miércoles, 11 de julio de 2012

PROFETA EN TIERRA EXTRAÑA


Tal vez a alguien le extrañara que en la entrada anterior mencionase una serie como Prophet dentro de los títulos que orbitan esta tendencia de lo primitivo cósmico. Al fin y al cabo, Prophet no es precisamente un minicómic ni un fanzine. Por el contrario, es una serie Image protagonizada por un personaje creado por Rob Liefeld en los años 90. Un personaje que no recuerdo haber leído nunca en su día, y del que no sabía absolutamente nada antes de empezar a leer el número 21, publicado hace unos meses. Ni falta que me hace. El nuevo Prophet pertenece a un impulso de relanzamiento del antiguo sello Extreme en el que se han entregado nombres y personajes a autores nuevos para que hagan con ellos lo que les dé la gana. No se trata de un reboot ni una versión alternativa ni nada parecido. A todos los efectos prácticos, Prophet 21 y los números que lo han continuado son una colección nueva con un personaje nuevo perfectamente accesible para lectores nuevos. Como yo.

Lo que me atrajo inmediatamente de Prophet fue el dibujo. La serie está escrita por Brandon Graham y dibujada por Simon Roy, y tiene un inequívoco aire indie, pero al mismo tiempo cierto tono de profesionalidad mainstream. O sea: se mueve en el terreno de los tebeos comerciales peculiares, esos tebeos que parecen dirigidos al público habitual de cómic pero que tienen una cierta personalidad distintiva. Eso se percibe a simple vista en el dibujo un tanto brusco pero muy potente de Roy, que inmediatamente le hace pensar a uno en un Corben basto, en un Métal Hurlant artesanal. Hay algo grandioso y a la vez rudimentario en sus viñetas.

Al leerlo, uno descubre que ese tono está también en las historias. Contada con suma economía narrativa, impulsada por textos de apoyo muy sobrios que ambientan más que describen, la odisea de este Prophet es la de un hombre que despierta en un mundo futuro extraño y poblado de criaturas inhumanas donde tiene que cumplir una misión. Para cumplir esa misión, Prophet viaja a través de una desolación poblada de monstruos y se enfrenta a diversas pruebas que van de lo escatológico a lo abyecto. Come cosas incomestibles, se aparea con seres repugnantes, sufre mutilaciones y reconstrucciones, y trabaja trasladando mierda caliente a paletadas, entre otras cosas. Todo esto sucede sin grandes explicaciones ni digresiones filosóficas o sentimentales. Es casi una historia de Conan (el Conan de John Milius, quiero decir) en un paisaje postapocalíptico.

Todo esto es, para mí, lo que claramente emparenta Prophet con el espíritu primitivo cósmico. El gusto por lo orgánico y su manipulación, y el telón de fondo de sucesos de alcance mitológico, con el héroe transitando por el paisaje del Génesis o del Apocalipsis, si es que se pueden distinguir el uno del otro.

Los tres primeros números (21-23) representan para mí el Prophet clásico, el de Graham y Roy. A partir del 24, la serie sufre el mal del cómic americano contemporáneo y empieza el baile de dibujantes, aunque mantiene a Graham al mando (incluso acreditando ocasionalmente a Roy como coguionista). Así, el 24 está dibujado por Farel Dalrymple (Omega el Desconocido), el 25 por Giannis Milonogiannis, y el 26 (último aparecido a la hora de escribir estas líneas) por el propio Brandon Graham. Estos episodios siguientes nos revelan que Prophet es en realidad la historia de una legión de clones que despiertan en el futuro para cumplir con su misión preprogramada. La serie mantiene el interés, pero sin Roy, algo se ha perdido. Es la diferencia, al parecer inevitable, entre el producto de gran editorial (por mucho que recurra a autores indies) y el tebeo que se mantiene al margen de ese circuito. En el segundo caso, la identidad entre autores y obras forma parte inseparable del paquete. En el primero, es una variable.

