Y vaya que si lo está.
No es que esté muy bien, es que está de puta madre, mucho mejor de lo que me podría imaginar.
Arrós Covat es un pequeño milagro: una serie de estructura completamente convencional que conserva el toque personal y original de su autor. O por decirlo así, la esencia de Juanjo Sáez modelada para hacerse accesible al gran público. Es muy graciosa, está muy bien hilada, y es muy ingeniosa en sus soluciones formales. Sólo espero que consigan venderla a una cadena nacional y dentro de poco la pueda disfrutar completa. El público se reía a carcajadas, y a mí me ha impresionado. Cómo te envidio, Juanjo Sáez.
Ha sido la tarde del talento, simple y llanamente. Primero, el de Juanjo Sáez, y luego el de Miguel Noguera, otro descubrimiento. No había visto ninguno de sus ultrashows, pero el de esta tarde ha sido deslumbrante desde el principio. Básicamente era un monólogo cómico acompañado de la proyección de dibujos del humorista, que éste iba comentando. Ha empezado como un número de comedia intelectual, pero en el buen sentido, con mucha altura, y no sé cómo ha acabado porque por problemas de horario me he tenido que marchar antes del final, pero el tío tiene presencia, sabe actuar y es inteligente.
Como Juanjo, talento puro. Da igual lo que hagan, por algún lado tiene que salir.
De verdad que le estoy sacando provecho a estas jornadas...
Añado: Al llegar a casa he hecho lo que hacemos siempre hoy en día, irme a buscar a Miguel Noguera en la red, y en su blog me encuentro de entrada con un vídeo donde habla de una película que vio de pequeño y que estaba protagonizada por un hurón. Bueno, yo diría que no era un hurón, sino una nutria, pero yo también vi esa película de niño y, aunque él lo diga de coña en su ultrashow, en mi caso es verdad: me causó un impacto tremendo, tanto que todavía no la he podido olvidar. Por supuesto que no tengo ni idea de qué película era, cómo se titulaba ni quién salía (sobre todo, quién interpretaba a la nutria... o al hurón), pero la sensación de horror indescriptible que me produjo algún sábado por la mañana de los años 70 todavía perdura. Noguera lo cuenta aquí:
3 comentarios:
Lo de Noguera fue apoteósico. Yo acabé con dolor de cara de tanto reir...
¡Pero no me aclaras si era un hurón o una nutria!
jaja...era un mapache, hombre!
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