Tenéis recopiladas más historietas de arte de las que hemos hecho Javier y yo en este post: Brunelleschi, cupulista.
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lunes, 29 de septiembre de 2014
VIDA Y MUERTE DE COLL, DIBUJANTE DE TEBEOS
Tenéis recopiladas más historietas de arte de las que hemos hecho Javier y yo en este post: Brunelleschi, cupulista.
sábado, 9 de junio de 2012
FELIZ ANIVERSARIO
Hace un año apareció ¡Caramba! 1. Lo que entonces parecía que iba a ser simplemente un fanzine más, ha acabado convirtiéndose en una de las editoriales más ilusionantes que han surgido en años en España. Manuel Bartual y Alba Diethelm, amigos míos y responsables de la iniciativa, decidieron no reeditar aquel ¡Caramba! 1, a pesar de agotar rápidamente la tirada, lo que ha hecho que el artefacto se convierta en uno de los mitos instantáneos más rápidos del cómic español contemporáneo. Para celebrar el aniversario de la ocasión, los carambolos han decidido regalar aquel ¡Caramba! 1 a todo el que lo quiera. En formato digital, claro. En ese número Javier Olivares y yo publicamos una historieta dedicada al gran historietista del TBO Josep Coll. Quien tenga interés por hacerse con el objeto, ahora desmaterializado, que se pase por el siguiente enlance.
¡Caramba! 1 GRATIS.
¡Caramba! 1 GRATIS.
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lunes, 13 de junio de 2011
¡CARAMBA CON COLL!

Antes que nada, debo decir que ¡Caramba! es algo más que una publicación. Enfundado en una bolsa de plástico, está lleno de pequeñas sorpresas y demuestra un cariño artesanal por el producto que hace que uno tenga la sensación de que el ejemplar que tiene entre las manos es único. Falso, porque el mío está numerado, y porque la primera edición, de hecho, se agotó a las pocas horas de ponerse a la venta. Afortunadamente para los más rezagados, parece que todavía quedan ejemplares de la segunda.
Yendo a la sustancia de la publicación en sí, debo decir que en este caso la galería de autores no equivale, en contra de lo que pasa en otras ocasiones cuando se junta una constelación, a trabajos hechos apresuradamente para cumplir con el compromiso y ya está. Los dibujantes de cómics tienen algo de suicida que hace que, con cierta frecuencia, cuando reciben un encargo bien remunerado para alguna gran empresa lo resuelvan de forma un poco dudosa, y sin embargo cuando les piden una colaboración gratuita, como es el caso, se dejen los cuernos por agradar. Tal vez sea la presión de los pares, quién sabe, pero el caso es que en ¡Caramba! hay peña que se lo ha currado mucho, empezando por el autor de la portada, Albert Monteys, y continuando por López Rubiño, que ha rellenado el interior de la sobrecubierta con una de mis piezas favoritas, un desplegable alucinante sobre «La mecánica del humor». Hay cosas muy brillantes en este ¡Caramba!, como la historieta «Humor=Tragedia+tiempo» que se han marcado Raúl Minchinela y Puño o «El néctar», de Paco Alcázar (qué sorpresa que Alcázar sea brillante, ¿eh?). Y hay dos piezas que a mí me han parecido completamente geniales y que justifican por sí solas la existencia de ¡Caramba!: «La verdadera historia de Jaimito», de Joan Cornellá, un dibujante que está creciendo a pasos agigantados, y la historieta sobre Lepe de Carlos de Diego, que es ahora mismo el Mejor Dibujante Desconocido de este país. Veremos por cuánto tiempo.
Respecto a mi propia participación, he tenido el privilegio una vez más de colaborar con Javier Olivares, lo cual, podéis creerme, le pone las cosas muy fácil a cualquier guionista de cómics. El Consejo de Redacción Editorial de ¡Caramba! nos propuso que hiciéramos una historieta sobre un dibujante de humor imaginario, en la línea de la serie de historietas sobre arte que Javier y yo hemos ido desperdigando por diversos sitios desde hace años. Nosotros pensamos que, ya puestos, podíamos hacerla de uno real, que muchos han tenido vidas lo bastante interesantes. Además, creo que Javier ya tiene cubierto su cupo de creación de dibujantes imaginarios para este año.
Josep Coll es uno de esos grandes dibujantes con una vida ejemplar. Sin entrar en grandes discusiones, diré que en mi cabeza (o tal vez en mi corazón), Coll es el mejor dibujante de cómics español de todos los tiempos. Por su limpieza, su originalidad, su sentido del espacio y del movimiento, por su capacidad para desarrollar una poética propia completamente inimitable y a la vez inagotable. Yo qué sé por qué. Cada vez que tengo una página de Coll delante de los ojos, me quedo atrapado por su anchura y su profundidad, por su elasticidad y su ligereza. Y la vida de Coll representa, en muchos aspectos, la odisea del dibujante de cómics español de antes y, en cierta medida, de hoy, y quién sabe si de mañana. Depende de cómo lo mires. Ahora que estamos entrando en una fase autorreflexiva de la historia del cómic y ya tenemos nuestras novelas gráficas sobre la escuela Bruguera (El invierno del dibujante, de Paco Roca) y sobre las agencias de los 60-70 (Los profesionales, de Carlos Giménez), tal vez sea el momento de irse planteando una sobre Benejam, Urda, Blanco, Coll y las demás figuras del TBO. Quizás estas páginas sirvan como primera piedra para eso.
El caso es que Javier y yo decidimos hacer una de nuestras historietas de arte, protagonizada por Coll, y que esa historieta se inspirara para su forma en las páginas del mismo Coll. Originalmente la pensamos como una historieta de cuatro páginas que siguieran de forma más o menos fiel uno de los esquemas habituales y repetitivos de Coll, pero el formato de ¡Caramba! hizo más aconsejable que desdobláramos cada página en dos, lo cual no resultaba traumático debido a que todas las viñetas tenían el mismo tamaño. Como suele ser habitual, Javier fue aplicando una serie de recursos gráficos que yo no había imaginado al empezar a trabajar en la historieta, y el resultado final lo tienen ustedes en las páginas de la publicación. Aquí dejo como muestra una de las páginas preparatorias de Javier.
En internet se pueden encontrar algunos sitios muy interesantes sobre Josep Coll, que además nos ayudaron con su documentación a resolver nuestra colaboración en ¡Caramba!. Algunas de ellas, que merece la pena visitar, son las siguientes:
En Mandorla ya hablamos de Coll, aquí:
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TBO
viernes, 21 de enero de 2011
EL HAMBRE (Y EL ARTE)

