Se suponía que el concepto de reboot (reinicio) implicaba empezar de nuevo, dejar atrás todo el polvo y el lastre de la continuidad arrastrada de décadas y décadas y ofrecer una oportunidad a lectores nuevos de introducirse por vez primera en el universo fantástico de DC. ¿Y qué es lo primero que se encuentra uno cuando abre el primer tebeo de este reboot, Justice League? ¿Con qué se presenta en público este reinicio? Con un texto de apoyo que dice «Hace cinco años». ¿Hace cinco años? ¿Hace cinco años qué? ¿La historia de Justice League que voy a leer ahora pasó hace cinco años? ¿Cinco años antes de qué, del día de hoy, de septiembre de 2011? Porque en ningún momento en todo el número se vuelve al presente. Entonces, ¿cuál es el sentido de decirnos que esta historia tiene lugar hace un lustro? Desde luego, no hay diferencias de ambientación significativas con las historias situadas en el presente, así que eso no debe ser. La única explicación posible (y sólo al alcance de un lector veterano, un perro viejo, no un supuesto lector recién llegado): se nos está informado de que en la nueva continuidad esta historia de la Justice League está ambientada cinco años antes que otras historias que podríamos leer si compráramos otros tebeos de DC. Eso sí, si lo único que queremos leer es Justice League, el apunte de «Hace cinco años» es completamente irrelevante. Sólo sirve para confundir.
Para confundir a un lector, claro.
Y para aclarar a los aficionados cómo tienen que ubicar la nueva continuidad.
O sea: el concepto del reinicio empieza por organizar otra vez la continuidad colectiva. Eso es «empezar de nuevo» y hacerse accesible a nuevos lectores, según los mandamases de DC.
De lo que viene después de ese texto de «Hace cinco años», poco puedo decir. El dibujo es prácticamente indescifrable. Batman está perseguido por la policía («hace cinco años» Batman ya existe y es conocido), se encuentra con Linterna Verde y luego se van los dos a buscar a Superman. Y justo cuando lo encuentran, se acaban las primeras 24 páginas de Justice League. Me llama la atención la renovación de los uniformes. Son los de siempre: los mismos diseños, los mismos colores, los mismos patrones. Pero ahora todos parecen armaduras, revestimientos tecnológicos, como si se hubiera metido a los personajes de carne y hueso dentro de cuerpos de figuritas de acción articuladas.
Justice League #1, Geoff Johns, Jim Lee y Scott Williams
Resulta que la página que más me gusta de todo el número es ésta:
Publicidad de Converse en Justice League #1
Un anuncio de unas zapatillas Converse de Batman que creo que condensa mejor que todo el Justice League el sentido de la historia de un personaje casi inmortal, que ha sido capaz de ser el mismo siendo muchos a lo largo del tiempo. Me encanta el Batman de la viñeta superior derecha, en concreto.
Hay otra colección de la Liga de la Justicia (en realidad, dos más, pero de la tercera hablaremos luego): Justice League International. Esta colección parece la prueba viviente de que lo que plantea DC en su oferta de relanzamiento son tebeos completamente prefabricados, diseñados para cubrir «huecos» que sólo existen en la mente de personas metidas desde hace décadas en una industria que tenía todos sus clichés definidos ya en 1972. ¿A quién, si no, le interesaría leer las aventuras de un grupo integrado por Booster Gold, Hielo, Fuego, Vixen, Rocket Red, August General Iron, Guy Gardner y Godiva? ¿Quién podría pensar que eso es buena idea?
Para formar parte de la Liga de la Justicia Internacional, también se propone a Batman. Es decir, en Justice League el lector (nuevo, ejem) se encuentra con Batman perseguido por la policía, y a continuación, en Justice League International, el representante de la ONU que coordina el grupo propone a Batman como miembro del equipo aprobado por el Consejo de Seguridad. ¿Cómo es posible? Porque, no lo olvidemos, Justice League pasa «cinco años antes» que Justice League International. Supongo. Empiezo a necesitar un manual para leer estos tebeos, y sólo estamos en el primer mes.
Batman, de hecho, protagoniza aproximadamente siete series y sale en otra media docena. Ni se sabe en cuántas, vaya. Y en cada una de sus apariciones nos encontramos con un Batman distinto. El personaje parece tan erosionado por el uso que ha perdido sus rasgos. Todo parece encajarle, y nada parece afectarle ya. En Batman se pone de manifiesto hasta qué punto está desgastado, y hasta qué punto los responsables de sus tebeos han dejado de creer en él y en todo su mundo. La historia empieza con una fuga masiva en Arkham Asylum. El lector (nuevo, ejem) se encuentra de buenas a primeras con que un montón de supervillanos archienemigos de Batman se enfrentan directamente al héroe. Todos juntos, nada más empezar. ¿Esto es el reinicio? ¿Quiénes son todos esos villanos? ¿De dónde vienen? ¿Qué historia, personalidad y entidad tienen y cómo van a resultar amenazadores individualmente para Batman después de que los haya dominado a todos colectivamente en apenas un par de páginas? Cada uno de esos archivillanos fue creado en algún momento de los setenta años anteriores de existencia del Hombre Murciélago, y cada uno de ellos fue concebido por un equipo creativo que pensó que sería una némesis adecuada para el héroe. Cada uno de ellos tuvo su origen y su tragedia, protagonizó sus andanzas, hizo sufrir a Batman y fue final y dolorosamente derrotado, dejando una marca singular en la memoria colectiva de los seguidores del personaje que le permitió pasar a formar parte de ese selecto grupo conocido como la «galería de villanos». En este Batman #1 donde supuestamente se presentan a un nuevo lector, se presentan como forraje indistinto, una mera masa de enmascarados deformes, sin nombre ni singularidades, que sirven para ser machacados a golpes rápidamente y así iniciar el tebeo con cuatro páginas de acción facilona. ¿Por qué pasa esto? Porque es un tópico, y resulta que los señores que relanzan Batman desde su número 1 no tienen otra ocurrencia que ofrecernos tópicos recalentados como gancho. Ideas usadas, ideas recicladas. Ideas que no son ideas.
Poco después, vemos al héroe en su identidad secreta, vistiéndose de gala. Junto a él, tres jóvenes también con trajes negros, versiones variantes del protagonista: Dick Grayson, Damian Wayne, Tim Drake... Todos ellos han sido Robin (y alguno incluso Batman) en diversos momentos del pasado. Un momento... ¿de qué pasado? ¿Esto no era un nuevo inicio? Entonces, ¿quién es toda esa gente? ¿Por qué hay tanta historia previa en una colección nueva? ¿Por qué tenemos que absorber tanta información? ¿Por qué la historia apenas puede avanzar, debido a la cantidad de espacio que hay que dedicar a explicar los antecedentes? Después, Bruce Wayne y sus clones se sumergen en otro tópico: Wayne presenta (a lo Tony Stark) un proyecto multimillonario ante la alta sociedad. Algo que hemos visto hacer tantas veces ya a Wayne que no entendemos ni por qué lo hace. Lo hace porque lo hace. Lee tebeos de Batman y verás que eso es lo que hace Bruce Wayne, una vez tras otra. ¿Qué explicación más quieres?
