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El primero es Los 12 trabajos de Hércules (Edicions de Ponent, 2010), de Miguel Calatayud el Magnífico. A todo lo que dije sobre Peter Petrake habría que añadir que ésta es una obra en cierta medida más señorial y sobria, aunque igualmente deslumbrante. Como decía, no voy a entrar en profundidad en el tema, sólo quiero mencionar la fascinación que me produce la rigurosa planitud del héroe perpetuamente de perfil, estático y a la vez en continua posición de avance hacia un bestiario de criaturas que parecen dibujadas con rayos X psicodélicos. Hay algo que es a la vez primitivo (en un sentido profundo) y moderno (como una cosa que siempre está por venir) en este Hércules monumental, insólito y a la vez sabio, una obra de genio y de oficio que sigue tan extraordinariamente vigente que mencionar que es una reedición histórica es casi lo que menos importa.
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