martes, 3 de noviembre de 2009

LOS BROS ADVENTURE NUMBER 3


25 horas de avión dan para mucho, sobre todo si no te duermes. A cambio, puedes optar por el placer de leer a 10.000 metros de altura, que es algo que uno no hace todos los días. Como quería asegurarme de tener buena compañía entre las nubes, metí en el equipaje de mano el nº 2 de Love and Rockets: New Stories, el volumen 3 de la cabecera de los hermanos Hernandez.

La verdad es que el número 1 me había decepcionado un poco, sobre todo por la aportación de Jaime, que publicaba las dos primeras partes de una historieta titulada "Ti-Girls Adventure Number 34". En este número 2 aparecen los dos capítulos con los que concluye la cosa, que haacabado ocupando cerca de 100 páginas. O lo que es lo mismo, el equivalente a cuatro comic books de Jaime dibujando aventuras de superheroínas. ¡Jaime y superheroínas! Fantástico, ¿no? Pues, por mucho que yo quería, esta segunda entrega tampoco consiguió entusiasmarme demasiado. Y digo que yo quería porque a pocos historietistas admiro más que a Jaime Hernandez, a quien no pongo por debajo de nadie. Pero tengo la sensación de que esta "Aventura número 34" no le ha funcionado del todo.

Jaime toma a Angel, la amiga de Maggie, y la junta con su vecina Alarma y con otro nutrido grupo de superheroínas (entre las que se encuentra una tragicómica Penny Century que por fin ha cumplido el sueño de su vida de conseguir superpoderes) y las lanza a una odisea cósmico-costumbrista donde el detalle humano tan propio de Jaime se mezcla con la alegoría psicológica tan propia de los superhéroes de toda la vida. La cosa vendría a ser como una aventura de los Vengadores de Stan Lee y Jack Kirby protagonizada por una pandilla de superlocas. No se trata de superhéroes deconstruidos, o reconstruidos desde un punto de vista original o nuevo, son más bien superhéroes criados en el caldo de cultivo de la historia y el folklore de los superhéroes clásicos. Superhéroes sobre superhéroes, superhéroes tradicionales. Y de hecho, la resolución -en la que interviene de forma decisiva Maggie- está íntimamente ligada con el mismo hecho de leer tebeos de superhéroes.

Todo está tan exquisitamente desarrollado como se puede esperar de un maestro de las viñetas en plena madurez como es Jaime, que sabe combinar el humor con el drama en la misma viñeta y que es capaz de dibujar exactamente lo que quiere, como quiere y cuando quiere. No es que sea correcto, es que por momentos es hasta brillante. Pero por algún motivo, algo falla. El terreno intermedio entre tomárselo en serio y tomárselo con distancia irónica -aunque evidentemente respetuosa- acaba siendo plano y un poco estéril. Y más de una vez, siguiendo las apocalípticas genealogías superheroicas creadas por Jaime para la ocasión, yo me quedaba preguntándome a dónde llevaba todo esto. Algo parecido a lo que me pasó con la lectura del número 1 de Strange Tales, el tebeo de Marvel hecho por autores alternativos que salió hace unos meses. Bueno, en realidad, con Strange Tales no cabía duda alguna. No iba a ningún sitio, ni falta que le hacía. Las historias cortas se disfrutaban y consumían en sí mismas, y no pedían ninguna continuación. Pero aquí estamos hablando de Don Jaime Hernandez y de 100 paginazas que ha estado dibujando durante dos o tres años. Dos o tres años de vida historietística de Jaime Hernandez son demasiado valiosos para desperdiciarlos. ¿Ha merecido la pena este "Ti-Girl Adventure Number 34"? Ahora mismo no me lo parece, aunque es posible que dentro de un año me lo relea, me parezca maravilloso y me meta corriendo en mi cuenta de blogger a borrar este post y sustituirlo por otro en el que exalto sus virtudes. No sería la primera vez... O sea, sí sería la primera vez que hago eso en un blog, quiero decir que no sería la primera vez que cambio de opinión, ejem.

Sobre Jaime pesa una sospecha desde hace tiempo. Después de 25 años contando las historias de Maggie y Hopey, ¿es capaz de contar otra cosa? No es que sea necesario, por supuesto, pero ese apego a una sola historia es inaudito en el mundo del cómic alternativo. Parece más propio de un autor de tira de prensa clásica, de esos que se pasaban toda su vida con una sola serie. Y bien, por mi parte no hay problema en que Jaime se pase toda su vida (y la mía, si es posible), contándonos las peripecias de Maggie y Hopey. Pero no podemos evitar pensar: ¿llegará algún día el agotamiento? ¿Si un día no quedan historias que contar de las locas, qué nos va a contar Jaime?

