miércoles, 21 de abril de 2010

SUBIDA DE BANDERA

Si has empezado a leer tebeos en los diez últimos años tal vez no lo sepas, pero Martí Riera es de LO MÁS GRANDE que hemos tenido por aquí. Recientemente me he concedido el regalo de releerme un par de sus títulos clave, y todavía estoy aturdido. Puede que más aturdido que cuando los leí por vez primera. Porque si Martí era enorme cuando salió, resulta que 25 años después es todavía mejor. Eso es rarísimo.
La relectura de Taxista (1984) ha sido físicamente agotadora, y la he disfrutado como si lo leyera por vez primera. Hay en ese tebeo monumental tantas cosas que no había visto y que ahora he descubierto como si fueran nuevas...
En su día, a Martí se le adjudicó la etiqueta de «realismo sucio» -él mismo echó mano de ella-, pero nada hay más alejado del realismo sucio, limpio o de cualquier otro tipo que Taxista: en realidad, es un cuento de hadas amoral y salvaje. Y no es que lo disimule demasiado: los personajes se llaman Barbero de Sevilla, Sastrecillo Valiente, Papá Querido, Mamá Querida... ¡Taxista Cuatroplazas! El héroe es algo más que un taxista, es el taxista, de forma esencial, casi patológica.
Taxista avanza con una dinámica de folletín, encadenando escenas con una lógica propia puramente visual, una inercia de la acción que en el día de hoy me recuerda a los japoneses desquiciados como Yokoyama o Sakabashira. Al igual que las obras de estos, Taxista también es un viaje vertiginoso y sensorial, pero si en Yokoyama había una óptica posthumana, en Martí lo que se nos muestra es una ética subhumana. Hay una risa sórdida en el fondo de ese cruel mundo robado a navajazos a Chester Gould que da verdadero miedo. O risa nerviosa. Es lo grotesco, profundamente esperpéntico, profundamente español.
La sabiduría (probablemente instintiva) de Martí para mezclar los préstamos de Dick Tracy con lo propio, con lo local, y la capacidad para reconvertir los estereotipos del tebeo tradicional en una historieta completamente adulta, sin concesiones, le hacen completamente moderno. Esto podría hacerse ahora y nadie se extrañaría. O tal vez no. Tal vez esto no podría hacerse ahora, y nos extrañaría de que se publicase. Quizás sea demasiado irracional y ofensivo para aceptarse en los tiempos en que hemos sacado los tebeos del arroyo y los estamos secando en el vestíbulo del gran baile de la sociedad.
Taxista 2 rebaja el nivel. El argumento se vuelve más sofisticado. El golpe se adorna con tanta floritura que finalmente resulta menos violento. Pero la primera parte de Taxista sigue resultando de una intensidad límite, y creo que probablemente pueda ser el mejor cómic publicado en nuestro país desde la Transición.
Hace poco me releí también Doctor Vertigo (1989), que en su día me dejó turulato y fue, tal vez, el gran testamento artístico de Martí. Doctor Vertigo es una empanada de cuidado donde se mezclan la simbología, la psicología, la crítica social y el autoanálisis, todo con una fuerza y un descaro tan arrolladores por parte de su autor que yo, personalmente, he necesitado estos 20 años para empezar a asimilarlo. Cosas que en su día parecían errores o vulgaridades resulta que son hallazgos que sólo ahora la novela gráfica de vanguardia empieza a incorporar. Diagramas, descripciones, iconos, cosificaciones, rupturas de la voz narrativa... un mejunje brutal que a veces parece adelantarse a cosas que nos han asombrado cuando se las hemos visto a Chris Ware. Qué cojones, el Martí de Taxista y Doctor Vertigo se mea en Chris Ware y en media docena más como él que se le pongan delante. Así de bueno era. Y lo sigue siendo.

10 comentarios:

Álvaro Pons dijo...

Martí es de los grandes y su Dr. Vértigo un monumento de la historieta avanzado a su tiempo.
¿Has visto la continuación de Taxista en LA CRUDA?

Santiago García dijo...

Sí, pero me dejó desconcertado porque eran sólo seis páginas de las once que aparecieron publicadas en 2007 en el «Calvario Hills» que sacó Fantagraphics. Y además remontadas. Esto supongo que se debe a necesidades del peculiar formato de La Cruda, pero lo que no entiendo es por qué no publicaron todas las páginas.

Que yo sepa aquello de «Calvario Hills» es lo último nuevo que se ha visto de Martí, ¿sabes si ha salido alguna otra cosa después? ¿De «Taxista 3» hay algo más que esas 11 páginas?

Por cierto, me parece gracioso que Martí publicara en su día en «Raw» y ahora publique en «La Cruda».

Álvaro Pons dijo...

Raw/LA Cruda jejeje... es verdad!

No, en principio creo que es lo mismo que, en teoría, se continuaría...
Pero creo que no hay nada más que alguna página suelta...

absence dijo...

Una cosa de Martí que me dejó estupefacto en su momento fue cuando se anuncó su muerte en las páginas de El Víbora. Me tragué el fake y luego lo vi en el Saló. Me descolocó mucho.

el tio berni dijo...

Me ha gustado eso de "ética subhumana" para describir a la fauna de taxista, sí señor.

Que yo sepa, desde Calvario Hills no hay nada nuevo de Martí, y ya me jode, ya. Yo, cuando me imagino a Martí dibujando sus páginas, me lo imagio febril y sudoroso. Porque es lo que luego transmiten.

Santiago García dijo...

Ja ja, está claro que Martí es el dibujante de cómics español sobre el que más leyendas han circulado y circulan, absence. Y todas peligrosas. Es algo así como una mezcla de Lou Reed y el tío Vázquez. Por eso no es de extrañar que nos lo imaginemos febril y sudoroso, tío berni.

Manel Fontdevila dijo...

Cierto, el fake de su muerte aún lo recuerdo, tengo que reconocer que me lo tragué también a lo largo y a lo ancho. Incluso recuerdo la nota, un par de números más tarde, de Onliyú en el Comecomix ("Atención, ¡MARTÍ NO HA MUERTO!"), que demostraría que Absence y un servidor no fuímos los únicos pardillos...

absence dijo...

A ver si localizo en qué número de El Víbora salió y lo escaneo.

Jaume Vaquer dijo...

Martí siempre ha sido un autor de lo más potente, incluso en sus obras "menores".
Y sí, un personaje.
Hacedle contar cómo vivió el 23-F, si tenéis ocasión...

rubencin dijo...

Recuerdo que me compré el taxista hará 12 o 13 años y cuando lo leia vi imagenes que tenia en el subcosciente desde hacia años (La madre colgalda del reves y esos ojos vacios ...).Supongo que un Vibora caeria en mis manos cuando era demasiado pequeño para comprender esas imágenes tan terrorificas y se quedaron por ahí agazapadas .Leer este comic fué agotador realmente y creo que no lo he vuelto a cojer desde entonces .