jueves, 21 de octubre de 2010

BATMAN Y DITKO

Entre el ramillete de tebeos de Novaro que he conseguido aquí, uno de los que me ha hecho más ilusión es Batman nº 960 (4 de febrero de 1979), que lleva como historia de portada una aventura de Man-Bat (procedente de Man-Bat nº 1, 1975) coprotagonizada por Batman. El motivo de mi ilusión es que la historia está dibujada por Steve Ditko, y ahora mismo no recuerdo otra ocasión en que Ditko dibujara a Batman. La habrá, seguro, pero yo no la recuerdo o no la he visto. Ahí están los comentarios para ilustrarme.


Esto por sí solo convierte al tebeo (víctima por otra parte de un rutinario guión de Gerry Conway, y con tintas eficaces de Al Milgrom) en algo especial, porque Ditko es uno de los dibujantes más personales que ha tenido nunca el cómic mainstream USA, y cada cosa que toca la hace propia y extraña por su mero contacto. Durante los setenta, la imagen de Batman estuvo definida por el modelo de Neal Adams, que perpetuó Irv Novick y luego Marshall Rogers y Jim Aparo. Y Ditko, siempre tan irrenunciablemente ditkiano, está en las antípodas de ese modelo, de tal manera que ver a Batman dibujado por él, aunque sea en un cómic oficial de DC, es como enfrentarse a una versión apócrifa del personaje. Diría que hasta underground, porque no ha habido dibujante más underground que Ditko en la historia del cómic americano, si tomamos el sentido estricto de la palabra.

El fenómeno del choque entre personajes fuertemente codificados y dibujantes de estilos muy personales siempre me ha parecido interesante, y sin duda los dos mejores ejemplos de esta situación son precisamente los dos que forjaron la Marvel clásica (y por tanto, la industria del cómic yanqui actual), es decir, el propio Ditko y Jack Kirby. Ditko está asociado con Spiderman, pero resulta rarísimo ver su versión de Daredevil, por ejemplo. Kirby, sin embargo, aunque dominó todo el Universo Marvel, con Spiderman en concreto choca de forma brutal (por mucho que una de las leyendas de origen del trepamuros le convierta en el diseñador de su apariencia). Ditko y Kirby delimitaron un territorio propio personalísimo, y difícilmente pudieron penetrar en el del otro. John Romita fue el intermediario, el modelo de consenso que elaboró la fórmula apta para dar una imagen coherente, amable y digerible de las imágenes extremas concebidas por esos dos visionarios. Romita fue quien posibilitó que el Capitán América y Spiderman pudieran convivir en la misma viñeta.

Así, es normal que personajes ajenos con una tradición iconográfica tan consolidada como Batman y Superman fueran repelidos por los estilos de Ditko y Kirby. Kirby trató extensamente a Superman en sus historias del Cuarto Mundo, especialmente en Jimmy Olsen, pero ya sabemos que su rostro fue redibujado por Curt Swan (el Romita de DC) para adaptarlo a la línea oficial. A Ditko no lo recuerdo nunca en Superman, y, como digo, para mí su Batman ha sido un hallazgo insólito.


Solemos pensar que a partir de su abandono de Spiderman (y de los sucesivos fracasos de sus proyectos más personales en DC como Creeper o Hawk and Dove), Ditko entró en una larga decadencia, convertido en un machaca más, condenado a hacer números de relleno en series secundarias donde su estilo, cada vez más anticuado, resultaba como mínimo antipático a los lectores más jóvenes. Pero este episodio de Man-Bat es la clara demostración de que, estuviera en las circunstancias en las que estuviera, Ditko se lo tomaba siempre en serio. Es obvio que ha meditado cómo tratar a Batman, y ha decidido que es un personaje misterioso, una criatura nocturna que es más eficaz envuelta en las sombras. Como consecuencia, lo dibuja siempre con el rostro oscurecido (menos en la primera viñeta en la que aparece, en la que está en casa con Alfred, en un ambiente doméstico, desprovisto de sus atributos especiales; y también en un par de viñetas de acción en las que está siendo derrotado y por tanto, se muestra indefenso y de nuevo privado de sus atributos), intentando transmitir esa sensación de algo enigmático. No recuerdo otro tebeo de Batman (y he leído unos cuantos) en los que el personaje salga siempre con la cara en negro.