Frente a la estabilidad temática y formal de Jaime, Beto lleva unos años demostrando que él es el hermano loco. Su aportación a Love and Rockets: New Stories 2 entronca con la disparidad de historietas que está firmando últimamente, con especial incidencia en lo surrealista y lo casi abstracto. En este Love and Rockets, además de "Sad Girl", otro más de sus relatos entrecortados protagonizados por una jovencita hipermamaria sometida al encuentro con un mundo raro, hay una larga historieta sin palabras de contenido onírico, "Hypnotwist", que parece continuar estéticamente de "?", incluida en el número 1. Beto lleva mucho tiempo intentando sacudirse el polvo del camino de Palomar, buscando salidas y ensayando maniobras. A veces da el golpe y a veces le estalla el petardo en la cara, pero su inquietud es un verdadero estímulo. Y cuando un autor de talento se arriesga, suele dar en el blanco más veces de las que yerra. Las novelas gráficas que está publicando últimamente -y que son muy próximas en tono e intenciones a lo que ha salido en los dos primeros Love and Rockets- son, como mínimo, fascinantes. La Cúpula acaba de publicar una, Hablando del diablo, que pertenece a su serie de "películas imaginarias" de Fritz, donde resoba los tópicos del cine setentero de exploitation. O, al menos, esa es la intención expresa y declarada de Beto, aunque en realidad estas películas de papel parecen más inspiradas por el cine de arte y ensayo de aquella década. Me refiero a aquellas películas incomprensibles con tetas, música psicodélica, moteros, drogas y un asesinato en una playa que a veces ponían incluso en alguno de los dos únicos canales de la televisión pública de entonces, la de la Transición. El caso es que Beto ha decidido hacer trash de autor, y creo que en ese empeño hay algo de buscar lo indescifrable que transmiten los productos infames de lo que hablaba hace unas semanas, cuando comenté Eclipso.

Acabo de recordar que hace tiempo escribí un texto sobre Los Bros para el ABCD, y creo que éste es el momento para recuperarlo.

(Otra visión de Hablando del diablo en La cárcel de papel).

4 comentarios:

Álvaro Pons dijo...

Además de ese cambio de paradigma filosófico en los argumentos de Beto (del vitalismo del realismo mágico al pesimismo vital), hay un aspecto de estas "películas imaginarias" que me parece todavía más atractivo: el delirio experimental en el que está sumergido Beto. Una experimentación formal no en lo estético, sino en un aspecto poco explorado por los dibujantes (que circunscriben la experimentación a estilo y composición): la estructura de la narración. Tanto "Una oportunidad en el infierno" como "Hablando con el diablo" juegan con estructuras de construcción narrativa radicalmente distintas, con un Beto grande, muy grande.

(Y genial Eclipso... por cierto :) )

elpablo dijo...

'beto ha decidido hacer trash de autor'
bravorl, creo que eso lo resume. a mi 'una oportunidad en el infierno' me paresió sactamente eso, era como si la troma hubiera contratao a un buñuel terminal. dicho esto, me paresió un mojón de pico, la nueva no la he leío.

eso sí, las tetazas, como nadie!
(parese que sólo me manifiesto aquí cuando salen tetas, pero vamos, que lo leo todo atentamente, jojo).

Santiago García dijo...

Álvaro, estoy de acuerdo en que en lo que más está trabajando Beto es en esa experimentación invisible con la estructura del relato. Y mi impresión es que lo que está intentando, sobre todo, es huir del guión. Beto se hizo famoso como un historietista "literario" y me parece que está buscando nuevos horizontes dejándose llevar por el poder del dibujo.

Lo que no veo tan claro es eso del cambio de planteamiento hacia cierto pesimismo. Yo pienso en Tonantzin, en "Human Diastrophism", en "Río Veneno", y mi impresión es que Palomar siempre ha sido una mundo oscuro y desesperanzado.

elpablo, lo de Buñuel en la Troma creo que lo define perfectamente, eso es lo que quería decir. A mí "Una oportunidad en el infierno" sí que me gustó, pero es verdad que estos tebeos que está haciendo Beto se sitúan en los límites de nuestras facultades críticas. Son tan raros y tan interpretables que dos personas distintas van a ver dos cosas completamente distintas, y a lo mejor cambian de opinión si se lo vuelven a leer. Que por otra parte, no me extrañaría que fuera eso lo que está buscando Beto. Bueno, eso y dibujar tías con tetas grandes, claro, tampoco lo vamos a negar.

Álvaro Pons dijo...

Es cierto que su mundo siempre ha sido desesperanzado, pero rezumando vida real. Sus personajes siempre han estado vivos, aunque su vida no fuera de felicidad y alegrías. Ese vitalismo al que me refiero no es "alegre" sino de vivir la vida ante todo y sobre todo, expresar la realidad de la vida.
Sin embargo, en estas últimas, veo un pesimismo terrible: ya no vale la pena vivir esa vida, por dura que sea.
Es una visión... Pero es cierto que Beto es el "Bros" más interpretable y ambiguo.. ¿quizás el más rico?