jueves, 4 de agosto de 2011

LITERATURA SUPERHEROICA 3: SOON I WILL BE INVINCIBLE


Si en It's Superman! se planteaba la posibilidad de utilizar al superhéroe como tema para una obra literaria seria, dos años después una novela como Soon I Will Be Invincible (2007), de Austin Grossman, se escribe desde parámetros completamente distintos. De golpe, hemos saltado de la Edad de Oro y el superhombre como arquetipo mitológico a, como poco, los años ochenta (lo que algunos llaman la Dark Age) y los superhéroes como protagonistas comunes de nuestra existencia cotidiana. Soon I Will Be Invincible no necesita trasladar a Superman a un entorno novelesco para convertirlo en literario, sino que más bien trae la literatura al comic book para crear una novela que, al final, es como la descripción en palabras de una saga de superhéroes. Por concretar, para aquellos de mis lectores que saben de lo que hablo: todo el tiempo tenía la sensación de estar leyendo alguna aventura de los Teen Titans de Marv Wolfman y George Pérez... pero sin dibujos.

No hay dibujos, pero la estructura de la narración, la forma de plantear las escenas, el comportamiento de los personajes y la manera de describir la acción remiten continuamente a los tebeos. Es como si alguien estuviera viendo las viñetas y nos contara con palabras lo que pasa. Y lo que pasa responde canónicamente a las convenciones del género en su formulación más mainstream. En Soon I Will Be Invincible asistimos a la fuga de un supervillano de largo historial -Doctor Impossible- y su persecución por parte de un grupo de superhéroes perfectamente identificados y reconocibles como tales desde el principio -The Champions-. Al contrario que en otros casos en los que los superhéroes han salido de las páginas de los tebeos, en éste el autor no siente la menor necesidad de justificar la existencia de los superhéroes, ni el impacto que producen en la sociedad, ni ninguna de las otras cuestiones que se plantean siempre que se mira a los superhéroes desde otro medio por primera vez. Queda claro, pues, que el lector que aborda Soon I Will Be Invincible es un lector que se introduce en sus páginas con la misma naturalidad con la que se introduciría entre las páginas de The Avengers #142 o Justice League of America #258. No hacen falta explicaciones previas, todos sabemos qué son los superhéroes, cómo son y cómo funcionan. Pasemos directamente a la acción.

Soon I Will Be Invincible tiene hallazgos. Hay dos narradores que se alternan. Uno de ellos es Fatale, una mujer cyborg que es la nueva recluta de los Champions, y, por tanto, el clásico recién llegado a través de cuyos ojos vamos descubriendo a los demás personajes y el mundo que habitan. El otro es el propio Doctor Impossible, en lo que sin duda resulta el recurso más brillante de la novela. ¿Cómo contar las cosas desde dentro de la cabeza del Doctor Muerte, de Magneto, del Cráneo Rojo? ¿Qué pasa por la mente de un supervillano con ansias de dominar el mundo? Grossman escribe con soltura y desparpajo, con un estilo moderno e irónico que hace que sus páginas pasen solas, y la voz del Doctor Impossible está continuamente punto de estallar en la comedia más desopilante.

Pero nunca acaba de hacerlo.

No lo hace, evidentemente, por decisión del autor, que no quiere que su novela se despeñe por el abismo de la parodia, de la que luego no podría recuperarla. Al contrario, Soon I Will Be Invincible es rigurosamente respetuosa con el canon de los superhéroes. Tanto, de hecho, que por momentos parece que estemos leyendo una novela escrita bajo los dictados del Comics Code. Hemos leído tebeos más provocadores y salvajes en los años 80. Soon I Will Be Invincible está evidentemente enlazada con Watchmen, de la que toma parte de su planteamiento inicial, igual que lo tomaba la película Los Increíbles, pero de la misma manera que Los Increíbles ofrecía también una visión de los superhéroes pre-Watchmen, en tanto en cuanto estaba limitada por las convenciones de una producción juvenil, también Soon I Will Be Invicible parece más un tebeo de 1982 que de 1990. En el caso de Los Increíbles la autocensura se justificaba porque era una película de dibujos animados dirigida a «todos los públicos». En el caso de Soon I Will Be Invincible resulta difícil justificar esta fidelidad a unas limitaciones narrativas impuestas por la sumisión de una industria popular a las costumbres sociales de décadas pasadas. En Soon I Will Be Invincible continuamente parece que van a pasar cosas tremendas: episodios sexuales o violentos que no tendrían cabida en un tebeo clásico de superhéroes. Pero no pasan nunca. En realidad, no pasa nada que no pudiera pasar en un Marvel Team-Up de 1978.

Y eso es un problema, porque finalmente, a pesar de la indudable pericia de Grossman como narrador, puede resultar agotador o tedioso leer una novela de casi 300 páginas que nos viene a contar una aventura más o menos equivalente a la Saga del Proyecto Pegaso. Ya ni siquiera los tebeos de superhéroes son así, y si no, que se lo pregunten a Sue Dibny.

