Ayer se difundió por toda la blogosfera de la viñeta española el trailer de María y yo, la película dirigida por Félix Fernández de Castro y basada en el tebeo homónimo de Miguel Gallardo. A mí me ha sorprendido mucho: el tráiler tiene una pinta estupenda y promete trasladar a las salas de cine el éxito que ha tenido la obra en su paso por las librerías (9.000 ejemplares vendidos en España; Astiberri acaba de poner en la calle la cuarta edición). Entrevisté a Gallardo hace poco más de dos años para adn.es, cuando vino a Madrid a presentar el libro, y ahora que la vida de María y yo ha llegado ya a este punto, me apetecía saber cómo han cambiado las cosas y en qué momento se encontraban Gallardo, María y la película. Según me cuenta Miguel, el documental se encuentra en fase de posproducción y montaje, anticipando el estreno a finales de marzo o principios de abril. "Estamos trabajando mucho en la pospo porque hay trozos de animación y stop-motion y un montón de cosas más que enriquecen mucho la peli", comenta. Le he hecho algunas preguntas más.
¿Cuál está siendo tu participación en la película? Aparte, obviamente, de ser uno de los protagonistas.
La película al final, naturalmente, es del director, Félix Fernández de Castro, es su propia visión del libro. A mí me consultan bastante porque soy uno de los implicados. Aparte, tengo bastante implicación en la pospo, en las partes de animación: yo he hecho los storys, hago el styling, doy mi opinión, tengo que hacer la locución de voz en off e intento controlar que lo que sale en la peli se ajuste a la realidad nuestra, aunque tiene mucho de imaginación y de creatividad.
Decías que cuando te planteaste el cómic no querías hacer un libro explicativo sobre el autismo, sino algo directo y con buen humor. ¿Tienes la sensación de que la película no traiciona el cómic? ¿Es la película que te habías imaginado, si es que en algún momento hace tres años llegaste a imaginarte que se podía hacer una película de María y yo?
No, para nada; he estado en todo el rodaje de la película y hemos tenido largas charlas con Félix, exceptuando en la parte de montaje que es plenamente responsabilidad suya. La película transmite en imagen real el espíritu del libro. Desde el principio nos comprometimos todos los integrantes de este proyecto en que no valía la pena hacer un mal remedo del libro o algo pasable. La película no es la que me habia imaginado porque nunca hubiera imaginado que fuera posible, de ahí mi sorpresa con las primeras imágenes. La imagen real tiene un poder que no es el mismo que la imagen dibujada con toda su sencillez, aquí María no son cuatro trazos, es ella de verdad y Félix ha conseguido sacarla tal cual es ella y retratar de una forma divertida y también intimista la vida diaria de María, ya sea conmigo o con su madre en Canarias, en el colegio o de viaje. El relato del libro se ha ampliado con más partes de la vida de María que mezcladas con el humor de la historia creo que van a ser de gran ayuda para todo el mundo, entrando de puntillas en ese mundo tan complicado que es el autismo.
¿Cómo ha sido la experiencia del rodaje para María? ¿Y para ti?
María ha sido la estrella del rodaje, se ganó a todos los miembros del equipo en un abrir y cerrar de ojos. Ha estado natural, no miraba a cámara y soportaba la intrusión de un equipo de 6 personas que la seguían a todas partes. También es verdad que ella no era completamente consciente del hecho del rodaje en sí, pero estar rodeada de gente que la quería y la ayudaba en cada momento ha sido una gran experiencia para ella. Entre los poderes de María, al revés de lo que se piensa de las personas con autismo, está el de la capacidad de crear redes y empatizar de una forma natural. Para mí, al contrario, al principio fue un poco raro, era como estar en Gran Hermano, hasta que me dejé ir y me limité a hacer lo que hago cuando estoy con María: estar pendiente de ella. Ésa ha sido la virtud del rodaje, no he tenido que actuar en ningún momento (casi).
¿El mundo del cine es tan complicado como parece desde fuera?
Sí, es bastante complicado. Lo que yo resuelvo con una cuartilla o una libreta de espiral, en el mundo del cine se lleva un equipo de gente que va variando en las diferentes fases de la película, muchas personas toman decisiones y la imagen final depende de demasiadas variables. Los envidio sanamente porque es como poner en marcha un ballet, pero no me pondría en su lugar.
¿Cuando salió el libro, en 2007, te imaginabas que iba a tener tanta vida como está teniendo?
De alguna manera sí. No preveía naturalmente el éxito de público, las diferentes ediciones (acabo de firmar por la alemana) ni la película, pero tenía una fe a muerte en la historia, porque es de verdad, porque ha salido de muy adentro y salvando el estilo bastardo de narración, mezclando texto con ilustración y cómic, yo sabía que llegaría a la gente, pero no de inmediato. Ha sido mucho un proceso de boca a oreja. Ha sido un libro que ha absorbido toda mi atención, tanto mientras lo hacía como a la hora de hablar de él y de promocionarlo, no quería que le pasara como a tantos otros libros (entre ellos algunos míos, como el de mi padre) que quedaran olvidados por el camino. Creo que es una historia que había que contar, una historia de amor y cariño que tiene valor en estos tiempos que nos ha tocado vivir.
¿Estás trabajando en algún cómic nuevo?
Llevo mucho tiempo dando la tabarra con el libro de mi padre de la Guerra Civil, dando vueltas en la cabeza, mareándolo. Es otra historia que creo que debería llegar a más gente de la que llegó y más en un momento no muy propicio para las historias de Guerra Civil. Así que cuando acabe la película y mi cabeza se quede en paz, intentaré otra manera de acercarme a la historia de mi padre, con más documentación, más historietas, no sé, ahí está, en mi cabeza. Por otro lado, estoy en un proyecto que me hace mucha ilusión, toda la decoración del ala de pediatría del hospital de Sant Pau, una megaobra en la que estoy volviendo a mi faceta de dibujante para locos bajitos.
Más información:
El blog de Gallardo.
María y yo en facebook.
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