lunes, 15 de febrero de 2010

LOS FANTASMAS DE NUESTRA INFANCIA

Esto sí, esto es otra cosa. Me refiero a NonNonBa (Astiberri, 2010), de Shigeru Mizuki. Confieso que su Hitler (Glénat, 2009) todavía no me lo he acabado. No he sido capaz. De modo que recibí la bendecida NonNonBa con cierta precaución. Pero mis temores eran infundados. Éste es un pedazo de tebeo, de los que probablemente uno va a releer en el futuro.
De las tres autobiografías de mangakas que prácticamente han coincidido en nuestras librerías en el plazo de dos meses, Una vida errante, de Tatsumi, es la más ancha, pero NonNonba es la más profunda. Un zoo en invierno (Ponent Mon, 2009) es la injusta derrotada en esta improvisada competición que nos hemos montado aquí en las últimas semanas. No es lo bastante ancha ni lo bastante profunda, aunque sí es la más sentimental. Pero su sentimentalismo parece forzado y artificial al lado de la forma tan directa en que Mizuki aborda su propia infancia y el origen de sus obsesiones por los espíritus y por el dibujo. Bajo su aparente atonalidad hay una sustancia muy auténtica, y se percibe la vida misma de los recuerdos pegajosos de la infancia. En muchas escenas de NonNonba he sentido un recuerdo profundo que resonaba con el eco de mi propio pasado. Y ha sido raro, porque reconocía cosas que había olvidado. Y eso no te lo hacen todos los tebeos.
No me extiendo más, porque tengo que escribir un artículo para el ABCD sobre este trío de autobiografías japonesas, y no quiero quemarme en el blog. Además, podéis leer un par de reseñas de NonNonBa mucho más articuladas en la cárcel de papel y entrecomics.

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