miércoles, 23 de noviembre de 2011

EN UN PAÍS DESCONOCIDO



Ayer hablaba del dibujo de Anders Nilsen como impulsor de su narración, y hoy hablo de otro autor que pone el dibujo en el centro de su obra, porque probablemente nadie haya transformado tanto el cómic moderno a partir del dibujo como Gary Panter. Hace unos días escribí sobre dos libros de Yuichi Yokoyama que compré en el puesto de Picturebox en la SPX. Junto a ellos, también me llevé The Land Unknown, un volumen de Gary Panter que sirve como catálogo de una exposición celebrada en la Galerie Martel de París.

The Land Unknown reúne dibujos, bocetos, pinturas e historietas dispersas recogidas de toda la extensa carrera de Panter. Las historietas incluyen la tormenta de color de Zipper and Fluke (1993-94), la pesadilla punk Freaks' Amour (1980), inspirada por una novela de Tom De Haven (y lo más cercano estilísticamente al Panter que llegó a verse hace siglos en España, en La invasión de los Elvis Zombies), la tira cómica William & Percy (1979), las ocho páginas que dibujó para la serie Marvel de superhéroes Omega the Unknown (2007) y las tiras Smoke Wagon (2003).

Que consiguiera The Land Unknown al mismo tiempo que Baby Boom y Color Engineering de Yokoyama es una feliz coincidencia, porque hay muchos puntos de contacto entre la obra de Panter y la de Yokoyama, sobre todo con este último título. Ambos están en el límite entre el libro y el arte de galería; ambos llevan el mixed media a sus páginas, y de la misma manera que Yokoyama reproducía un cuadro con su soporte en Color Engineering, en The Land Unknown aparece no sólo el contenido de las libretas de apuntes de Panter, sino también el mismo objeto físico fotografiado. Otra asociación: en la búsqueda de referentes tradicionales para estos dos visionarios, a ambos se les ha asociado con Jack Kirby, quizás por la potencia cinética de sus páginas. En realidad, la relación que ambos guarden con Kirby -declarada en el caso de Panter, negada expresamente por Yokoyama- es la misma que habría entre Picasso y el arte ibero. Por otra parte, tanto Panter como Yokoyama sienten fascinación por el blanco y negro, esa inmediata traslación del producto espontáneo de la mano del artista a la mirada del lector, pero ambos han llevado hasta el límite las posibilidades del color cuando se han puesto a ello.

Probablemente no haya ningún artista vivo que haya sabido trasladar con la naturalidad de Panter la potencia bruta del tebeo clásico a un proyecto de vanguardia. Ni siquiera Jerry Moriarty. Admiro a Panter por cómo ha sabido internarse en un país desconocido utilizando un viejo ejemplar de Magnus como mapa.

En The Comics Journal, Matt Seneca hace una extensa e interesantísima entrevista a Panter en la que hablan entre otras cosas de este The Land Unknown. Leedla completa si podéis. Yo me limito a dejar aquí una frase. Cuando Seneca le pregunta si, dada la importancia que le da a la materialidad en su obra, le gustaría exponer sus páginas de cómic en una galería, la respuesta de Panter es:

«No, porque yo hago dibujos que son sólo dibujos, y que no pretenden contar historias. Y bueno, está bien, no pasa nada si no esos salen en libros. Pero esto (los cómics) tiene que estar en un libro. Es necesario que estés tumbado en la cama, sujetando ese pequeño objeto, y que lo leas».

1 comentario:

rayco dijo...

Ahí está la diferencia entre exponer para leer o exponer para vender. Panter vendío!