jueves, 27 de enero de 2011

FAUVES


Hace poco escribía que 2010 ha sido un año fructífero para las vacas sagradas del cómic de autor norteamericano, y está muy bien que los Hernandez, Clowes, Seth y demás sigan produciendo su obra, pero también está muy bien que el horizonte del cómic estadounidense se extienda más allá de estos nombres ya venerables. En otras esferas, próximas pero al mismo tiempo claramente distinguibles, se producen movimientos muy distintos, tal vez incluso más extremos y potentes. Estos últimos meses han coincidido tres libros a los que me cuesta no relacionar en un posible horizonte del cómic artístico contemporáneo: Prison Pit 2 (Fantagraphics), de Johnny Ryan; If 'n Oof (Picture Box), de Brian Chippendale; y Powr Mastrs 3 (Picture Box), de CF.

Del primer tomo de Prison Pit ya hablamos en Mandorla, y este segundo es tal vez más extremo todavía que el primero. No es que yo sea superfan de Johnny Ryan, pero Prison Pit me provoca un entusiasmo primitivo. La historia sigue siendo la misma: el brutal protagonista ha sido arrojado a un planeta-prisión y allí se ve obligado a luchar por la supervivencia contra una legión de supercriminales, criaturas bestiales y parásitos repugnantes. Hostia va, hostia viene y un empeño decidido por llegar a los límites de lo abyecto con todo tipo de ocurrencias en las áreas de mutilación, corrupción y defecación. Muy estimulante, ya digo, y hecho con la convicción con la que un niño precoz y algo trastornado dibujaría su propia aventura privada de Mazinger Z. Sin inhibiciones. De hecho, hay algo privado y exhibicionista en esta especie de burda odisea de acción y ciencia-ficción, este torneo de lucha libre elevado a la magnitud cósmica de una riña en los váteres de un prostíbulo espacial.


Con toda su informalidad, el Johnny Ryan de Prison Pit resulta convencional cuando se pone al lado de If 'n Oof, la última producción de Brian Chippendale, esa criatura surgida de algún remolino interdimensional que vino a aterrizar detrás de la batería de un grupo de rock con un puñado de hojas desiguales y un lápiz despuntado en las manos. Chippendale ha hecho un par de libros extraordinarios (o sea, fuera de todo orden) y extremadamente herméticos (Ninja y Maggots, éste último probablemente sea uno de los cómics más opacos jamás publicados), y en ese sentido podemos decir que If 'n Oof es su trabajo más accesible. La narración resulta más o menos sencilla de seguir, pues sus 650 páginas están ocupadas cada una por una viñeta (salvo en algunas ocasiones, en que una viñeta doble cubre dos páginas enfrentadas, como precisamente en el ejemplo que he traído aquí de muestra), por lo que al lector se le exime de deambular por los laberintos narrativos que planteaban sus obras anteriores, donde había que leer en zigzag, o siguiendo otros caminos que uno debía de descubrir sobre la marcha, y que el ojo no está acostumbrado a transitar. Quizás lo más parecido a If 'n Oof que uno pueda recordar es Gary Panter, no sólo por su agobiante vocación de extender un caos gráfico minuciosamente saturado por cada rincón del papel, sino porque, al igual que en las inaventuras de Jimbo, en este caso también seguimos (de lejos) las andanzas de dos personajes de tebeos perdidos en una especie de apocalipsis pueril.


También como una fantasía difusa se presenta Powr Mastrs, de CF, que es, para mí, el gran tebeo de nuestros días, y más aún después de leer su tercera entrega. CF comparte con Ryan y Chippendale ese placer infantil por el juego del dibujo, por la imaginación desnuda exhibiéndose sobre el papel, pero añade un talento innato para el dibujo y para concebir imágenes singulares que le sitúa entre los grandes. Su indescifrable saga de «Nueva China» se saborea episódicamente, o mejor aún, escena por escena, dejándose llevar por los ritmos visuales de cada cadena de viñetas. Resistirse a su seducción con esquemas de cabeza-cuadrada que busquen una lógica, un significado o, peor aún, una interpretación al espectáculo del dibujo vivo que se está desarrollando ante nuestros ojos, sólo puede producir lesiones irreparables en un cerebro que sin duda ya está demasiado maleado. En este tercer volumen, CF se muestra más elegante que nunca, esparce un aroma europeo que parece venir directamente las hedonistas páginas de Peellaert o Crepax y hace que este tebeo nos parezca todavía más un sueño erótico delicado, inescrutable y vivo dibujado por un salvaje sofisticado. Quién sabe si con Powr Mastrs CF no estará dibujando una nueva Justine en código para el siglo XXI. O XXII. Sospecho que él mismo no lo sabe.