¿No me crees? Vamos con Batman The Dark Knight #1, que empieza con Batman saltando por los tejados e, inmediatamente, convirtiéndose en Bruce Wayne, el cual, ataviado con otro traje de gala, hace un anuncio público oficial en una fiesta de la alta sociedad. Exactamente igual que lo que acabamos de leer en Batman #1. El contenido del anuncio no es exactamente igual, pero eso da lo mismo, lo único que importa es el tópico de la fiesta donde Wayne anuncia algo. De hecho, tenemos que revisar las dos colecciones para asegurarnos de que no es un error. Aún más, mientras Wayne está en su fiesta... ¡en Arkham Asylum se produce un motín y todos sus archienemigos intentan fugarse! Pero... ¿esta fuga masiva de supervillanos en Arkham Asylum es anterior o posterior a la de Batman #1? ¿Es simultánea? ¿Es la misma?
Batman #1, Scott Snyder, Greg Capullo y Jonathan Glapion
Batman The Dark Knight #1, Paul Jenkins, David Finch y Richard Friend
Da igual, porque por supuesto, Batman se presenta en Arkham y zumba a todos con la misma suficiencia con la que lo había hecho en la otra colección. Ésa es la cosa, que da igual. Da igual todo.
Detective Comics, otra de las colecciones protagonizadas por Batman, empieza (de nuevo) con Batman saltando por los tejados. Mientras que en Batman el protagonista colaboraba con la policía, aquí es perseguido por la misma, aunque en este caso no hay ninguna indicación de que los hechos se produzcan «hace cinco años», con lo cual estamos confusos. ¿Es el mismo Batman de Batman? ¿Es el mismo de The Dark Knight Returns (1986) de Frank Miller? Porque lo imita patéticamente en estilo y color. El caso es que el Batman de Detective Comics se enfrenta a un nuevo y desconocido villano llamado el Joker (en Batman, Batman sofocaba el motín de Arkham con la ayuda de Dick Grayson disfrazado de Joker, por lo tanto ahí ni era nuevo ni desconocido). Al mismo tiempo, en Batgirl #1, Barbara Gordon recuerda cómo el Joker invadió su casa y le disparó en la espalda «hace tres años», en la famosa escena que todos (los viejos fans) recordamos de Batman The Killing Joke (1988), de Alan Moore y Brian Bolland. Una buena ensalada para abrir boca y atraer a los nuevos lectores que quieran descubrir a estos personajes. El mensaje para un supuesto novato podría ser: «¿Creías que venías a divertiros? Estáis muy equivocados, ¡a los tebeos de superhéroes se viene a sufrir!»
Nightwing empieza como Detective Comics, con el protagonista saltando por los tejados, tal vez para subrayar que es un seudobatman. ¿Tan excitante es saltar por los tejados, que todos los héroes se nos presentan haciéndolo? Lo era (en los tebeos) a la altura de 1963, cuando lo hacía Spiderman y era algo singular. Pero cuando todos los tebeos empiezan así, la emoción mengua. El gol es la salsa del fútbol, sí. Ahora bien, imaginemos un partido de fútbol que acabara empate a 20. ¿Sería el mejor partido de la historia? ¿O por el contrario los abrazos y celebraciones irían decayendo a medida que fuera engordando el marcador? ¿Acaso en los partidos de baloncesto los jugadores se abrazan y corren histéricos por el campo para celebrar cada canasta como si fueran goles? Bueno, pues algo parecido pasa con todos estos saltares por los tejados. Cuanto más saltan, menos intensidad tienen. Tópicos.
Hablando de tópicos. Sin salir de Nightwing #1, un par de navajeros intentan atracar a Dick Grayson cuando se baja del autobús en la estación de Gotham. No sé qué me sorprende más, si que Dick Grayson, tiarrón musculoso con gafas de sol, sea el tipo con más pinta de víctima propiciatoria a ojos de un atracador callejero, o que en el Universo DC todavía haya ladrones anónimos que se prestan a ser apaleados por los héroes en los callejones oscuros.
El esquema de Nightwing es idéntico al de Batgirl: escena de acción-presentación; recapitulación de la historia pasada (en el caso de Nightwing, se nos informa de que ha ocupado el lugar de Batman durante los seis últimos meses... lo cual es un buen currículum para alguien que supuestamente está empezando desde el número 1) y hay un enfrentamiento final con una nueva némesis misteriosa que tiene un interés personal en el personaje, y que deja la escena en un cliffhanger que se resolverá (?) el mes que viene. Exactamente lo mismo en ambos casos (y en muchos más). Y hablando de los finales: 34 de los 52 números 1 acaban en una viñeta página impactante. Tópicos amontonándose sobre tópicos.
A pesar de la proliferación de Batman y de la exaltación de Justice League como carta de presentación de este reboot, el corazón del mismo (si es que tiene corazón) se encuentra en Superman. Superman #1 es una dolorosa experiencia en la que sería mejor no profundizar. Un envejecido y enfermo George Pérez demuestra que ya ni puede ni quiere, y demuestra algo más: el sistema industrial americano devora a sus autores, y cuando están en horas bajas el único favor que puede hacerles es echarles el hueso de un número 1 de Superman a ver si los royalties le ayudan a pagarse las facturas del médico. Después de toda la vida dándolo todo, ahora le queda dar las gracias por una limosna. Que no es tal limosna, porque se la tiene que trabajar cuando es obvio que no está en condiciones de hacerlo.
Pero no, el título del Hombre de Acero que supuestamente marca el tono no es Superman, sino Action Comics, con Grant Morrison al guión y Rags Morales en el dibujo. Realmente, es el único título de los 52 que parece haberse planteado como un reinicio serio. Morrison toma sus indicaciones del Action Comics #1 original, de 1938, y reinventa a Superman como una criatura violenta y furiosa, un héroe socialista que defiende a los desposeídos frente a las depredaciones de los ricos, lo cual ahora está más de actualidad que nunca, por supuesto. La historia empieza in media res, como la original de Siegel y Shuster, y esa inspiración, ese sello de acción, parece haber sido directriz para todo el reboot, aunque sólo Morrison lo haya sabido interpretar correctamente. Correctamente, pero poco más. Morrison no puede arrastrar el tebeo más allá de donde lo lleva el dibujante, y Rags Morales no da para altos vuelos. Le falta grandeza y talento para hacer algo memorable. Esta doble página de impacto que abre la historia es una de las más torpes que he visto en mucho tiempo:
Action Comics #1, Grant Morrison, Rags Morales y Rick Bryant
Action Comics se puede leer, efectivamente, como si fuera una serie nueva. Morrison sabe entrelazar la vieja mitología con un nuevo planteamiento. Pero es una isla. Nadie más parece haber tenido la capacidad de hacerlo, o tal vez ni siquiera lo hayan intentado. El ejemplo más paradigmático es Green Lantern, una de las colecciones estrellas actuales, que está escrita por el guionista fundamental de DC en estos momentos, el responsable del Justice League que pone en funcionamiento todo el reboot: Geoff Johns. En Green Lantern -que ataco con ganas, desde la infancia ha sido uno de mis personajes favoritos- me encuentro de entrada con que Sinestro está siendo juzgado por crímenes cometidos en el pasado, y a continuación con que Hal Jordan lamenta la pérdida de su anillo y sus poderes en circunstancias para mí desconocidas. Y así se va todo el número, en el deambular de personajes todavía afectados por sucesos anteriores. Y miro la portada y confirmo que no, no me equivoco, tengo en las manos el Green Lantern #1, y no el #127. Hay ahora toda una franquicia dedicada a Linterna Verde, pero no parece mucho más coherente que la de Batman: en New Guardians, abrimos con los Guardianes del Universo arrasados, los mismos Guardianes que estaban juzgando a Sinestro en Green Lantern #1. Al menos Red Lantern #1 empieza con un gato cósmico rabioso portador de un anillo lanzándose a doble página sobre el lector. Pero la humorada es involuntaria, me temo. Estamos en la página 2 y ya me han perdido.
