sakabashira es orgánico, amorfo y físico, muy terrenal. En cierto sentido, recuerda más a Gary Panter que a su compatriota. Casi nada.
En contra de la mayoría de los cómics de corte surrealista que se disuelven en un estallido gráfico sin conclusión satisfactoria, The Box Man tiene una antimoraleja que cierra con humor la epopeya. Lo cual uno no sabe si es irónico o doblemente irónico (y por tanto, deja de serlo).
Los espíritus aventureros no deberían perdérselo. Es improbable que nadie lo saque por aquí (¿me estáis leyendo, Apa-Apa?), pero en todo caso la barrera lingüística no debería disuadir a nadie de conseguir la edición de Drawn & Quarterly si siente mucha impaciencia, porque la historieta es muda en un 95%.

11 comentarios:

Toni Mascaró dijo...

jajaja

Hola Santiago!

Es de lo más marciano que he podido leer en siglos. Tenemos pensada una línea de tebeos orientales, pero tiempo al tiempo. :)

el tio berni dijo...

Lo leí hace poquito y me gustó mucho. Totalmente marciano, como dice Faulkner Jr, menuda locura que tuvieron que ser las páginas de Garo en aquella época y qué bien que por aquí empezamos a ver cosillas de aquellas.

La parte central del libro, con la "lucha libre" (libre en todos los sentidos) es de antología.

Jeune Albert dijo...

Lo de Travel es una cosa especial.
Me lo he "leído" un par de veces, y las dos he acabado como mareado y con una sensación curiosa de inquietud despues de ver a tantos personajes mirándote impertérritos.
alienigena es una expresión muy acertada.
Así que habrá que leer The box man"

Santiago García dijo...

Ayer precisamente le dejé "Travel" a un amigo y también utilizó el verbo leer así, entre comillas. Y yo le dije que bueno, que no hay por qué decirlo con retintín. Para mí eso es leer, aunque no haya letras. (O, en el caso de "Travel", estén todas al final).

Al margen de esto, lo que me está haciendo pensar ver que tanta gente tiene ya "Travel" en versión americana es que este tipo de lanzamientos lo tienen muy difícil para prosperar en España. Primero, porque el cómic más rarito siempre tiene un público menor, en España y en todas partes, eso está claro. Pero también, porque aquí, como no confiamos demasiado en que lleguen a publicarse esas cosas, los pocos centenares de aficionados a esas rarezas nos las compramos directamente en inglés o francés. Al final, cuando se publica en España, los 200 que formamos su público potencial ya lo tenemos comprado fuera.

En fin, ya sé que es una reflexión un poco patatera. Podéis hacer como que no la habéis leído.

Jeune Albert dijo...

De hecho la primera vez no ví las notas así que fue imagen pura, pero tienes razón eso es leer. Es que quería reforzar la sensación de nueva experiencia que se tiene (al menos yo) al leer esta obra.

En cuanto a lo del tema editorial desde luego no es nada fácil editar obras como estas, pero yo sí conozco bastante gente que no siguiendo el panorama del cómic al día sí se compra por ejemplo las recomendaciones del RDL y esperan a
la edición española. Así que mucho animo Faulkner y Apa Apa.
Y nosotros podemos regalarla...

Santiago García dijo...

Sí, sí, coincido contigo en lo de la sensación de "nueva experiencia" que tienes al leer este libro. O sea, no éste que estamos comentando (The Box Man), sino el otro (Travel), el de Yokoyama.

En cuanto a lo otro que decía de los compradores, imagino que en realidad los que nos animamos a pedir estas cosas a ciegas por internet somos un puñadito muy pequeño, y que mucha más gente se animará a comprarlo cuando lo vea con sus propios ojos en las librerías.

Además, como bien dices, siempre podemos regalarlo. Y lo que no dices (pero también es verdad) es que muchos somos tan frikis que nos acabamos comprando también la edición española. Porque sí. Por tenerla.

(Espero que con esto ya hayas respirado, Faulkner Jr.) ;)

Toni Mascaró dijo...

Regaladlo por favor. Que suficiente miedo y caca tengo ya :)

Al final lo raro será comercial! Esto lo deciden los medios ^_^

Jeune Albert dijo...

Con muhos meses de retraso me he leído "The Box man" y la palabra que me viene a la mente es inquietante, no sólo por la parte central con las escenas de "lucha libre-snuff monstruoso",sino también por todo el viaje alucinado por la ciudad, si es que puede aplicarse ese calificativo.
Como en travel la falta de palabras hace más lejana la narración, sólo que en este caso este nos conduce hacia sensaciones de horror y desasosiego muy potentes (por lo menos en mi caso).

Santiago García dijo...

Inquietante, sí, y desasosegante. Estoy de acuerdo contigo, Jeune Albert. Y al mismo tiempo hipnótico y absorbente, como un accidente que uno no puede dejar de mirar...

Jeune Albert dijo...

Efectivamente, no quieres pero no puedes dejar de mirar, sobre todo me pasó en un par de escenas de la parte central.Lo que más me ha gustado es ese personaje mezcla de animalillo-molusco-sidekick que hace de testigo de toda la peripecia. El talento del autor es enorme porque cuando le abandona el box man sentí verdadera pena.
!No sabes cómo pero resulta que le has cogido cariño!
Por cierto, qué pena no haber podido verte en Valladolid(me fue totalmente imposible) y charlar de tu libro que me ha gustado mucho y con el que he aprendido un montón. A ver si en otra ocasión se logra.

Santiago García dijo...

Es cierto que consigue la emotividad prescindiendo completamente de la profundización psicológica y de las convenciones argumentales emotivas típicas. Lo que te hace pensar que la emotividad debe de estar en otra parte.

A mí también me hubiera gustado verte, Albertito. ¡Lo dejamos para la próxima!