Operación muerte merece algo mejor que lo que yo pueda darle en este blog, así que me limitaré a unas notas rápidas que no le hacen justicia antes de replegarme a mi cueva y seguir currando. Es una obra de denuncia de la guerra, sí, pero que está más cerca de Berlanga que de Kubrick (lo digo por si estáis pensando en Senderos de gloria), aunque bien pensado al final acaba más cerca de Kubrick que de Berlanga. O no. Probablemente acaba en otro lugar completamente distinto, que es 100% Mizuki. El caso es que sí, Mizuki nos cuenta el absurdo de la guerra, y nos lo cuenta de primera mano, que él lo vivió y nos asegura en un texto añadido que el noventa por ciento de lo que se ve en el libro es real. Pero no nos lo cuenta por la vía dramática, sino por la cómica. Por momentos -lo chusco de la situaciones y lo episódico de la narración- me recordaba a M.A.S.H., explotando ese humor ridículo que sólo se da en la guerra y que, reconozcámoslo, a veces hay que tener mucho estómago para aceptar. A partir del primer episodio, con las prostitutas que no dan abasto, cada situación es más cómica y, al mismo tiempo, más patética. Me acuerdo ahora mismo de la pesca con granadas de mano y de cómo acaba uno de los pescadores, por ejemplo. Mizuki se ríe de la muerte. Pero con cierta humildad, mientras recibe una bofetada por negarse a ir a buscar agua, y pasa hambre y tiene ganas de cagar y sueña con dejar de ser virgen antes de morir.
Mizuki no se las da de héroe, y cuando por fin se produce el desembarco enemigo que llevamos esperando durante todo el libro, el contraste entre el estilo seudofotográfico de las escenas bélicas y las caricaturas desdibujadas de los protagonistas nos recuerda que las personas de verdad nunca estamos a la altura de la épica de la historia.
Tal vez no como guerrero, señor Mizuki, pero como artista, usted está por encima de todo.
5 comentarios:
¡Estupendo!
Me lo compré el otro dia, y todavía no he empezado con él.
Nonnonba me gustó mucho.
¡Qué buena la comparación con Berlanga! No lo había pensado, pero hay mucho de ese humor negro maquillado que te entra, te entra, y al final funciona por acumulación. También me ha flipado, como comentas, lo caricaturesco de los personajes frente a los detallados escenarios. El efecto es muy potente, va mucho más allá del efecto más o menos similar que se busca en muchos tebeos de la línea clara.
Pues a ver qué te parece éste, David.
Alberto, es que yo creo que el efecto no tiene nada que ver con detallismo. En mi opinión no se trata de eso, sino de que esos dibujos remiten a fotografías, y la fotografía tiene un valor de huella, es la realidad. Lo que se ha fotografiado es lo que ha pasado. Y entonces en «Operación muerte» lo que sucede es que después de estarte riendo con los monigotes, te enfrentas de golpe con que «es real», y te impresiona.
Es un poco el problema que comentábamos en Valladolid con Altarriba, sobre la conveniencia o no de poner fotos en un cómic. No es "realismo", es "realidad".
Ostras Pedrín, este se me había pasado, no sé cómo. Por lo que contais, y como contais, compra obligada.
Ah, vale, vale, lo había pillado por el otro sentido, un poco como lo que hace en NonNonBa, de los fondos detallados y los personajes caricaturescos. Pero sí, ahora ya pillo lo que dices. Las fotografías al final de Maus y eso, la realidad dándote una hostia en la boca después de haber estilizado y desdramatizado el relato mediante la caricatura y la metáfora.
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