miércoles, 25 de enero de 2012

¿QUIÉN HA DEJADO UN TORO EN EL BORDE DE LA MESA?

El otro día, al hablar de Diamond Flash, la película de Carlos Vermut, decía que hay formas de hacer las cosas que están alejadas de los sistemas industriales y más próximas al compromiso personal. Y aunque Manel Fontdevila, precisamente Manel, me lo puntualizaba en comentarios, creo que ése es un valor singular y poco común. Y además, creo que es algo que aprecio más a medida que pasa el tiempo, por cierto.

Compromiso personal es el que tengo, por ejemplo, con mis amigos Alba Diethelm y Manuel Bartual, de manera que sólo puedo escribir sobre ellos desde la amistad. Y compromiso personal es el que tienen ellos con su microeditorial ¡Caramba!, que tiene su mayor capital en la cantidad desbordante de ideas que maneja y en el talento y la habilidad de sus fundadores.

Gestionando el tinglado desde el salón de casa, Alba y Manolo sacaron una publicación espectacular dedicada a los mecanismos del humor, y a continuación se han descolgado con un libro que es uno de los objetos más singulares que se han visto en el cómic español reciente y que, sin embargo, muestra una coherencia absoluta con su primer lanzamiento. Porque Reunión, de Manel Fontdevila, también está dedicado a explorar cómo se enciende la chispa del humor, cómo se da ese primer paso en dirección hacia la risa.

[Después, el catálogo de ¡Caramba! ha engordado con uno de los libros estrella de las pasadas navidades, Let's Pacheco!, de Carmen y Laura Pacheco; y ya asoma por el horizonte la singular cabeza de Paco Alcázar; termina aquí toda la publicidad institucional y gratuita de Mandorla sobre ¡Caramba!].

Reunión recoge con apariencia de facsímil -la encuadernación imita un bloc de espiral- montones de hojas de los apuntes que ha tomado Manel Fontdevila mientras asistía a las reuniones del consejo de redacción de El Jueves entre 1997 y 2011. Hay en sus páginas un barullo de texto, tipografías espectaculares, dibujos, viñetas, caricaturas y ocurrencias de todo tipo semejante al que se podría encontrar en las hojas en las que cualquier persona garabatea mientras está hablando por teléfono. Siempre y cuando, claro está, esa cualquier persona esté dotada de un talento que, al cabo de los años, cada vez me voy convenciendo más de que es casi sobrehumano o mutante. Podría hablar del testimonio directo -a modo de diario- que supone este cuaderno de la vida cotidiana de España, vista desde la terraza de una revista satírica de actualidad, y cómo los temas que nos parecían preocupantes en 2007 se van disolviendo poco a poco en el magma de la Final Crisis actual, que finalmente parece derretirlo todo, todo, todo, hasta acabar con el mismo cuaderno en una página final que da las explicaciones más pertinentes que se pueden dar sobre la economía mundial.

Pero voy a intentar no extenderme demasiado, así que me voy a concentrar en otra cosa que tiene más que ver con los temas aromáticamente comiqueros que solemos tratar en este blog. Desde luego, no es la primera vez que se hace un cuaderno de bocetos de un dibujante de cómics, ni siquiera de Manel Fontdevila (en alguna estantería de mi casa debe de dormitar el que le publicó Midons hace más de una década), pero sí que creo que Reunión revela que la perspectiva que tenemos del cómic (algunos, claro) es ahora muy distinta de la que teníamos hace unos años.

No hace tanto que la reivindicación del cómic -que nadie os engañe, el cómic lleva toda la vida intentando reivindicarse, esa voluntad no es nueva- venía por el dibujo. La famosa expresión que Toutain tatuó en su colección más lujosa, «Cuando el cómic es arte», se leía como «cuando el dibujo de cómic es tan bueno que es artístico». En 2012, sin embargo, (para algunos) el cómic ya ha alcanzado carta de naturaleza autónoma, y arropado por teorías propias -todavía incipientes, pero con ganas de crecer- se reconoce que sus cualidades más artísticas no están en calidad del dibujo, sino en una suma singular de procesos diversos.

Quiere esto decir que Reunión no es un libro de dibujos para admirar de esa manera desfallecida en la que nos enseñaron a celebrar el Sublime Trazo del Divino Maestro, sino un libro para leer, para recorrer en diferentes direcciones y a diferentes velocidades, y también, claro, siendo Manel Fontdevila el responsable último, un libro para reír. En ocasiones, a carcajadas. Véase por ejemplo la página donde aparece el texto que titula este post.

En resumidas cuentas, y se mire por donde se mire, Reunión es un cómic. De forma libre y singular, que en virtud de esa heterodoxia implícita reivindica el cómic como algo más que un conjunto de formas estandarizadas o como un mero lenguaje formulaico. Leyendo Reunión, a la pregunta «¿Qué es cómic?» responderíamos: «Cómic eres tú», siempre y cuando quien nos clava en la pupila su pupila azul mientras formula esa pregunta sea el ínclito, ubérrimo y manrésimo Manel. Impepinablemente.

Extra 1: Más cosas que hace Manel en los márgenes: Aviador.


Aviador es un microtebeo publicado por Badabum donde Manel Fontdevila se pone lírico, que es algo que le gusta mucho aunque intente disimularlo. Al igual que en el caso de Reunión, la forma también lo convierte en una golosina de sabor especial. El propio Manel os cuenta más cosas en su blog. Ah, y esto también es importantísimo: Manel Fontdevila por fin tiene blog. Internet no volverá a ser lo mismo.

Badabum es, por cierto, otra de esas maravillosas editoriales domésticas que están empezando a proliferar en España, al estilo de ¡Caramba! Entre sus fundadores se encuentra el gran Pep Brocal, de quien ya hablamos en Mandorla. Acaban de hacer un maravilloso vídeo de presentación de su catálogo.

Extra 2: Más cosas que hace Manuel Bartual en los márgenes: 85.12.30.



Manolo se compra una cámara de vídeo para hacer entrevistas a los autores de ¡Caramba! y las energías creativas incontenibles que se agolpan en su sobaco le impulsan a hacerse un cortometraje casero que ya está entre los favoritos del festival Notodofilmfest. Así se escribe la historia, señores.

Extra 3: Dos entrevistas muy buenas donde Manel habla de Reunión.

La primera, de Alberto García Marcos, en la propia web de ¡Caramba!

La segunda, de Rubén Lardín en Vice.

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