CF, Ryan y Chippendale son brillantes representantes de un cómic contemporáneo infectado por el arte, pero infectado por un arte que suena rabioso y urgente como una vieja canción punk de cuarenta segundos. Eso sí, una de Wire, es decir, de gritos intelectuales. A los tres les une el desprecio por el oficio convencional y la reutilización de la ciencia ficción y la fantasía en modos y contextos casi inéditos en la historia del cómic. Sus tebeos podrían ser los que dibujaran tres niños tumbados en el suelo de la cocina toda la tarde, llenando cuaderno tras cuaderno, ocupando hojas sueltas, algunas de ellas impresas, sin que eso importe, porque encima del logo de la carnicería también se puede dibujar. Está ahí, pero resulta invisible a nuestros ojos cuando lo tapa la fantasía. Eso explica los diseños de página aborbotonados de Chippendale, y también la importancia que tiene que los libros de estos autores parezcan «objetos reales», hechos a mano, únicos, con una entidad material intransferible, al menos en el caso de los publicados por Picture Box.

Como sé que probablemente no haya sido capaz de explicar con palabras lo que quería decir, os dejo con Lightning Bolt, que el propio Chippendale explica todo esto de forma mucho más elocuente.

17 comentarios:

el tio berni dijo...

Impresionante Powr Mastrs. Es algo así como si se reinventara la fantasía de toda la vida de elfos y dragones pero en la clave moderna de la novela gráfica, saltándose a la torera todos los clichés... incluso el del argumento. Como dices, la gracia está en disfrutar cada secuencia, como la del coche metamórfico o la de la chica de pelo afro pasando de habitación en habitación. Tiene un aire también a los Nuevos Dioses de Kirby, con esos personajes extravagantes y poderosos, sus intrigas, las ideas locas apuntadas y nunca desarrolladas, los gadgets tecnológicos. Lo de Pellaert y Crepax no lo había visto, pero sí, es verdad que desde el primer número hay un erotismo muy perverso.

Y el dibujo, ¡el dibujo, por dios! No se puede ser más elegante e imaginativo y a la vez dar esa sensación de precipitación que da el lápiz sin tinta de CF. Da la sensación de estar haciendo dibujos en los márgenes del libro de texto durante la clase de matemáticas, lo cual supongo que enlaza con lo que tú comentas de los niños dibujando cuadernos.

¿He conseguido ya escribir un comentario más largo que la reseña? ¿Hay un premio o algo?

Manel Fontdevila dijo...

El "conceto" de la página de CF me recuerda al "Viaje" de Yokohama, uno de mis tebeos favoritos desde que lo leí el pasado año. Supongo que no será así,pero lo buscaré, a ver qué tal...

Pepo Pérez dijo...

Tengo entendido que el cómic debe siempre "contar una historia", debe "narrar algo"... que el cómic "siempre es narrativo"... Ah, ¿que no?

(sí, Manel, yo también veo algo que une a Powr Mastrs con Viaje, ESE TEBEAZO del 2010 español)

Pepo Pérez dijo...

el cómic debe estar hecho siempre de "buenas historias"...

(perdonad la ironía, ya lo dejo)

Santiago García dijo...

No quiero que os llaméis a engaño. Claro que se podrían buscar relaciones entre Powr Mastrs y Viaje, pero así a simple vista... pues yo diría que no, que son sabores diferentes. Lo digo para que no vayáis buscando una cosa y os decepcionéis al encontrar otra.

