(PARTE DEL CAPÍTULO LAS MEJORES HISTORIAS DE BATMAN)
MURDER IN THE NIGHT
Jim Starlin (entintado por P. Craig Russell)
Detective Comics 481-482 (1978-1979)
Apenas se ha recuperado Batman de su aplastante derrota a manos de Hugo Strange cuando le cae otra paliza de órdago. Jim Starlin, que se integraría en la saga batamaniana diez años más tarde para convertirse en el guionista que mató a Robin-Jason Todd, dio aquí un aviso de sus aviesas intenciones. Starlin fue uno de los grandes durante los 70, y uno de los primeros guionistas-dibujantes (o “autor completo”, como se les suele llamar) que llamó la atención en Marvel, con dos epopeyas cósmicas protagonizadas por el Capitán Marvel, Warlock y un villano de su invención, Thanos. Thanos está impregnado de la obsesión por la muerte que se desprende de la mayoría de las páginas de Starlin, y que también se palpa en esta aventura en dos capítulos. En la portada del primero de ellos, Batman salta sobre una calavera, imagen recurrente que encaja con el resto de las fascinaciones mórbidas de Starlin. Es precisamente ese culto a la Dama Pálida y una violencia más que explícita para su momento, lo que distingue a esta historia, cuyo argumento parece por lo demás extraído de los absurdos años de apogeo de los gorilas en DC, durante los 50 y primeros 60. Batman investiga los asesinatos de tres hombres que sirvieron con su padre durante la guerra y descubre que han sido víctimas de la venganza de Xavier Simon, un canalla de la peor especie a quien enviaron a la cárcel años antes. Ahora Simon es un anciano confinado a una silla de ruedas que no duda en confesar todos sus delitos delante de Batman, para inmediatamente colocarse en la cabeza un dispositivo que, al menos aparentemente, le fríe los sesos. En realidad, lo que ha hecho Simon es transmitir su conciencia a un descomunal gorila, paso previo a su transferencia definitiva, con destino al perfecto cuerpo del mismo Batman. El plan va perfectamente hasta que Batman se libera y destruye el instrumental para la transferencia, lo que provoca un incendio en el cual se consume el cuerpo de Simon, que así queda condenado para siempre al cuerpo del simio. Lo que sigue es una batalla a muerte entre Batman y un mono furioso y vengativo. La violenta victoria es para el gorila, que alza en vilo el magullado cuerpo de su adversario para arrojarlo desde lo alto de un edificio, lo cual no consigue gracias únicamente a la intervención milagrosa en el último segundo de un guardia de seguridad que acribilla a tiros al hombre-bestia.
Lo que distingue “Murder In The Night” de las limpias fábulas fantacientíficas de los 50 mencionadas antes es el tono del relato. El primer capítulo es terrorífico, lleno de presentimientos de desastre y de escenas sangrientas de muy mal agüero. El segundo, como las mejores páginas de Starlin, está presidido por un tono fatalista y sombrío y concluye con la derrota del héroe, salvado en última instancia por un deus ex machina. Para acabar de redondear un producto excelente, las tintas del exquisito Craig Russell mejoran notablemente el confuso dominio del dibujo que Starlin acostumbra a exhibir. A pesar de lo excelente del resultado, Starlin y Russell sólo dejaron esta historia para que los fans de Batman la saborearan durante las décadas siguientes. En España, Bruguera publicó la conclusión en el álbum gigante de Batman nº 2, un libro de 64 páginas que en 1979 se vendía al exagerado precio de 150 pesetas. A pesar de la rotulación mecánica y el imaginativo coloreado nacional, una compra imprescindible que también incluye el clásico “The Tomb of the White Bat!”, otra maravilla de Denny O’Neil, Michael Golden y Craig Russell sacada de Batman Family 19.
En 1988, Starlin escribiría la serie de cuatro números formato “Prestige” Batman: The Cult, uno de los primeros y más lamentables intentos de aprovecharse del éxito de The Dark Knight Returns con imitaciones de baja categoría.
3 comentarios:
¡Recuerdo aquel tebeo!
Me acompañó durante años y lo reeditó DC en uno de sus recopilatorios de Batman, tal vez un especial gorilas, ¿cómo es posible que mi yo de diez años ya distinguiera lo realmente bueno sin una educación visual madura?
Una historia maravillosa.
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