domingo, 2 de mayo de 2010

REVENGE OF THE NERDS

Hace unas semanas comenté que Invincible Iron Man era mi serie favorita de las que traduzco, y debo decir que la primera peli de Iron Man probablemente también sea mi película favorita de superhéroes. Así que las expectativas antes de ir a ver Iron Man 2 era encontrarme con un bodrio insoportable que me hiciera olvidar todo lo bueno que tenía la primera (así somos los forofos). Y bueno, sí, es cierto que Iron Man 2 es peor que la primera, pero ni mucho menos tan catastrófica como me temía.

La historia (que no el guión) es una mierda, eso que quede claro. No tiene fuerza, no tiene una dinámica propia, no tiene algo que te mantenga verdaderamente interesado durante todo el tiempo. La primera tampoco era una maravilla, pero era más cerrada, más completa, más eficaz. Más película. En Iron Man 2 me he quedado con la sensación de haber visto un remontaje de tres o cuatro episodios de una serie de televisión, más que una película de verdad. De hecho, la forma de iniciar la película revela una continuidad tan absoluta con la primera que es como si de partida renunciaran a un posible nuevo espectador.
Pero aunque el argumento flojea a ratos y hace que el interés decaiga, y aunque hay momentos y personajes tópicos del cine de Hollywood que te hacen bostezar nada más verlos (ejemplo, el trilladísimo Justin Hammer, que te da ganas de hacer zapping cada vez que aparece en pantalla), el mundo del Iron Man cinematográfico sigue molando, los detalles siguen molando y yo seguiría pagando una cierta cantidad de dinero sólo por ver un rato a Robert Downey Jr. haciendo de Tony Stark. Best casting ever!
Me ha hecho gracia que ésta sea tal vez la película más friki que se ha rodado nunca. ¿Dónde, si no, se puede hacer un chiste con una alusión a un superhéroe que no ha salido nunca en una película? Me refiero, claro, a la escena del escudo del Capitán América. En ese momento, y cuando comprendí que todas las chicas que habían venido al cine de «acompañantes» con nosotros los «entendidos» pillaban perfectamente el chiste, y sabían que aquél era el escudo del Capitán América, de quien nunca habían leído un tebeo ni por equivocación, me di cuenta de que, definitivamente, los frikis han triunfado y es el momento de reevaluar nuestros conceptos de lo bizarro, lo pulp, la serie B y lo mainstream. Bueno, ya me había dado cuenta con Perdidos, pero esto fue como la consagración. The Revenge of the nerds se ha consumado.
Diré por último que el gran triunfo de las pelis de Iron Man está en haber sabido descubrir al gran personaje arquetípico que había enterrado en el (a menudo maltratado) personaje del tebeo. Viendo las películas, entiendes qué es Iron Man: el gran héroe americano por excelencia (el capitalista que valora la iniciativa propia por encima de todo, el individualista, el rebelde, y, por supuesto, el triunfador), y el gran héroe contemporáneo por excelencia (antinostálgico, no vive en el pasado, pero ni siquiera en el presente, vive en el futuro, que es una esperanza constante, como un Edison o Tesla mítico de nuestros tiempos... pero que habita la pantalla de la vida pública en la era de la destrucción de la intimidad).
Este logro, que es fundamental para que un héroe conecte con el imaginario popular, lo consiguieron también las dos primeras películas de X-Men y de Spiderman, y no las lamentables Batman Begins y Superman Returns. Aunque los personajes de DC no deberían perder la esperanza: El caballero oscuro corregía muchos de los errores de su predecesora.
En fin, basta de frikismo para una mañana luminosa de domingo. Creo que con haber visto que Mickey Rourke no era el desastre que me esperaba, ya me he quedado más contento de lo que imaginaba.

3 comentarios:

David Muñoz dijo...

Hombre Santiago... tus "acompañantes" ya estarán un poquito adoctrinadillas... aunque sea por proximidad. Mi pareja no entendió nada. Se pensó que el escudo era yo qué sé... un cacharro raro, lo de los Vengadores le sonó a chino y lo que sale tras los créditos como si hubiera sido una lavadora cósmica, por decir algo. Y mira que a mí esas cosas me tocan la fibra sensible, pero la película me pareció un rollo. Se acaba y te quedas como estabas, todo lo que ocurre es anecdótico, no tiene ningún peso emocional, no importa. Bueno, por lo menos a mí no me importó. Tanto "blah, blah, blah" sobre políticas empresariales enfrentadas. Madre mía... Los amigos con los que fui la disfrutaron mucho, pero claro, aplaudieron al ver "la lavadora cósmica".