Como indicador la penetración cultural de los superhéroes en la sociedad, Soon I Will Be Invincible nos viene a indicar la normalización del superhéroe. Ya no es la «aceptación» que nos revelaba It's Superman! En este caso, el superhéroe no tiene que hacer nada para ser aceptado, se lo toma tal cual. Pero el superhéroe no es una minoría que tenga que conseguir integrarse en la gran cultura. El superhéroe es una construcción ficticia con un valor simbólico, y si este proceso de normalización lo interpretamos como gentrificación, podemos pensar que algo se está perdiendo por el camino cuando podemos leer una novela como Soon I Will Be Invincible sin sentir vergüenza. Si el pulp es respetable, ¿qué nos queda para ser subversivo en la cultura de masas? Una de las grandes virtudes del superhéroe ha sido su exquisita vulgaridad grasienta, su capacidad para escandalizar a la cultura institucional, para ofrecer una fantasía alternativa, y tan irreconciliable con el buen gusto consensuado, que exigía un compromiso personal muy intenso por parte de sus lectores. Libros como Soon I Will Be Invincible reempaquetan todo el género y nos lo ofrecen en nuestros modernos salones como un regalo limpio y de buen tono, decorado con un lacito y en ningún modo ofensivo. Sí, es una novela de superhéroes. ¿Y qué cuenta de especial? Nada, es solo una historia de superhéroes como otra cualquiera. Pero mira, no es un tebeo, ni siquiera es una novela gráfica. Es una novela. ¿A que mola...?

[Existe edición española de Soon I Will Be Invincible. Se titula Muy pronto seré invencible, y lo editó Random House; no conozco dicha edición, así que no hago ningún comentario sobre sus características, me limito a dejar constancia de su existencia].

7 comentarios:

EmeA dijo...

No hay dibujos... en esa edición, porque hay otra con portada e ilustraciones interiores de Bryan Hitch (no intercaladas en la historia, sino un pliego central a color). Aquí se puede ver la portada y una de las ilustraciones http://forbiddenplanet.co.uk/blog/2007/we-are-the-champions-my-friends/

La edición española, por cierto, ha seguido la que muestras, con la portada de los guantes de fregar y sin rastro de Hitch

En cuanto a la novela en sí, coincido bastante: una historia de superhéroes del montón, algo retro, sin nada destacable salvo el medio en que se publica

fonz dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
TEBEOBIEN dijo...

joer, qué mal. yo era uno de los que pensaba que iba a ser otra cosa. me engañó el diseño de portada, que pintaba MOLÓN!
y el título, joer, que es BUENÍSIMO, las cosas como son. bah, bah.

fonz dijo...

Da un poco de vergüenza postear para no aportar nada, pero de nuevo completamente de acuerdo con tu opinión. Aunque a mí la novela me divirtió (me gustó el sentido del humor y esos detalles sobre los superhéroes tan llenos de sentido de la maravilla), finalmente acabé decepcionado cuando me fui dando cuenta de que aquello parecía un "Especial Verano; The New Champions!", no sé si irónicamente (El Dr. Impossible está atrapado por el eterno retorno, siempre será derrotado por CoreFire. Ah, y siempre habla con clichés superheróicos, cuando piensa como una persona "normal", como ocurre en Superfolks). Yo pensaba, seguramente muy equivocado, que ya que aquello era una novela, iba a darme algo más que el resentimiento del empollón como motor de la supervillanía. Pero bueno, se lee fácil, entretiene, pero, como bien dices, resulta inofensiva.

Santiago García dijo...

Tebeobien, la verdad es que la novela está bastante bien (valga la redundancia), es divertida y se lee con ganas. Coincido bastante con la opinión de fonz y, como él, me pregunto para qué escribir una novela que ofrece lo mismo que tantos y tantos tebeos de superhéroes ya publicados desde hace muchos años. Tal vez ésa debería haber sido la pregunta que habría tenido que hacerme en el post. ¿Tal vez el hecho de contar la historia en una novela de prosa en lugar de en un cómic se puede considerar que presenta ese material a un público nuevo, y por tanto que ahí resida su interés? EmeA apunta que la primera edición llevaba ilustraciones de Bryan Hitch, lo cual me hace pensar inmediatamente en los cuentos ilustrados de superhéroes que leíamos de pequeños (y que todavía se publican), pero dirigidos a un público adulto. ¿Aportan algo las ilustraciones de Hitch a la lectura de la novela? Como no tengo esa edición, no puedo aventurarlo, pero a priori suena a truco promocional de una editorial que prueba a hacer un libro que funcione como crossover pop para un sector de consumidores treintañeros-cuarentañeros que en este momento están rindiendo muy bien en otros sectores del negocio cultural.

Por cierto, EmeA, gracias por el apunte de las ilustraciones de Hitch. A mí la verdad es que la portada de "los guantes de fregar" (muy bueno) sí me mola. Pero casi diría que promete más de lo que da el texto. A lo mejor la de Hitch sí era más ajustada al contenido.

Santiago García dijo...

La portada de Hitch, en Con C de Arte: http://concdearte.blogspot.com/2007/04/pronto-ser-invencible.html

Fijándome en ella ahora, prefiero la de los guantes de fregar. Ya que es una novela de prosa, prefiero imaginarme cómo son los personajes a partir de las descripciones verbales. En el momento en que has visto la portada de Hitch, ya no podrás evitar superponer sus diseños al texto, y (creo) la novela empezará a perder fuerza. La imagen tiene tal fuerza que se impone a la palabra.

Jeune Albert dijo...

A mí me gustó mucho como se inicia, luego se desinfla un poco, porque como decís todo suena a ya sabido, sobre todo la historia de la cyborg.
Sin embargo, creo que no hay que perder de vista que se trata de una novela y como tal sus lectores no tienen por qué conocer mucho de cómics, más allá de lo básico. En ese sentido me parece que para un lector “normal” le va a resultar una lectura muy entretenida y hasta brillante si me apuras, precisamente por lo mismo que al fan no acaba de convencernos.

Poe cierto, otro ejemplo de literatura superheroica, en este caso española es “Mundo de dioses” de Rafael Marín, que leí hace bastante tiempo y del que tengo un recuerdo bastante agradable.