martes, 14 de diciembre de 2010

MEXIMANGA


Y mientas tanto, ¿qué es del manga en México? Como en todas partes, aquí también ha causado un gran impacto (no podía ser menos en un país tan poblado y con una población juvenil tan elevada), pero ahora mismo no se publica prácticamente nada (Vid parece que abandona el cómic japonés). Al menos de manera oficial. Si uno se acerca a sitios tan peculiares como la «Plaza del manga», también conocida como «Plaza friki», una galería comercial que está sobre Eje Central, cerca de Bellas Artes, dedicada al anime, los videojuegos y el cómic, se puede encontrar una cantidad de productos de todo tipo comparable (o tal vez superior) a la de cualquier salón del manga español. Pero eso sí, nada (o casi nada) con licencia. La economía sumergida es aquí mucho más que una fuente de ingresos alternativa.

Por descontado, existen en México dibujantes con veinte años de trayectoria haciendo meximanga, como Jorge Break, que prefiere denominar su trabajo como manganaco. Pero en la plaza del manga también te puedes comprar fancines de gente joven que tiene muy buenas maneras. Es el caso del excelente Épsilon, producido por unas chicas de Chihuahua que forman bajo el nombre de Studio XIII (Adriana de la Torre, América Irigoyen, Georgina Chacón y Alejandra Zúñiga) y las cuales, sinceramente, tienen un nivelazo propio de profesionales. Si yo fuera Hernán Migoya (no lo soy, no hagan caso de las habladurías) las ficharía inmediatamente para la línea Gaijin.

Es curioso cómo el manga ha generado una especie de «internacional» bajo la que se aglutinan chicos y chicas de todo el mundo que, sin importar su nacionalidad, raza o idioma, se identifican con unos rasgos constantes en cualquier continente. En Chihuahua, París o Sabadell se reproducen los mismos sueños de ojazos descomunales y guirnaldas de flores.


También en la plaza del manga conseguí un cómic que no puedo considerar propiamente manga, ni casi tampoco un fancine. Estilísticamente no tiene nada que ver con lo japonés, y materialmente podríamos describirlo como un comic book lujoso, casi tamaño revista, a todo color e impreso en papel de alto gramaje. De él sólo sé que sus autores son Serner (historia/guión) y Strider (arte/ilustración) y que Mexica, que así se llama, está publicado en Hidalgo por el «Centro de Arte y Filosofía». El cómic, que promete ser la primera entrega de una larga saga, empieza con un drama prehistórico entre dinosaurios para saltar inmediatamente a una lluvia de meteoritos y al conflicto espacial entre dos razas extraterrestres enfrentadas: los jaguares y las serpientes. Supongo que no es la primera vez que el cómic mexicano explota en clave de ciencia ficción la mitología azteca, pero en el caso presente el tratamiento gráfico y la narración son tan osados, tan brutales y tan descaradamente personales que a mí me han dejado deseando leer muchas más páginas de Mexica. Espero que las haya en el futuro y que esto no quede en un simple inicio sin continuidad.


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