viernes, 22 de octubre de 2010

BATMAN EN ESPAÑA


Sigo en pleno batfestival, gracias a Novaro. Otro tebeo que me ha hecho ilusión conseguir ha sido el nº 1.111 (mil ciento once, nada menos) de la colección del Hombre Murciélago, publicado el 28 de diciembre de 1981. Corresponde a Batman #320 (febrero de 1980), escrito por Denny O'Neil, dibujado por Irv Novick y Bob Smith y con color de Glynis Wein. La portada es de Bernie Wrightson. La gracia es que esta historia de Batman está ambientada en España. ¡O eso dice!


Recuerdo haberla leído en su día en la edición de Bruguera. Novaro distribuyó los cómics de DC en España hasta 1980, aproximadamente, momento en el cual los derechos para nuestro país pasaron a Bruguera. En México, sin embargo, Novaro continuó hasta su final, hacia 1985 (curiosamente, coincide también con el de Bruguera), y los cómics de esa editorial que son más fáciles de encontrar aquí son precisamente los de ese período desconocido para nosotros, el de 1980-85.


Aunque en su día no recibió la misma promoción que más recientemente recibiría El caballero del dragón, sí recuerdo que Bruguera incluyó en la portada un rótulo que anunciaba «¡Batman en España!» También recuerdo lo especial que hacía aquel anuncio a dicho tebeo, y la decepción que me llevé al leerlo. ¿Batman en España? ¿Dónde estaba la Cibeles, la Giralda o el Tibidabo? Aquello estaba ambientado en un pueblo raro y anónimo que ni siquiera parecía español realmente. ¿O acaso tendría que replantearme lo que era realmente español? ¿Debería intentar parecerme más a lo que salía en aquel tebeo de Batman para ser aceptado por su mundo?


Por supuesto, el pueblo en el que está ambientada esta aventura de Batman -que es algo así como la enésima versión previa de Seven, con un asesino en serie que castiga a sus víctimas con motivos de los pecados capitales- es realmente un pueblo mexicano. La arquitectura colonial, el diseño y vestuario de personajes, incluso el paisaje son claramente mexicanos, que es tanto como decir que para Denny O'Neil todos los que hablamos español debemos de ser como ellos ven a esos pintorescos vecinos que tienen al sur de la frontera. Es decir: muy creyentes, atrasados, pueblerinos y contentos de que un gringo disfrazado de murciélago venga corriendo sobre nuestros techos de teja a resolver los crímenes de nuestras trastornadas autoridades civiles y religiosas.


Ahora me encuentro en la peculiar situación de leer ese tebeo ambientado supuestamente en mi país en el país en el que está inspirada su ambientación, con los diálogos que eran originalmente en inglés traducidos al español de México. Qué caos, ¿no? ¡Viva Batman!

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