jueves, 6 de septiembre de 2012

CUATRO TÍTULOS


Pasé el verano en España y aproveché, lógicamente, para ponerme al día dentro de lo posible con las novedades editoriales del mundo del cómic. Las librerías españolas son de una riqueza peculiar: en ellas se puede encontrar lo mejor de Oriente y de Occidente, lo mejor de las dos orillas del Atlántico, y lo mejor de varias generaciones de autores españoles que están influidos por las tradiciones más dispares. Ahora, seamos sinceros: después de seis meses, tampoco me encontré con tantísimos títulos imprescindibles. Pero eso sí, entre lo mejor que me encontré, me encontré con cuatro libros sensacionales. Cuatro libros que ya les gustaría poder leer a los americanos.

Mi intención era dedicar a cada uno de esos libros la atención requerida y escribir a fondo sobre ellos, pero luego pasa lo que pasa: uno tiene otras cosas que hacer y lo va posponiendo, y llega el día de volverse a América y no lo has hecho. Me los hubiera traído aquí, no ya para prolongar la posibilidad de escribir esos textos merecidos, sino simplemente para tenerlos cerca, para mantenerme en contacto físico con ellos, que es un fetichismo que tengo con los cómics que me gustan mucho, pero al final las limitaciones de peso de las compañías aéreas te hacen entrar en razón y dejarlos en Madrid.

Como me da mucha rabia que estos cuatro títulos queden sin mención en Mandorla, he recurrido a esta entrada para dejar al menos constancia de mi adoración por ellos. Diréis que no tienen nada que ver unos con otros. Así es, afortunadamente. Pero sí tienen un punto en común: son geniales. No geniales en el sentido de «chupi-guay», sino geniales en cuanto que son productos del genio individual de cuatro autores que tienen la cabeza hecha de otra manera, que nos hacen ver cosas que nosotros nunca imaginaríamos. Que valen de verdad la pena, en resumidas cuentas. En fin, sólo cuatro líneas apresuradas, una llamada de atención sobre estas cuatro joyas:

REPRODUCCIÓN POR MITOSIS (EdT), de Shintaro Kago. Probablemente ningún libro de Kago vuelva a impresionarnos como éste primero. Descubrirlo es abrirse a una visión tan completamente desconcertante que gran parte del impacto procede del efecto de la primera impresión. Eso no quiere decir que Kago sea simplemente un autor impresionante, sus historietas tienen un trabajo de reflexión enorme detrás, tanto que casi parecen ejercicios de estudio para un curso avanzado de metafísica de la historieta. Se suele pensar que existen dos vertientes claramente diferenciadas en Kago: la del autor de historietas experimentales de formalismo avanzado y la del autor de escatología extrema. Reproducción por mitosis demuestra que no es así, sino que más bien Kago está embarcado en un proyecto de descubrimiento de los orígenes materiales de la existencia física y espiritual, de la realidad y de la ficción, en la página y en lo orgánico, en el trazo y en lo abyecto. Creo que descubrí a Kago gracias a el Tío Berni de entrecomics, y en su página web podéis encontrar multitud de entradas referidas a este dibujante japonés. Además, una reseña de Reproducción por mitosis a cargo del Tío Berni, y otra en The Watcher and the Tower.

NO CAMBIES NUNCA (Astiberri), de David Sánchez. Este libro lo había leído en pantalla, pero tenerlo en papel en las manos es otra cosa. Lo hace más real, más auténtico, más analógico, que es algo que conviene a los tebeos de David, que parecen obra de una tecnología arcaica y sin embargo, en cierto sentido, más sabia que la actual. Su primer libro, Tú me has matado, fue una gran sorpresa que le hizo llevarse el premio al autor revelación en el Salón de Barcelona en 2011, pero No cambies nunca es mucho mejor. Más personal, más original, más arriesgado, más valiente. La forma de trabajar de David es fascinante, porque se basa en un contraste agudo entre la imagen y la narración. David utiliza como lenguaje gráfico la línea clara, en la más estricta tradición de Hergé-Burns-Jason. Es un lenguaje que se basa en la revelación total de lo que está incluido en el cuadro, en la viñeta. Todo lo que aparezca dentro del marco tiene que ser estrictamente dibujado, sin disimulo, sombreado ni difuminado alguno. La línea clara es, en realidad, una hipervisión. Pero la forma de escribir de David es completamente opuesta a la revelación total de la línea clara, y se basa precisamente en la ocultación (o manipulación) de elementos clave de la historia. Así que podríamos decir que de lo que nos cuenta David, nos lo cuenta todo, nos da todos los detalles. Pero hay detalles que no vemos en la claridad de sus imágenes, y hay relaciones que no entendemos de forma obvia entre esos detalles. No queda claro si lo suyo es una reivindicación de la claridad narrativa o una crítica a la misma. Durante una conversación en Madrid este pasado verano, me reveló que hay dos viñetas que dan la clave para interpretar el sentido exacto de No cambies nunca. Sólo hay que fijarse un poco para descubrir cuáles son. No es que eso sea necesario para disfrutar completamente del libro, que gracias a su cualidad enigmática se hace infinitamente releíble. En una reseña que escribí para Rockdelux llamé a lo que hace lo pulcro nauseabundo. La podéis leer aquí. Otra reseña, en entrecomics, a cargo de Gerardo Vilches. También: una entrevista con David Sánchez y la presentación en directo de Tú me has matado en Madrid.