[Merece la pena mencionar también que desde el nº 22, todos los episodios llevan una historieta de complemento de autores diversos, y la última publicada está firmada por una Emma Ríos espléndida en guión y dibujo].

King City. Brandon Graham ha visto cómo se publicaba recientemente en España su tebeo más conocido. King City (DeBolsillo, 2012). Escrito y dibujado por el propio Graham, ha aparecido en nuestro país dividido en varios volúmenes (la edición americana es en un solo tomo y de tamaño bastante mayor). King City es una historia de ciencia-ficción moderna y juvenil, que a mí inevitablemente me recuerda un poco a Tekkon Kinkreet, la odisea urbana de Taiyo Matsumoto. De contornos borrosos, un poco como Prophet, veo difícil que King City se convierta en el nuevo Scott Pilgrim, como probablemente le gustaría a sus editores. Pero para quien sienta curiosidad, King City es una forma de descubrir un modelo de hacer cómic moderno entre lo personal y lo comercial, equidistante del producto más mainstream de las grandes editoriales y de los fanzines autopublicados.

5 comentarios:

Robur dijo...

En este caso la relación con los tebeos de Ciencia Ficción de los 80 es mucho mas directa, sin descontar el manga. La Ciencia Ficción sigue a tope en el manga y no solo en plan Space Opera mas aventurero sin con varios slice of life.

A mi me esta entreteniendo mucho Prophet, gracias por el aviso, tanto en lo visual (Simon Roy me gusta tambien mucho, pero los fill in han estado todos muy bien igualmente) y con Graham usando una narración omnisciente que casi no se ve en los comics.

King City me pareció divertida, a pesar de que el argumento se diluye al llegar el climax. Las referencias de Graham están más claras en esta en los muchisimos grafitis, juegos de palabras y guiños. Me sorprendió bastante que salga en España pq me parecía intraducible.

Para mi muchos autores de esta generación, en el caso de Graham con su grupete de Meathaus, tienen unas influencias que se salen de los comics comerciales USA, osea los superheroes, y que se manejan mas en lo audiovisual, de videojuegos a anime y dibujos animados tipo Ren y Stimpy, los juegos de rol y en comics casi mas los europeos y el manga

Santiago García dijo...

Cf europea de los 80 y manga, sí. Eso está ahí, muy claramente. Lo interesante para mí es que el resultado no es imitativo ni retro, es una cosa de ahora y con personalidad propia. O sea: no hay mimetismo, hay influencias asimiladas con naturalidad, y una generación nueva reinventando el escenario.

Una de las cosas que también me gusta de este Prophet son las viñetas en las que representan como en un diagrama las herramientas y armas que lleva el prota. En una entrevista le preguntaban a Graham por esto y decía que era algo que había tomado de los tebeos antiguos, como cuando te enseñaban lo que llevaba Batman en el cinturón utilitario. Y es verdad, pero también enlaza con una cierta tendencia a lo diagramático del cómic contemooráneo, algo que suele hacer gente como Chris Ware o Kevin Huizenga. Cuando alguien recoge tantos hilos tan dispersos y los entreteje para hacer su propia cosa, como si fuera lo más natural del mundo, entonces tengo la sensación de que está haciendo algo valioso, algo que te inspira.

J Calduch dijo...

"un Métal Hurlant artesanal", muy cierto, las pocas imágenes que pude ver me traían a eso, casi a un Moebius.

Y hay que decir que el tomo para probar esta muy bien de precio, no hay excusa:

http://www.bookdepository.com/Prophet-1-Brandon-Graham/9781607066118

Robur dijo...

Los dos son muy fans de Moebius en King city se nota mucho mas hay incluso referencias directas con algo no recuerdo que un cafe o un champu o uno de las miles de pintadas y graffitis que se llama Zrzak. Los dos son tambien canadienses, asi que las influencias del comic europeo son mas entendibles.

Robur dijo...

Arzak, con mis habilidades de tecleo que no exista un botón de editar en blogger es una tortura