jueves, 3 de junio de 2010

UN MUNDO RARO

Pasar del panorama infantil de Al final a la odisea masoquista de Weathercraft (Fantagraphics, 2010), de Jim Woodring, resulta casi natural. Woodring y Brieva son maestros del dibujo orgánico y cerrado, de la viñeta clausurada, la textura rayada y la figuración carnosa. Woodring es uno de los pocos historietistas norteamericanos contemporáneos que, si no es un auténtico genio, cerca está de serlo. Precursor del cómic alternativo de los 80, precursor del surrealismo pop y precursor del cómic artístico de última hornada, se ha mantenido en un territorio propio y muy definido donde la palabra «surrealismo» no da licencia para tirar por la calle de enmedio, sino que por el contrario significa practicar una disciplina que abre un riguroso camino de exploración de la propia psique. En Woodring todo es extremadamente coherente y sólido, y diría incluso que es uno de los historietistas más realistas de los últimos años. Otra cosa es que queramos tantear el verdadero significado de ese realismo, porque, al fin y al cabo, ¿quién querría entender lo que puede ocultarse en las peripecias de un cerdo-hombre que es continuamente torturado por bufones rizomáticos hasta que alcanza la conciencia y la dignidad humanas para acabar perdiéndola siempre al final, indefectiblemente, y así caer en una humillación mayor que la que sufría cuando empezó?

Woodring no es muy conocido en España, pero su obra está al alcance de todo el mundo, porque no utiliza palabras, y su narración es clara y límpida. Este Weathercraft es una puerta de entrada a su trabajo tan brillante como cualquiera de sus títulos anteriores.

5 comentarios:

Jeune Albert dijo...

Me leí hace poco el "Portable Frank" y me entusiasmó. Lo más curioso es la proyección positiva que haces como lector en personajes con un diseño amable y simpático (me recordaba a los Don Mikis que leía en mi infancia funnie animals con guantes), aunque si analizas su comportamiento en la historia no tienen nada de simpático, incluso a veces la indiferencia que muestra Frank por ejemplo, es muy cruel.
Es algo parecido a lo que comentábamos que pasaba en The box man, o quizá me lo parece a mí porque los leí seguidos.
En todo caso Woodring me parece un fenómeno del estilo y de la narración.

Santiago García dijo...

Puede que sea por ese realismo del que hablaba, Jeune Albert, que provoca que te impliques aunque, como dices, el supuesto héroe, Frank, sea un personaje frío y distante, y el villano, el Hombre Cerdo, sea víctima de las mayores calamidades y tenga un aspecto desagradable.

Y además, todo recurriendo a personajillos típicos del cómic infantil de toda la vida, personajes que están diseñados para ser "tiernos", aunque aquí no lo sean.

Robur dijo...

Es curiso, porque precisamente el Joven Alberto es otro comic con una apariencia benigna y con una carga de crueldad acojonante.

Anónimo dijo...

Cojonudo, un tio especial

Anónimo dijo...

gracias x la recomendacion :))