HUMOR CRISTIANO (Caramba), de Alberto González Vázquez. Creo que no me equivoco si digo que no había leído nunca un libro como éste. Lo maravilloso de editoriales como Caramba es que nos plantean libros de cómic que están hechos por gente que no tiene nada que ver con el cómic, y que por lo tanto vienen con sus propias ideas de cómo puede ser y funcionar este medio. Y no es que yo esté en contra de la tradición del cómic, obviamente, pero sí es cierto que este mundillo ha sido y sigue siendo demasiado endogámico, y que es extraordinariamente resistente a la introducción de ideas nuevas o heterodoxas. De eso es de lo que está lleno Humor cristiano, de ideas nuevas y heterodoxas, de formas nuevas de pensar la representación. Por ejemplo, depurando la fotografía en la línea (el resultado final recuerda en cierta manera a lo que hace Neil Dvorak), lo que equivale a hacer un estricto trabajo de abstracción analítica, que es en realidad lo que hacen también los guiones de González Vázquez. También está lleno de un humor que a veces resulta tan inhumano como su propia apariencia visual. Hay algo hasta desagradable en el humor de González Vázquez, antídoto contra el exceso de sentimentalismo almibarado y las buenas intenciones prefabricadas que en la actualidad se celebran de forma automática en todos los ámbitos. Pero ese humor desagradable, sardónico y hasta hiriente estimula nuestro organismo de forma sana porque, básicamente, posee una cualidad redentora: el talento, un talento insultantemente soberbio. Historietas como la de los vampiros (o los andaluces), la de Obama hablando a la cámara, la del regalito de Echanove o la de la última cena han entrado directamente en mi mitología personal a golpe de carcajada. La chispa de la vida, sí señor. Reseña de Humor cristiano, en entrecomics, a cargo de Gerardo Vilches.

SILVIO JOSÉ, FARAÓN (Astiberri), de Paco Alcázar. En general, no solemos dar demasiada importancia a lo que hacen en El Jueves. Por mil razones que darían para discutir en varios congresos, tendemos a pasar por alto sus paginas, incluso aunque adoremos a algunos de sus autores. En parte, tal vez sea por el fenómeno de acumulación que produce toda serie. En cuanto han salido dos libros de una serie, ya es como si cada nueva entrega fuera sólo «otra más» de algo que ya conocemos. Y Silvio José, Faraón es la segunda entrega de la serie Silvio José, el buen parásito, de Paco Alcázar (la primera, Silvio José, Emperador, la publicó El Jueves, mientras que esta segunda ha corrido a cargo de Astiberri, lo cual me hace pensar que tal vez sea el propio El Jueves quien en primer lugar no valora demasiado lo que hacen sus autores). Centrándonos: Silvio José, Faraón es un absorbente despliegue de imaginación que te traslada a un mundo propio que, sin embargo, es fascinantemente parecido al mundo en el que vivimos. Lo que practica Paco Alcázar viene a ser el esperpento, en su más grotesca expresión, y me resulta pasmoso que un autor que parece tan poco interesado en lo que sucede a su alrededor esté haciendo, sin embargo, una de las crónicas más fidedignas y precisas de la sociedad española contemporánea. Cada página de Silvio José, Faraón es una verdadera novela gráfica comprimida, una farsa completa que conecta en algún punto con personajes y situaciones de nuestro mundo con la misma exactitud con la que lo hacían las series clásicas de Bruguera. O probablemente con más. El efecto crece a medida que uno va leyendo páginas y se acumula una inercia imparable que le hace desear que el volumen fuera infinito. Es algo singular que prefiramos vivir en el esperpento que en la realidad. Supongo que es porque, al fin y al cabo, en el esperpento hay unas reglas. Y sin duda, es a esas reglas, a esa ley del zoológico, a la que queremos acogernos para imponer cierto orden en nuestro caos cotidiano. Paco Alcázar también ha publicado este año otro libro muy recomendable: La industria de los sueños. Además: entrevista con Paco Alcázar.

[La foto que ilustra el post es cortesía de Manuel Bartual].

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