Sería muy agotador revisar los 52 títulos uno por uno, sobre todo cuando tan poco distinto se puede decir de cada uno de ellos. Legion Lost es uno de los tebeos más incomprensibles que he leído en mi vida. Sin contexto, sin personajes, sin argumento discernible, es casi dadaísta sin querer. Green Arrow es increíblemente mediocre, como una miniserie de relleno de los 80-90. La pobreza de la ambientación es llamativa. ¿De verdad que es aceptable esta especie de seta de juguete como aparato comunicador en una serie ambientada supuestamente en el mundo de la tecnología punta?:
Green Arrow #1, J. T. Krul, Dan Jurgens y George Pérez
Las colecciones que más me atraían a priori eran las excéntricas. Los personajes desconocidos o poco populares son los que tienen más posibilidades de sorprenderte con conceptos nuevos, y además siempre he tenido un gusto personal por lo extravagante. Así que acepto que en los grandes personajes recurran a los tópicos y deposito mis esperanzas en Mister Terrific, Static Shock, Firestorm o Captain Atom. Me equivoco, son todas horribles, aún peores que las de los personajes más conocidos, como si las hubieran hecho por rellenar la parrilla, apresuradamente y en el último momento. Contienen exactamente los mismos tópicos de las «grandes», pero con un nivel de talento todavía más pedestre si cabe. ¿Cómo se puede titular «Back to Basics» -regreso a las esencias- el número 1 de Deathstroke? ¿A qué «esencias» anuncia que «vuelve» una colección nueva? Antiguamente, las series raras eran un campo de experimentación que producía fenómenos de culto: Capitán Marvel, Pantera Negra, Inhumanos, Puño de Hierro, Relámpago Negro, Sociedad Secreta de Supervillanos, eran colecciones complementarias que en los 70 encontraron su propia personalidad precisamente porque podían permitirse lo insólito, al ser secundarias. Hoy en día, parece que está prohibido salirse del tópico.
Dentro de lo malo, hay tebeos todavía peores: DC Universe Presents: Deadman es un escándalo, una deriva de diálogos pesados y seudomísticos que no llega a ningún lado; Captain Atom es una revisión amorfa y agilipollada del Dr. Manhattan, 25 años después del original; StormWatch es un insufrible pastiche degradado de lo que fue una de las últimas grandes series del género, The Authority... Pero por intentar ser un poco positivo, voy a mencionar algunas que parece que quieren, aunque no sé si pueden: Superboy y Supergirl huelen algo más a nuevas que la mayoría de sus compañeras. Son dos personajes maleables, con un historial irregular, y por tanto más libres para empezar de nuevo. En ninguna de las dos series pasa gran cosa, pero al menos uno tiene la sensación de estar leyendo números 1 de verdad. Aquaman es refrescantemente irónica, aunque eso tampoco dice mucho del reboot. En realidad es más un comentario sobre la historia de Aquaman que una historia de Aquaman. ¿Qué lector nuevo puede comprender que Aquaman vaya a una cafetería y un cliente le pregunte cómo es no ser el superhéroe favorito de nadie? Geoff Johns, de nuevo, el arquitecto de la DC actual, considera que la mejor manera de renovar a los viejos superhéroes es plantear expresamente discusiones de tienda de cómics del viernes por la tarde. Wonder Woman quizás podría ser algo. También tiene cierta frescura, también en parte porque Wonder Woman es un personaje que siempre se está reiniciando, y eso le da más ductilidad. Pero aquí el problema es el formato estándar de 24 páginas. Como digo, podría ser algo, pero el número 1 no da casi nada. Sólo un fan querría seguir leyendo.
La única serie que tal vez siga durante algunos meses es O.M.A.C, que recupera una vieja y extraña serie de Kirby de los 70. Todas las series de este reboot parecen involuntariamente viejas: recuerdan a los 80 y los 90. O.M.A.C, al menos, juega la carta retro deliberadamente. Aquí está el Keith Giffen mimético de Kirby de los 70 -el de Los Defensores, por ejemplo-, pero filtrado por la tecnología moderna, como si hubieran encontrado unos lápices perdidos de Kirby y los hubieran rematado digitalmente. La serie tiene pinta de ser bastante autónoma y de momento se muestra muy sencilla y directa, y además está protagonizada por un tío bruto y grande que grita mucho, lo cual es algo que siempre me produce gran empatía.
O.M.A.C #1, Dan Didio, Keith Giffen y Scott Koblish
Hoy en día todos adoramos a Kirby, pero hubo un momento en los 70 -un momento muy largo, diría yo- en que a Kirby se le consideraba acabado y ridículo, agua pasada. Es precisamente el momento en que produjo obras como O.M.A.C, que hoy reivindicamos con fervor, pero que entonces fueron denostadas. Es (tristemente) significativo que una imitación pálida de aquel Kirby marginal sea hoy lo único que me resulta legible entre 52 títulos nuevos que lanza DC.
Casi se me olvida: dentro del gran desastre, destaca con brillo propio Hawk & Dove. El tebeo es malo hasta decir basta, pero lo es con una pureza irresistible. Sí, es un tebeo de superhéroes malísimo, pero lo es a conciencia, sin coartadas, sin sentirse culpable ni pedir perdón. Al fin y al cabo, estamos hablando de un tebeo donde Halcón y Paloma se enfrentan a Cóndor y Cisne. En su absurda e infantil incompetencia tiene al menos un grado de ridículo vitalismo que me resulta familiar. Auténtico. Lo que por otra parte demuestra que lo auténtico no siempre tiene que ver con la calidad.
Hawk & Dove #1, Sterling Gates y Rob Liefeld
Pero como digo, en su gloriosa torpeza, Hawk & Dove al menos sabe lo que quiere ser. Eso no se puede decir de lo peor del lote de este reboot, que es todo el «sector macabro»: Animal Man, Swamp Thing, Justice League Dark, Frankenstein Agent of S.H.A.D.E., etc. Las otras colecciones al menos son malos tebeos de superhéroes, pero esta especie de Vértigo aguado, ¿qué coño es? Tebeos pretenciosos y aburridísimos, hechos de gestos y tics, que no son capaces de trazar un territorio propio, que no tienen nada que contar en su débil intención de hacer un crossover entre los superhéroes y los géneros sobrenaturales. I, Vampire es morralla para cuarentones que quieran sentirse en contacto con sus hijas adolescentes fans de Crepúsculo. Es el tebeo que esos señores de edad mediana creen que les servirá de puente para comunicarse con su incomprensible descendencia, y que tal vez les permita acabar de estrechar lazos viendo juntos True Blood. Justice League Dark es un previsible y cansino desfile de personajes de derribo (Madame Xanadú, por Dios) que se agrupan artificialmente para crear una réplica mística de la Liga de la Justicia. Todo está hecho mecánicamente, sin alma. La última página de Justice League Dark y la última de I, Vampire son idénticas. No es casualidad: si en los superhéroes se maneja el tópico de la acción, en el sector macabro se maneja el tópico de la visión apocalíptica.
