lunes, 15 de febrero de 2010

NEGOCIOS SUCIOS

El negocio de los negocios 1. El dinero de invisible (Astiberri, 2010), de Denis Robert, Yan Lindingre y Laurent Astier es un tebeo sintomático de nuestros tiempos. Algo así no podría haber existido hace años. Es que era inconcebible.
Pero si los cómics fueran un medio de expresión normalizado, donde tuviera cabida todo lo que representa nuestra sociedad, como siempre nos gusta soñar, cada mes se publicarían 25 libros como El negocio de los negocios. Mejores o peores, pero en esa línea.
La línea es periodismo de investigación sobre la corrupción financiera a escala europea. Por supuesto, desde una perspectiva francesa, porque Denis Robert es un periodista francés, pero el tema nos afecta a todos (¿no hablábamos hace un par de entradas de la internacionalización?). ¡Incluso sale Baltasar Garzón!
Las primeras páginas de El negocio de los negocios me desalentaron un poco. La impresión inicial era que me enfrentaba a una larguísima red de tramas políticas y económicas protagonizadas por personajes reales que desconocía o conocía muy poco, debido a su pertenencia a la política local francesa, y que allí no iba a haber forma de enterarse. Pero como una sinfonía ruidosa que empieza en pleno fragor y luego se va armonizando, al poco El negocio de los negocios se aclara y se hace comprensible primero, fácil de seguir después, y completamente adictivo por fin. El acierto es dejar en segundo plano el detalle de las tramas (que se exponen más bien a grandes rasgos) y centrarse en el propio Robert como personaje-narrador de la historia, en su día a día familiar y profesional.
Decía que un tebeo así no era concebible antes porque El negocio de los negocios no pide excusas ni se adscribe a géneros. No tiene nada que ver con, por ejemplo, la biografía de Sarkozy que se publicó hace unos años y que era de evidente intención satírica. Este libro, sin embargo, no parece consciente de ser un cómic. Ignora demasiadas convenciones propias de la historieta en su empeño por contar de la mejor manera posible lo que tiene que contar. La consecuencia es, por supuesto, que acaba saliendo un libro que probablemente se haga árido para los lectores habituales de cómics, y que no sabemos si podrá llegar al público general, debido a que le falta un tema local concreto que sirva de reclamo, que es como funcionan estos best-sellers de investigación periodística. Lo primero que piensa uno después de leer este Los negocios de los negocios es que si alguien engatusara para hacer algo así a un Javier Cercas, igual se encontraba con un superéxito entre las manos.
El negocio de los negocios me ha parecido un excelente tebeo y he disfrutado mucho de su lectura, pero al final me ha dejado un regustillo amargo. No sólo por lo que cuenta, que también (porque aunque vivamos en el "planeta cómic", el mundo real sigue ahí fuera y todos lo estamos sufriendo) sino porque me ha hecho echar de menos tantas cosas que no tenemos en las librerías de cómics.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No te preocupes, que el mundillo esta en crecimiento.