Hojeando la segunda entrega del coleccionable de TBO de Salvat, me encuentro con la historieta de Benejam que encabeza esta entrada y no puedo evitar imaginarla proyectada en una conferencia de algún avanzado investigador norteamericano en un congreso internacional de historia del arte (me cuesta más imaginarlo con uno de aquí). El profesor norteamericano, calvo, con gafas redonda metálicas, barba de tres días y chaqueta de pana, la utilizaría como ejemplo del trayecto seguido por el arte de la opulencia a la miseria en cuanto a valores necesarios para el reconocimiento (visítese, por ejemplo, la exposición temporal de Rubens que todavía está abierta en el Prado para entender exactamente la opulencia como valor artístico).
Pero como mi cabeza está dividida en viñetas, acabo pensando que sí, que es una bonita metáfora del mito del artista romántico, todavía vigente a nuestro pesar, pero que también podría ser una metáfora de la reacción de algunos aficionados al cómic de toda la vida ante el reciente (y creciente) reconocimiento que está trayendo la novela gráfica (perdón, el cómic) a los tebeos en nuestra sociedad.
O sea: cuando el hombrecillo estaba famélico y tenía un aspecto lamentable, todo bien. Ahora, si el señor empieza a engordar, mal.
Ni digo que no, oye. Sólo digo que me parece gracioso ver cómo lo cuenta Benejam en doce sencillas viñetas.
Sigo hojeando el mismo volumen y, apenas unas páginas después, me encuentro esta otra (¿otra?) historieta de Urda:

El hambre, sí, una cosa muy de tebeo.
O de novela gráfica.
Por cierto, hablando de este coleccionable de Salvat, creo que tras las dos primeras entregas me lo voy a saltar. La experiencia acumulativa del coleccionable de Bruguera del año pasado me hizo saltar las alarmas: no se puede meter tanto papel en casa a lo loco. Los filtros son cada vez más necesarios. Y la verdad es que las primeras entregas de este TBO parecen hechas un poco a lo loco. Nada que ver con el funesto Roberto Alcázar y Pedrín, desde luego. Aquí la presentación es excelente, con las páginas bien reproducidas, en blanco y negro o en su color original, en un papel adecuado y con el aderezo de unos textos introductorios siempre ponderados y necesarios de Antoni Guiral y otros. Pero, en resumidas cuentas, las historietas están amontonadas sin orden ni concierto, no se especifican épocas ni publicaciones originales, y la cosa viene a ser como cualquier otra de las innumerables recopilaciones de material de TBO que venimos recibiendo desde hace muchos años. Quizás sea que IDW y Fantagraphics me han vuelto muy caprichoso con sus reediciones de clásicos norteamericanos, pero para mí esto ya no es suficiente. Y es una lástima, porque en los archivos del TBO hay un tesoro de dibujantes como Blanco, Benejam, Urda o Muntañola (qué fascinación sentía de niño por su Josechu el vasco, a quien consideraba por entonces el único superhéroe español), sino que se encuentra, sobre todo, la gran colección de Coll, a quien considero el mejor dibujante de cómics de la historia de España (sí, incluido Vázquez). Mi admiración por Coll ha ido creciendo con el paso de los años, hasta el punto de que cada una de sus páginas me parece hoy en día un extraño y valiosísimo prodigio de milagrosa concepción. Coll es, tal vez, el historietista más original que hemos tenido nunca. Sus perlas están desperdigadas (con generosidad, eso sí) a lo largo de estos volúmenes. Si alguien no lo conoce, entonces sí que tiene un motivo justificado para acercarse a este coleccionable. Os dejo con él al volante:
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