I, Vampire, Joshua Hale Fialkov y Andrea Sorrentino
Justice League Dark #1, Peter Milligan y Mikel Janin
Swamp Thing es tediosa, una conversación tras otra (una de ellas, de cuatro páginas, con Superman) intentando reorganizar verbalmente la(s) historia(s) del personaje. Pero Animal Man es directamente odiosa. Jeff Lemire, que siempre ha sido un manta, intenta cubrir la cuota indie colando referencias a The Believer y juntando escenas supuestamente cotidianas con pasajes oníricos de pacotilla. Y yo me pregunto: en este reboot, ¿por qué Animal Man tiene que ser un personaje seudo-vértigo? Al fin y al cabo, Animal Man tenía una historia como superhéroe convencional antes de que Grant Morrison lo reinventara en los 80. Si de verdad queréis reiniciar algo, ¿por qué no sois más originales y recuperáis a Animal Man como superhéroe tradicional, y buscáis a otro personaje de vuestro inmenso fondo olvidado para hacer el papel de superhéroe sobrenatural? ¿Por qué no nos dais un solo gramo de algo nuevo?
También hay series de «otros géneros», pero esto ya es de chiste. All Star Western y Men of War pretenden (supongo) abrir un hueco para vías no superheroicas. Para la diversidad, vaya. Pero son 2 entre 52, y aún más, en realidad son series de superhéroes, o seudosuperhéroes, con todos los tics del género, formales y dramáticos. En Men of War (protagonizada por el Sargento Rock) incluso salen superhéroes. Es decir, son series hechas para interesar a lectores de superhéroes, pero que no tienen superhéroes, con lo cual no van a interesar a los lectores de superhéroes. Y menos a los que no lo son, si es que alguno se tropieza con un producto de estos. Luego, dirán que han fracasado y les servirá para justificar que sigan concentrándose en seguir sacando más morralla superheroica a tope. Mientras puedan.
Este reboot da para decir mucho más de lo que puedo decir en este breve post, pero hay un tema que no quiero dejar de mencionar, aunque ha sido de los más comentados en internet. Es, por supuesto, el tema del género y el tratamiento de la mujer. Los casos más llamativos han sido los de Catwoman (también arranca saltando por los tejados, pero en su caso, en sujetador y medio desnuda), Voodoo (una heroína que dedica todo su primer número a hacer strip-tease) y Starfire en Red Hood and the Outlaws. Son casos tan evidentes de sexismo machista y anticuado que se comentan por sí mismos con sólo ver una imagen:
Red Hood and the Outlaws #1, Scott Lobdell y Kenneth Rocafort
Por eso he preferido tomar otro ejemplo más discreto pero que considero más insidioso de cómo se entiende dentro de DC el papel de la mujer en su universo de ficción. Es una página de Batman The Dark Knight #1. A simple vista, para el ojo fatigado del aficionado veterano, no hay nada de excepcional en ella:
Batman The Dark Knight #1, Paul Jenkins, David Finch y Richard Friend
Lo hemos visto ya mil veces. Bruce Wayne, el multimillonario playboy, vestido con pajarita en una fiesta, habla con algunos invitados (como explicaba antes, de hecho lo hemos visto dos veces este mes, en dos colecciones distintas). Nada de particular, otro tópico. Otro tópico, sí, que incluye a un séquito de jovencitas que revolotean alrededor de Wayne sin decir nada, acariciándole, contoneándose, y comportándose en general como animalillos domésticos mientras los hombres hablan en serio sin prestarles ninguna atención. Si uno mira de verdad la primera viñeta, es absolutamente ridícula. El concepto de mujer florero pasa a cobrar un nuevo sentido en los adornos vivientes que lleva colgados Bruce Wayne. Quizás sean estos tópicos invisibles que asumimos los fans de toda la vida los que mejor expresan hasta qué punto estos tebeos se han perdido, están completamente aislados de la sociedad en la que viven y resultan irrelevante para ella. Sólo atienden a las necesidades de un grupo minúsculo de adultos-adolescentes que han (hemos) desarrollado su propia y esotérica cultura, donde la fantasías sexuales ni siquiera tienen que manifestarse, porque forman parte del decorado de fondo. Es evidente que entre el nuevo público que DC podría querer captar para su reinicio no se encuentran las mujeres.
Finalmente, ¿por qué esta uniformidad en la miseria, por qué estos tópicos repetidos continuamente en los 52 títulos, por qué esta mierda? Se puede echar la culpa al férreo control editorial que gestiona a los personajes exactamente como licencias, y que obliga a repetir esquemas seguros porque cualquier verdadera revolución podría romperlo todo y cualquiera sabe lo que saldría de ahí. Ellos no quieren cambiar nada, sólo quieren seguir exprimiendo a sus propiedades. Flogging a dead horse. Y sí, el editor es siempre un villano propicio y en este caso difícilmente exculpable. Pero el control editorial ha existido siempre en el comic book americano comercial. Después de tragarme estos 52 mojones como 52 soles rojos, creo que el problema no es sólo ése. Creo que en estos 52 truños hay, además, una impresionante exhibición de falta de talento por parte de los autores. Ahora mismo, en Estados Unidos, hay muchísimos historietistas mejores que los que ha contratado DC. Y eso no pasaba antes.
Explicar esto daría para mucho, pero ya saben nuestros lectores que en Mandorla no somos amigos de extendernos, así que pondré sólo un ejemplo. Batwing es uno de los peores tebeos que he leído en mi vida. No sólo en cuanto a la vulgaridad de los personajes y del argumento, a lo tópico que es todo, sino en cuanto a su ejecución formal. Protagonizado por un sosias negro de Batman, en sus viñetas no aparece ningún elemento de ambientación hasta ¡la página 6!, en la que aparece un autobús (sólo en una viñeta). Todo lo demás en esas 6 primeras páginas son fondos monocromos con figuras, siluetas o (preferiblemente) primeros planos. En la página 7, y gracias a un texto de apoyo, nos enteramos de que la historia está ambientada en el Congo, cosa que hasta ese momento ni siquiera sospechábamos. Como ambientación añadida, tenemos un jeep y la silueta de unas briznas de hierba. En las páginas 8 y 9 también aparecen siluetas de briznas de hierba, y en la página 10 el dibujante se estira y coloca en una esquina la silueta de unas copas de árboles.
Batwing #1, Judd Winick y Ben Oliver
Por fin, en la página 11 (es decir, en la mitad de la historia), aparece el primer decorado de todo el número, que no sabemos muy bien qué es (parecen unas chabolas, tal vez) y que no podremos confirmar en ningún momento porque no volveremos a verlo en las 11 páginas restantes, ni tampoco ningún otro edificio. Todo sucede en un mundo traslúcido, digital. Pero no, es el Congo. Dicen.
