He hablado en otras ocasiones de Jim Woodring en Mandorla, de modo que no quiero extenderme demasiado en este post. Pero no puedo dejar pasar sin un comentario su última novela gráfica, The Congress of the Animals (Fantagraphics, 2011). Temo haber gastado todos los superlativos en la producción anterior de Woodring, y encontrarme ahora con el problema de que The Congress of the Animals supera a todo lo que ha hecho antes, y ya no me quedan palabras para calificarlo. En cierta manera, es lo mismo que se encuentra en Frank y en Weathercraft, pero en cierta manera, también, es la odisea suprema de sus personajes, ahora enzarzados no solo en un eterno viaje al confín de la fantasía, sino también en la parodia de su regreso a casa, a la familia y a la normalidad. No he utilizado la palabra «odisea» por casualidad. Deslumbrante en su ambición de artista moderno y en su devoción de artesano medieval, Jim Woodring demuestra que su talento es un manantial inagotable que alimenta un río fantástico más caudaloso cada año que pasa. Y ya se sabe que los ríos van a dar al papel.
Jim Woodring en Mandorla:
1 comentario:
Magistral.
Publicar un comentario