Pepo Pérez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Pepo Pérez dijo...

sí, sí, era una forma de hablar... Mis Pwr Mastrs están en camino, sólo he visto algo a través de ti, y ya sabes que me fascinó...

TEBEOBIEN dijo...

supongo que lo de 'viaje' es inevitable, por el dibujo y tal, claro...
hombre tiene una pinta que da miedo, sí. por lo que contáis y tal, yo lo engancho con esa corriente de revisitación de los géneros, no? como el 'unclothed man' de shaw, o el 'dragon quest' de daly. y el 'prison pit', claro.
pero es normal, hay un par de generaciones (del 78, 79, en adelante) que ha disfrutado con los géneros, y no renuncia a ellos, pero claro, los interpretan como les sale de los cojones.

Santiago García dijo...

La verdad es que cuando pienso en "revisitación de los géneros", pienso en los títulos que has mencionado y también en cosas como The Death Ray de Clowes o la obra completa de Richard Sala, por ejemplo. Y Powr Mastrs me parece algo completamente distinto, más personal y menos relacionado con el género tradicional. Perdonad que no sea más claro, pero es un tebeo muy difícil de describir (ésa es la gracia que tiene) y que todavía estoy asimilando.

De todos modos, Pablo, ¿qué es eso de que hay un par de generaciones del 78, 79 y en adelante que han disfrutado de los géneros. Yo soy del 68 y me he tragado (y disfrutado) más género que cualquier chaval del 78...

TEBEOBIEN dijo...

sí, sí, es que he ido follado y no me he expresado con claridad... supongo que es la poca vergüenza, la falta de respeto al canon (hablamos de tebeos, claro). eso no lo he visto en muchos autores más mayores. no digo que no los haya, pero sí creo que los jóvenes cachorros vienen con menos prejuicios.
creo. sobre 'dungeon quest' estoy just now preparando post, a ver si me explico ahí un poco mejor.

Santiago García dijo...

OK, eso es cierto y lo veo muy aplicable por ejemplo al Prison Pit de Ryan (y también al Dungeon Quest). Es gente que trabaja sobre el género para hacer otra cosa. Con CF, sin embargo, lo último que me viene a la cabeza es la palabra "trabajar", todo parece juego, placer. La sensación es que la cosa es producto de un visionario, de un iluminado, no de alguien que revise nada. (Intento ir concretando...)

TEBEOBIEN dijo...

a ver si se lo choriceo al pepo cuando lo lea, jojo.
claro, es que a primera vista parece eso, una CF (ciencia-ficción, jojo) rarilla.

Anónimo dijo...

Una pregunta, ¿es más "erótico" el Power Mastrs 3 que los dos anteriores? A mi el 1 y el 2 también me parecieron algo similar a un sueño pero de lo irreal que era todo no me dieron la sensación de algo erótico. Gracias

Santiago García dijo...

Bueno, lo del erotismo es algo muy personal, y los sueños eróticos no siempre lo son explícitamente, que es un poco a lo que me refiero en el caso de Powr Mastrs. Si te refieres a escenas más objetivamente eróticas, en el tomo 3 sí que hay algunos momentos bondage (y a todo color). Pero en los dos primeros creo que también había algunas escenas bastantes obvias (toda la secuencia de la inseminación, por ejemplo).

TEBEOBIEN dijo...

por cierto!
como le mete el chippendale a la batera, no?

Little Nemo's Kat dijo...

¡¡Chippendale es el anticristo de las viñetas percusivas!! Tengo los dos tebeos en la mesilla; cuando me los lea recuento afinidades. Gran post, don Santiago ;)

Jesús Cossio dijo...

EXcelente post, recién lo leo, revisando tu blog. Brian Chippendale es quizá el dibujante que más me fascina en este momento y Lightning Bolt es mi banda favorita desde hace un par de años. El término "primitivismo cósmico" me parece apropiado y calza muy bien con lo lúdico del asunto. Es una tendencia del cómic que yo recomiendo mucho ahora, asi que a ver si copio el link de esta nota en mi FB

saludos