Batwing #1, Judd Winick y Ben Oliver
La impresión es que hay gente haciendo cómics sin talento alguno, sin chispa, sin imaginación y sin estímulos. Y también parece que hay gente a la que ya se la ha pasado el arroz, y otros que simplemente trabajan sin ganas, pensando en otras cosas. A los gerifaltes de DC el talento se les va al cine o a sus propias creaciones, y parece que los que se quedan están deseando que llegue el momento de marcharse. Morrison es el tuerto en el país de los ciegos, porque con una mano atada a la espalda sigue siendo mejor que todos los demás inútiles. Se lo han puesto muy fácil.
Con las cuestiones de género, algunas voces han dicho que ya basta, que después de años tolerando los defectos congénitos que arrastran los comic books de superhéroes, esta nueva vuelta de tuerca a los tópicos más rancios en pleno siglo XXI es demasiado, como un toque de corneta para despertarnos del estupor del fan y quitarnos de encima para siempre un viejo vicio. Sospecho que mucha gente va a reaccionar así ante este reinicio, cerrando el grifo que llevaba demasiado tiempo goteando y concentrando sus intereses y su dinero en otros entretenimientos, aunque sean simplemente tebeos de superhéroes antiguos. Creo que éste era el momento de hacer tebeos de superhéroes osados, nuevos, fascinantes, tebeos de superhéroes que tuvieran una oportunidad de conquistar aunque sólo fuera a una de esas personas que no los leía pero que ya sabe lo que es un superhéroe gracias a Hollywood, y está dispuesto a aceptarlo. En su lugar, DC ha preferido entregarnos este montón de refritos de los mismos tópicos vergonzosos de toda la vida, un catálogo de estampitas herméticas para los últimos y fatigados fieles de un culto que ya sólo es liturgia sin alma.
Sospecho que estos 52 números 1 que me he comprado y leído serán recordados como tebeos históricos. En el futuro, cuando se escriban las crónicas de cómo acabó este negocio, se los señalará como un hito. Alguien preguntará: «¿Y el fin? ¿Cuándo llegó el fin?» Y alguien responderá: «¿El fin? Déjame que te hable del reboot DC».
40 comentarios:
Ufff… estaba leyendo y te juro que deseaba que en algún momento dijeses "Ey, pero ojo, entre toda esa mierda, hay varias perlas"… pero no. Lo que describes es desolador.
El único que he leído es el de Morrison, y hombre… como premisa está bien, pero tampoco es para tirar cohetes (mención especial a lo raro que es actualmente leer un episodio de 24 escasas páginas). Y por otro lado, como dibujante… vaya, todas las imágenes que has puesto, adolecen de esa enfermedad llamada photoshop… Ese coloreo rancio, esos efectos cinéticos y "cinematográficos" cutres…
Pero vaya, supongo que has acertado en la explicación final. No solo no debe haber sangre (o simplemente profesionalidad) sino que la propia editora está atada a seguir exprimiendo las pocas migajas de ciertos "valores seguros" entorno a los personajes estandarte de la casa.
Me ha encantado tu análisis, Santiago. No he hecho más que oejar alguno de los números 1, pero sólo por los nombres implicados, ya parecía claro que no habría demasiado nuevo bajo el sol. Quiero decir, ¿qué revolucionaria idea va a tener a estas alturas de la vida Dan Jurgens? Si ya era un segundón en sus tiempos gloriosos. Pero sobre la falta de talento que comentas, yo creo que es lógico. Es que la gente buena de verdad está a otras cosas, simplemente. La vieja industria ofrece unas condiciones tan chungas a los autores que nadie con cierto tirón se queda demasiado tiempo en ella. Mira a Millar, que se ha montado su propio chiringuito, o Kirkman. Y claro, los tiempos son otros. Ware si hubiese nacido treinta años antes probablemente habría hecho excelentes tebeos de superhéroes, porque no habría podido hacer otra cosa.
Por lo demás, me resulta significativo ese follón de continuidad que han montado ya en un mes, y los argumentos repetidos en Batman... es como si las cosas se hicieran sin ganas, por hacerse, a ver qué pasa, sin coordinación y sin dirección editorial. Muy triste.
Ah, y la cuestión del género: simplemente vergonzoso a estas alturas de la vida. Didio dijo que modificaría los trajes para que no fueran tan sexistas (tapando piernas y quitando medias de rejillas) y luego te encuentras con la escena de Starfire. En fin, qué se puede esperar. La endogamia cultural es lo que tiene.
Muy de acuerdo en todo lo que escribes, un apunte sobre Green Lantern.
La situación de Hal y Sinestro viene de la serie anterior y continua directamente de aquello. No se ha reiniciado absolutamente nada en el caso de esa serie, por mucho que ponga numero 1 en realidad no lo es. Como esta serie lleva un tiempo funcionando han decidido que no hacia falta empezar de cero, pero entonces te coges el resto de las series de los linternas y choca ver a todos los guardianes muertos y a Kyle Rayner recien reclutado.
Bueno, es un sinsentido más dentro del caos general, como todo.
Por desgracia, es una de esas operaciones comerciales donde todo tiempo usado en la lectura es perdido. Y si me apuras, has dicho demasiado, este reboot no se merece el tiempo que has empleado en hablar de él, seguro que podías haber usado ese tiempo en algo más productivo para ti (rascarte el ombligo, por ejemplo) o, ya egoistamente, para nosotros, hablando de cualquier tebeo de esos que lees y dejan los dientes largos... :)
El supuesto "reboot" de DC ha resultado ser un experimento tan LAMENTABLE que sin duda harían falta otros 52 post como este para detallar toda su infamia...
"...he comprado los 52 números uno del reboot DC, sí. No vamos a entrar ahora en los motivos..."
Ahí queda resumida toda la estrategia editorial: "No preguntes. Compra". Y, también hay que decirlo, hoy les ha funcionado. Habrá que ver cuántos meses tardan en quedarse peor de lo que estaban antes, que todos sabemos que terminará pasando.
Ni que sea por lo que me he reído con este post a mi si me parece tiempo bien invertido, lo digo con respeto señor Pons ;)
¡¡BRAVO, MAESTRO!!
Suscribo hasta la última coma y le añado cuatro meses de post como este en mi blog.
De hecho, en un rato te dedico una entrada y lo enlazo.
Deberías leerte el mes dos: ya que no disfrutamos con los cómics, por lo menos que lo hagamos con los improperios que les dedican...
¿Has leído las reseñas de Jim Shooter...?
Lo peor de todo es que la sensación que tengo después de leer los 52 cómics es de desánimo. Porque coincido en que, aunque haya tebeos más o menos legibles (en los que no coincido exactamente con el texto), son todos de un ramplón y de un gastado que asusta.
Da la sensación que la planificación ha sido nula, que a alguien en DC se le encendió la luz de pronto un día y dijo: "¿por qué no sacamos todas las series desde el número 1?". Y van y sacan no una docena, ni dos, sino CINCUENTA Y DOS.
52 tebeos que van cada uno por su lado: en unos se hace referencia al pasado, en otros no; Dick Grayson es capaz de parecer un chaval en Batman y de ser un adulto en su propia serie.
