sábado, 19 de diciembre de 2009

POR FAVOR, NO ME DEJEN MORIR

Zak Sally hace música indie y hace tebeos indie, y si eres aficionado a los productos indies, es muy posible que le hayas oído antes de leerle, porque Low, el grupo donde toca el bajo, es un grupo de prestigio en la escena alternativa (Rockdelux ha elegido uno de sus discos entre los 100 mejores de la primera década del siglo). Reincidente (Apa-Apa, 2009) es, sin embargo, el primero de sus cómics que se publica en España (y que me corrijan si no es así, por favor). El libro, que intenta diferenciarse del grueso de la producción viñetera habitual que llega a nuestras librerías desde su mismo formato y portada, incluye seis piezas cortas en las que hay de todo. Hay varias incursiones líricas en ese género tan desagradecido que es el poema-canción con imágenes, hay relatos de ficción malsana y silenciosa ("Alimentar a la esposa", una pequeña gota de masoquismo existencialista, o la quinta historia, sin título, una oscura parábola de quirófano), y hay sobre todo un relato fascinante titulado "Vómito animal" que será por lo que recuerde este libro. Partiendo del camerino de Kafka y proyectándose en espiral a través del vacío infinito del conspiracionismo paranoico y la fe en las sociedades secretas tan extendida en la subcultura underground norteamericana, Sally termina aterrizando en un horror al cuerpo que burnsiano que vuelve a enlazar con el resto de Reincidente: con las historias que hemos mencionado antes, la de la esposa esclava y ama, la del médico que escupe en los tumores, y también con el poema sacrificial "Las niñas secretas". Hay como un lenguaje cifrado que se articula en todo Reincidente, un lenguaje que no es del cómic, y que repite constantemente la misma frase, desde la primera a la última página: "Por favor, no me dejen morir". La última viñeta contesta: "Demasiado tarde".

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