Santiago García dijo...

Ja ja, puede que sí, que me haya emocionado un poco con el frikismo, David. Pero vaya, creo que la película juega a eso, creo que entienden que ha llegado la hora de vender algo más que los superhéroes, ha llegado el momento de vender también el Universo Marvel, esa experiencia conjunta, y creo que esto es completamente nuevo, y es el triunfo de los frikis del que hablaba en el mensaje. Date cuenta de que el Capitán América ha salido en las noticias con su "muerte", ya no vivimos en la oscuridad de los 70, cuando los superhéroes eran realmente "raros". Y en la sesión a la que fui yo, cuando sale el escudo hubo una risita de entendimiento generalizada en la sala. Puede que el 50% de los presentes fuésemos frikis, pero creo que hace 25 años no habríamos sido tantos. De todos modos, ya te digo, no se trata de hacer encuestas para ver qué porcentaje de personas que asistieron al cine pueden responder diez preguntas sobre el Universo Marvel, sino de constatar que creo que hay una voluntad por parte de los productores de generalizar el fenómeno Universo Marvel, más allá de los efectos especiales y del atractivo de los personajes en sí.
Por otra parte, estoy de acuerdo en que la película es un rollo, creo que lo digo en el post. Y digo que es porque la historia es una mierda y no tiene ese peso emocional del que hablas y que en la primera le daba el proceso casi inevitable del origen, que en sí siempre es un viaje de descubrimiento. Pero lo que digo es que el mundo en que sucede la película y sus personajes (con Tony Stark a la cabeza) me sigue gustando mucho. Creo que ese déficit de historia y superávit de personajes tampoco ha sido casual, sino producto de una actitud deliberada por parte del director. Me baso en esta entrevista que he leído con Jon Favreau: http://www.wired.com/underwire/2010/04/jon-favreau-iron-man-2?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+wired%2Findex+%28Wired%3A+Index+3+%28Top+Stories+2%29%29
Por sus palabras, me da la impresión de que el hombre se considera más un director de actores que de blockbusters de acción, y que considera que en un tipo de megaespectáculo a lo Iron Man, el argumento es casi lo de menos, y sin embargo la baza de los personajes le puede dar un punto extra. Es probable que se le haya ido la mano en ese equilibrio y le haya quedado la cosa descompensada. Pero ya te digo, a mí todavía me moló ver a Tony y sus secundarios moviéndose por el escenario, aunque finalmente me pareciese un refrito de una serie de televisión.
De todos modos, como película Iron Man 2 no es muy buena, desde luego, pero como artefacto cultural me parece la hostia. Es una huella perfecta de nuestros días. Creo que da para muchas más discusiones y debates que la primera.

David Muñoz dijo...

Es verdad que las películas malas dan más de sí a veces que las buenas. Y sí, es cierto que existe esa voluntad de crear un universo Marvel cinematográfico... pero precisamente eso a mí me parece un error. Va a pasar como con los cómics, en vez de emocionarte que le pase algo interesante al superhéroe, lo que tiene que emocionarte es que pasas la página y resulta que... ¡el malo es otra vez el cráneo rojo (por poner un Ej.)... es la versión "friki" del cine pedante... sólo que los guiños sustituyen a las citas. Sólo que aquí para mucha gente esos guiños insisto en que creo que no significan nada.
Pensando en esto, a lo mejor la única historia interesante que permite cada superhéroe en el cine es la de su origen, plenitud previa a la decadencia y la decadencia en sí (los tres actos de toda la vida). Los pasos intermedios "saben" a serie de televisión. Y el ególatra de Favreu (¿para qué tanta escena de Happy Hogan? ¡si sale más que la Viuda negra y es un personaje "gag" sin trama propia!) mejor habría hecho en conservar a los guionistas de la primera... en cada escena de Justin Hammer me daban ganas de irme del cine. No sé cuantas veces explica el tío lo que quiere... que rollo.