Yo, como lector, tengo la excusa perfecta para dejar de seguir todas estas series. Ninguna me motiva lo suficiente para gastarme el dinero en seguirlas. Y, si las series no son accesibles para el lector nuevo y los lectores antiguos no les vemos ningún interés, ¿qué le queda a DC aparte de las hinchadísimas cifras de venta de los números 1?
No sé: si en un año o dos quieren reiventarse a algunos personajes, aunque sean secundarios (porque a los totems no los van a tocar, por supuesto) y lo hacen con alguna idea original, tal vez crea que sigue habiendo vida inteligente en DC. Hasta entonces...
Luis: sí, lo del color se ha salido de madre completamente. Gráficamente, estos tebeos son muy feos y muy anticuados.
Gerardo: Lo del trato a la mujer es tremendo, pero es que también habría podido hablar de la cuestión de raza. No he visto tratar ese tema con menos sutileza que en "Firestorm", que se supone que va de eso. Hace 40 años eran más sensibles.
Gracias por la info de Green Lantern, Pedro. Que un lector que se acerca con curiosidad a estos números 1 necesite información añadida para entenderlos correctamente me parece que ya dice mucho de todo el asunto. Y eso que Green Lantern precisamente acaba de tener película, o sea, que debería de haber sido un personaje "accesible". Supongo que eso también demuestra que ya ni siquiera confían en que las pelis de Hollywood atraigan a nuevo público a los tebeos.
Álvaro: eso es lo que voy a hacer a partir de ahora, no lo dudes.
Kike: pues tentado estuve de hacer 52 posts. Así de burro soy. Bueno, no tanto, sólo lo pienso, pero no lo hago.
Calduch: Lo que dices es muy interesante. Porque bueno, yo me planteaba que esto era un fracaso. Las cifras de ventas tampoco son para tirar cohetes, y es pan para hoy y hambre para mañana, porque todos sabemos que el público va a abandonar a la de ya. Seguro que hay colecciones que bajan más del 50% en su número 2. Y yo pensaba que empresas tan grandes y longevas como DC tenían una misión empresarial más amplia que sacarse unos cuantos dólares extra al mes. Que tenían unas propiedades importantes y reconocidas que cultivar y trabajar con vistas a estrategias a largo plazo. Y ahora empiezo a pensar que no, que van improvisando con desesperación y sólo quieren meterse algo de líquido en el bolsillo para ir tirando y Dios dirá qué pasa dentro de dos meses. Que sólo les importa llegar a final de mes de cualquier manera. Y en ese sentido, supongo que sí, que el reboot ha sido un éxito y que yo estaba equivocado.
Jordi: Me alegra haber sido de servicio.
Pedro Angosto: El maestro eres tú. Sigo tu sufrimiento en tu blog y lo comprendo y me solidarizo con él. El mes 1 me ha dejado lo bastante agotado como para no continuar. De verdad, es que esto produce fatiga y hartazgo. Literalmente, te quita las ganas de seguir leyendo tebeos.
Melonkid: Hay una cosa que tocas y que no llegué a mencionar en el post. La idea de "reiniciar" un universo desde el número 1 con todas las series a la vez es completamente artificial y ridícula. El Universo Marvel se desarrolló de forma orgánica, con sus propios tiempos. Y DC nunca tuvo Universo, salvo cuando intentó construirlo construyendo sus retales para imitar el estilo Marvel. Algo importante del Universo Marvel era la idea de que había colecciones -personajes- más antiguos que otros. En este reboot es todo un sindiós. Es un tema sobre el que me gustaría haber hablado. Y otra cosa que creo que también apuntas: con muchas series me ha pasado que tenía la impresión de estar ante series DC apócrifas. Marvel y DC otorgaban un carisma, un "aura" especial a sus personajes, que hacía que fueran distintos de los superhéroes "no oficiales" que surgieran como imitación en cualquier editorial pequeña. Con el reboot, muchas series no me han parecido auténticas, era como si no las publicara DC. Todavía era más fácil sentir que uno no pierde nada abandonándolas para siempre.
Por cierto, os informo de que me entero a través del twitter de El tío Berni de que está anunciado ¡un Omnibus con los 52 números 1 del reboot! Como el propio Berni dice, es la consagración de que los números 2 no importan una mierda. Ni siquiera a la editorial.
Me ha salido el post anterior con un nick antediluviano...
Creo que DC ha sufrido una involución terrible en los últimos años. ¿Qué han hecho con Barry Allen? ¿Para qué traerlo de vuelta, si vas a retconearlo de tal manera que no reconoces en él al personaje que fue? ¿Y es que no se acuerdan que, cuando murió en las Crisis, ya estaba de capa caída?
Han reducido a todos sus personajes al cliché... y se creen que los han devuelto a la esencia.
Y ese Omnibus... como documento histórico estará bien.
" Hay una cosa que tocas y que no llegué a mencionar en el post. La idea de "reiniciar" un universo desde el número 1 con todas las series a la vez es completamente artificial y ridícula. El Universo Marvel se desarrolló de forma orgánica, con sus propios tiempos. Y DC nunca tuvo Universo, salvo cuando intentó construirlo construyendo sus retales para imitar el estilo Marvel. "
ESTA es al reflexión que tenían que haber hecho desde Warner. Es, precisamente, lo único que podía haber salvado DC de la ruina más absoluta.
Que reinventen a Superman, Batman, Wonder woman y, quizás, héroes más de "segunda" como Green Lantern o Aquamen. Y, si acaso, que planifiquen un "crossover" entre alguno de estos personajes para el futuro. Pero plantear un supuesto relanzamiento ya con el mismo vagaje, errores, tópicos y laberinto de referencias cruzadas que llevan arrastrando todas estas colecciones desde hace quince años... resulta sencillamente ridículo.
De todos modos, supongo que, tarde o temprano, tendrán que hacer las cosas bien. Por que vamos, o acaban haciendo las cosas bien o se HUNDEN. Así de simple.
Señor Santiago García. No es que me entusiasme demasiado el tebeo de supertipos, así como tampoco siento nada en especial por la editorial DC comics. Pero, en mi ínfima y poco relevante opinión, diré que la editorial es libre de hacer lo que quiera con sus personajes franquiciados y, si esa libertad pasa por hacer pamplinadas insulsas, bienvenida sea, porque los únicos afectados reales por semejante toma de decisiones son ellos, para bien o para mal. A muchos, en algún momento de nuestras vidas, nos habrá gustado tal o cual serie y personaje, hemos disfrutado de ello, ya está, no les demos más vueltas: Si los jóvenes de hoy quieren tebeos los pedirán, si quieren calidad, la pedirán, si no la encuentran en DC, irán a otra parte, así es la vida ¿no?
Además, lo mejor de todo:Cuanta más mierda, más evidente quedará la obra que alguien diga en algún momento que deba ser leida.
Para terminar, solo decir que creo que hay debates más importantes que el reboot de DC comics, a dónde vá el cómic, etc... Que los hagan quienes quieran y los lean quienes guste y si nó, narankas de la xina
Un Saludo
PD: Creo que la principal crisis que atraviesa la humanidad no es la económica, es la ontológica y la de defender el sueño hasta tal punto que se pierda el norte de la realidad ¿no? Chi lo sá
Que gran verdad encierran las palabras de Santiago. Un servidor se encuentra entre los dolientes por la desaparición del Universo DC.