Por supuesto, no funciona. Como decía antes, este Batman se ve ya anticuado frente al Batman canónico de esos momentos (Ditko se ve anticuado desde 1966, es la verdad), y Ditko no es tanto un maestro de lo misterioso como de lo extraño, de lo extravagante y lo escalofriante, de lo alucinante y lo angustioso. Tal vez por eso Conway le proporcionara un guión protagonizado por un villano, el Barón Tyme, que parece un remedo del Barón Mordo, el archienemigo del Doctor Extraño en la época clásica del personaje que dibujó el propio Ditko.


O tal vez no, porque dadas las condiciones de producción del momento, es posible que Conway escribiera su guión sin saber ni siquiera si lo iba a dibujar Ditko. Es sorprendente el rumbo editorial que tenían por entonces las grandes editoriales norteamericanas. Tómese de ejemplo esta serie de Man-Bat, ya de por sí un personaje complicado para hacerlo protagonista de su propia cabecera. Dos números públicados, sólo dos, en 1975 y 1976. Cada uno, con un equipo creativo distinto, y de lo más dispar. El primero es de Conway-Ditko-Milgrom, como ya hemos dicho, y el segundo de Martin Pasko, Pablo Marcos y Ricardo Villamonte. Los villanos y los argumentos no pueden ser más estrafalarios (en el segundo, Man-Bat se enfrenta al Hombre con Diez Ojos en la punta de los dedos, que, por alguna razón, ha decidido que la mejor forma de aprovechar su singular condición es dedicarse a asesino a sueldo).

La serie murió ahí, ¿es de extrañar?

Hoy en día a esto lo llamamos bizarro. Y eso sí, en bizarría, Ditko es el rey.

Aunque estoy seguro de que todos los lectores de Mandorla son también lectores de entrecomics (como debe ser), por si hay algún despistado que no las haya visto, aquí tiene un par de entradas de mucha más enjundia sobre Ditko:

7 comentarios:

Julián Glez. Aréchaga dijo...

¿No era Murphy Anderson el que "arreglaba" las caras del Superman de Kirby?

elpablo dijo...

wep, no en todas las viñetas, claro, pero ese discípulo absurdo de ditko, ese mcfarlane, si que hizo un batman de vago recuerdo ditkiano (eso de ponerle el careto negro, sí) en ese MOJÓN DE PICO que fue batman yiartú!

el tio berni dijo...

También circula por ahí un dibujo promocional de Ditko para la cole de Man-Bat, no sé su aparece en el cómic o no:

http://www.progressiveruin.com/images/manbatad.jpg

Y en el Superman #400 Ditko hace una ilustración de Superman que... bueno, no sé, recuerda un poco a su rollo objetivista y tal. Y por supuesto, su estilo no pega ni con cola con el personaje.

Muy buena tu entrada.

Pepo Pérez dijo...

Creo que sí, el que materialmente arreglaba los caretos era Murphy Anderson, pero con las caras típicas de Curt Swan, fueron el modelo hegemónico de Superman en los 70.

Pepo Pérez dijo...

Anderson, además, era el entintador inseparable de Swan, tendría ya bien cogido el "canon"...

Julián Glez. Aréchaga dijo...

Es curioso como lo mismo que le hacían a Kirby con Superman se lo hacían a algunos de los artistas que siguieron el Capitán Trueno después de Ambros. Por ejemplo, Fuentes Man, aunque ahí era más corta y pega.

Santiago García dijo...

Ha sido algo tradicional en el cómic comercial de toda la vida. Al fin y al cabo, por eso hablamos de personajes "icónicos", porque son como logos que hay que reconocer. En otros casos, esa asimilación del estilo se realizaba en la fase previa de la producción. Por ejemplo, en el estudio Hergé colaboraban muchos dibujantes distintos, pero todos imitando al jefe y respetando la imagen de marca.