A ver si caen de su burro de una vez y se dan cuenta que para escribir buenas historias hace falta continuidad y sobre todo talento. El hipotético nuevo lector no existe y no está la cosa para perder a los de toda la vida.
Señor S: efectivamente, su opinión ha resultado del todo ínfima y poco relevante.
Y lo que nos reiremos cuando vuelvan a los orígenes que ahora pretenden dejar para volver a lo básico. A toda editorial le llega su Reborn o boot...
He disfrutado mucho con su post y una curiosidad; estoy repasando los Conan de Barry W.Smith... ¡Ejem! La cuestion de fondos y decorados la dominaba un poquito el chaval. No como otros por lo que he leido.
Saludos.
Countdown to DC RIP: Esta si que será la crisis definitiva que lo cambiara todo...
EL artículo es de un simplón y poco argumentado que asusta, por mucho que se junten cuatro freaks amigos y lo aplaudan. Maduren señores que parece que papá les haya roto el scalextric. El reboot ha sido un éxito editorial y de ventas del que has salido al menos una docena de comics dignos de mención que es más de lo que había antes. Maduren. Los ejemplos de sexismo es de descojonarse ya: el ejemplo de Batman en identidad civil rodeado de chicas como sesudo ejemplo de que no solo hay sexismo directo: señores que eso pasaba en los dibujillos animados de los 90 también...Seriedad, un mínimo...
De verdad se gana el autor de este blog la vida con los comics? No me lo creo.
Ahora pueden decir que mi comentario es futil como el del último que les lleva la contraria.
que desfachatez, me he leido tu artículillo en profundidad y el i, vampire ni e lo has leído...has heco eso con el resto? la seta esa d ela que te quejas en Green Arrow como aparatejo que nadie puede creer que sirva para comunicarse existe y el diseño es exactamente igual. Has estado alguna vez en una oficina? En una sala de reuniones? Ah, que eso no sale en tebeos!
Me he partido el culo con todos tus errores: Kirby en los defensores en los 70? Eso paso en tierra 1 o en tierra 2?
Para mí, lo más repugnante de todo son las dos fugas de Arkham y lo de arrancarle la cara al Joker. El problema no se encuentra ya en los detalles, sino en el propio concepto. Están asesinando sus propias franquicias.
Ojalá la gente que hace tebeos tomara ejemplo de la serie de dibujos de los 90. Muchas veces he pensado que Paul Dini y Bruce Timm deberían estar AL FRENTE de DC comics.
Lo principal sería eliminar al inútil de Geoff Johns y a su amiguito Dan Didio. Vaya tela de mediocridad que llevamos años arrastrando los fans de DC por culpa de este horrendo duo. A un guionista de segunda fila no lo puedes poner como cabeza pensante de toda una línea de comics (y menos si se pone a contratar a inútiles como Scott Lodbell, Rob Liefield, Dan Jurgens o Fabian Nicieza). Si le dieran esta responsibilidad a alguien como Peter David estas cosas no pasarían.
Y bueno, genial análisis y un sonoro AMEN a todo lo expuesto.
Saludos.
Hola. Me gustaría aportar un poco de optimismo a los comentarios de Santiago García (unos comentarios que comparto en más del 50%). 3, básicamente, son sus críticas, a mi entender, al reboot de DC:
1-Exceso de tópicos y repetición de clichés.
2-No librarse de la carga de la continuidad anterior.
3-Autores con "pocas luces".
Vayamos al primer y segundo puntos: Creo que estamos criticando a DC y su "reboot" sólo por ser "actualidad". En el último álbum de Spirou y Fantasio de Munuera también hay reseteo pensando en un reboot. ¿Y que nos aporta el siguiente álbum de Spirou? Más de lo mismo. Realmente, ¿hay algo nuevo en Spirou después de Franquin? Ya puestos, ¿hay algo nuevo en los mangas shonen best-seller de Shonen Jump después de Dragon Ball? Etc. Estamos, opino, ante un problema "estructural" de todo la narrativa "comiquera" o no mundial. No por ello debemos decir que el género "se acaba": Precisamente tiene en su "repetición" y su "reboot" constante su forma de vivir. En el fondo, a mucha gente, le gusta la repetición, en mucshos ámbitos de sus vidas, pues le aporta seguridad. Y esa seguridad, trasladada al lector de cómic de super-héroes, es saber qué tipo de historia va a leer. Son esas historias las que le gustan y por eso va a la librería a buscarlas. Quiero decir con todo ello que el género de super-héroes tal como es no puede desligarse de su pasado y eso es, para algunos (quizás muchos), lo que le encuentran de atractivo. Y ese problema, repito, aparece en otro tipo de cómics de otros géneros y casi diría que en sistémico en todos los cómics de éxito (Ásterix es siempre igual, One Piece es siempre igual...).
Aceptando pues que ya no queda nada original por contar la gracia, y lo que debemos exigir los lectores, es la manera de contarlo...
...Vayamos al punto 3: Aquí está la raíz del problema. ¿Son los autores (y editores) escogidos por DC suficientemente brillantes para explicar buenas "viejas" historias? Si las historias son buenas engancharan a nuevos lectores y si son malas lo contrario (la carga o no de la continuidad no debe ser problema para un lector que descubra el género por primera vez si va hacia él con ganas y mente abierta. ¿Cuánta gente se está leyendo "Danza de Dragones" sin haber leído "Juego de Tronos"?). Y es que tenemos autores en el "reboot" de DC que quizás estarían mejor "jubilados" como Dan Jurgens...Pero como mi idea es aportar "optimismo" al debate también diré que, por ejemplo, Brian Azzarello y Cliff Chiang lo están haciendo bien en Wonder Woman (por lo menos "a priori"), que Jeff Lemire me gusta en Animal Man, etc.
Saludos, gracias por la atención y gracias por leerme.
El único problema de por si, no es que el Reboot no cumpla todas las expectativas (lo cual, es cierto, no las cumple)...Sino, que esta entrada tuya parecía que venías desde antes con la predisposición de destrozar.
Arval, ¿Y?
Es su blog, sus opiniones, su experiencia. Y si le ha parecido una mierda como un piano este ejercicio de reinvención, así lo expresará argumentándolo (o no, ya te he dicho que es su blog y te recuerdo el ya clásico…"se lo folla cuando quiere")
Saludetes.
Gran artículo señor Santiago y por desgracia estoy de acuerdo en casi todo lo que se comenta en él.
El reboot, relanzamiento re-loquesea del universo DC ha sido un fracaso total y absoluto. ¿Que ha vendido un montón como dicen por ahí? ¿Y qué? En 4 meses van a tener que empezar a cancelar series a cascoporro del bajón que van a pegar y espero que la primera sea la Justice League. ¿Es que Johns intenta imitar a Bendis o qué cojones le pasa?
Nunca he sido contrario a un relanzamiento masivo, sobretodo en casos como los de DC donde desde que Didio ha entrado no se ha hecho nada con fuste, sentido o buen gusto y si se ha hecho ha sido a pesar de estar Didio ¡Pero es que se nota que este relanzamiento ha sido una chapuza de proporciones cosmicas!
Autores viejos o MUY viejos que no se sabe que coño hacen todavía haciendo dibujos (lodbell... ¡¿ENSERIO?!), planificación nula que se nota al no saber ni los lectores más veteranos cuando pasa qué y ya los nuevos no te digo nada, no se van a enterar de una mierda y si a la planificación nula le añades que empiezan con ¡¡52 nuevas series!! pues ya rematamos a los nuevos lectores alejándolos por siempre jamás.
Todo hecho con el culo (de Didio) y es una lástima ya que habiendo empezado de verdad, DE VERDAD, a contar todo desde el principio, con unas poquísimas series (aunque los primeros meses fueran quincenales, lo cual ayudaría a contar rapidamente los origenes) e ir poco a poco añadiendo más leña al fuego las cosas habrían ido mucho mejor, pero lo dicho, lo han hecho casi todo fatal (no todo ya que a pesar de lo que dice el artículo hay series que si me han gustado) y en los siguientes meses veremos como DC se hunde en la miseria.
Bueno, yo creo que este desaguisado tiene un nombre, y es Bob Harras. Este señor se ha pasado los últimos 10 años de su vida supervisando la línea de tomos de DC (es el "editor" de la nueva edición de The Killing Joke"... si se puede ser editor de una reedición en la que solo se pone nuevo el color; y no sé si alguien tiene bemoles de decirle a Bolland que haga el color de esta o de aquella manera). Cuando se ha reestructurado la dirección de DC y Jim Lee se ha convertido en un capitoste, se ha acordado de su viejo amigo Harras.
Hace tiempo ya que Marvel le da sopas con hondas a DC, y cuando Didio, Johns y Lee le preguntan a Harras qué podrían hacer para ganar terreno, pues está claro: "vamos a repetir mi superjugada en la Marvel de los `90, ésa que vendií tantísimo que nos forramos: La Era del Apocalípsis y Heroes Reborn".
Y eso es todo. Flahpoint es LEDA, pero punto por punto: el héroe que vuelve al pasado para salvar a un ser querido, la caga, el mundo se vuelve un futuro apocalíptico lleno de versiones apocalípticas, solo un héroe recuerda como eran las cosas antes, y se produce una alianza para rehacer la antigua realidad. Y todo el rebbot es Heroes Reborn, PERO A LO BRUTO. Además, realizado (casi) por los mismo autores, con el mismo espíritu y supongo que, de aquí a unos meses, con los mismos resultados.
En fin, que aviados estamos.
Menos mal que nos queda Marvel. Que también tiene lo suyo, pero al menos los editores saben lo que hacen (o algo así...).
Saludos!
¿Si en DC hubiera hecho 52 series como All-Star Superman se estaría quejando alguien? Es que esa idea era la buena. De la continuidad también pasaba, pero por lo menos era un buen cómic. El problema es que no es lo mismo un cómic de Morrison/Quitely que uno de Jurgens.
Y, de todo lo leído, a mi el nuevo Superman no me ha disgustado del todo. Ni el de Morrison ni el de Pérez.
Gracias a todos por los comentarios.
Francesc X. Pérez, estoy bastante de acuerdo con todo lo que dices, lo que pasa es que yo llego a conclusiones distintas a partir de observaciones parecidas. Supongo que tenemos perspectivas diferentes, que cada uno pide o espera una cosa distinta de esto.
Alberto Díaz: No lo había pensado. Visto así, tienes bastante razón. ¡O sea, que detrás del Reboot DC sí que hay un supervillano con nombre y apellidos!
Gracias a tí por la respuesta ;)
Luis Bustos, como dices es su blog y publica lo que quiere, efectivamente. Pero parece que las editoriales no pueden publicar lo que quieren y lo más grave, el trabajo profesional de gente puede ser mojones, mierdas, limosnas, así soltado públicamente y desde una tribuna que se autonombra profesional...
Ah, y a propósito del sexismo, no pude evitar fijarme que en el mismo Dark Knight que mencionas, cuando aparece un personaje femenino de aparentemente cierto peso, ya que ¡habla con Bruce Wayne!, nuestro amigo David Fincher la viste como una, ejem, putona. Un vestido tubo de manga larga pero con una microfalda y una cremallera por delante.
Enlazando con lo que luego has expuesto en el siguiente post, supongo que Fincher, o el editor, pensaría que un personaje femenino que va a tener un cierto empaque debería vestir con cierta clase, una clase que le diferenciaría de esas mosconcillas que revolotean alrededor de Wayne... pero es que parece que para el dibujante tener clase es vestir como una american pornostar (??).
En fin, que tampoco es pa morirse, pero a mi me llamó más la atención que la viñeta que tú mencionas.
Y Francesc, una anéctoda que ilustra bastante bien toda esta movida: dices que Azzarello está haciendo una buena Wonder Woman. Pues hace poco bromeaba en una entrevista diciendo que, por lo visto, NADIE estaba supervisando su trabajo, para ver si encaja en alguna continuidad establecida, sea reciente, antigua, o por lo menos, concordante con lo que sale ese mes en Justice League. Creo que es una muestra de lo que está pasando en DC.
Venga, se acabó ya!
En Brasil dicen "Reboot da DC, um puta puteiro do caralho!" http://www.interney.net/blogs/melhoresdomundo/2011/09/20/reboot_da_dc_um_puta_puteiro_do_caralho/ :D
Y encima con el reboteo han aprovechado para clapar las dos colecciones que tenían que estaban bien, la Zatanna de Dini y los REBELS de Bedard.
El problema sigue siendo una industria que ya sólo funciona a base de hype. El hype se alimenta a base de un megaevento supertrascendental detrás de otro y a través de el los autores amiguetes se hacen con las llaves del cotarro y hacen y deshacen a su antojo. Antes no sólo sucedía que los autores buenos eran contratados por Marvel y DC, además tenían editores dignos de ese nombre.
Ah, y por favor a ver si dejamos de alucinar con el All-Star Superman, que no es más que un refrito del Superman de los 50-60 hecho sin la fina ironía del Supreme de Moore (y además las historias originales eran mucho más divertidas)
E. Martin, a mi el All Star Superman si que me parece un gran cómic… y más allá del talento de Quitely, y las ideas locas de Morrison, me encanta que no tenga esa ironía que, personalmente, ya me cansaba bastante. Me encanta ese regusto cuasi naif. Esa forma de contar las historias entre cierto clasicismo y sofisticación (¡esas elipsis, madre mía!)
Saludos!
Antes de leerme algo de los 52 me quedo en que el reboot es a lo Heroes Reborn de la Marvel, y opino que por lo menos sirve para presentar los nuevos trajes, que están de cine.
¿¿¿Y para esto se cargaron Xombi???
Aunque quede constancia que a mi Animal Man, Swamp Thing y Frankenstein me han gustado :S
Santiago acabo de leer tu blog por primera vez y te voy a seguir a partir de ahora apenas me he leido unos cuantos numeros que me interesaban pero tienes toda la jodida razón. Tanto por el fracaso frente a las expectativas que han creado, tanto por la enorme falta de talento que muestran y por la deplorable falta de agallas, con esto ni van a convencer a los nuevos lectores ni van a convencer a los viejos, es una autentica lástima la de buenos escritores y dibujantes con ganas de trabajar, innovar y transgredir que estan en sus casas haciendo pinitos y soñando mientras estos tios miran acciones y ventas.
Una pena.
Impresionante tu analisis de verdad, un saludO
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