viernes, 19 de octubre de 2012

EL APOCALIPSIS TAMBIÉN ES CULTURA

Hace unas semanas se publicó Nueva cultura del apocalipsis (Valdemar, 2012), un libro editado por Adam Parfrey y que he tenido el gusto de traducir.

Parfrey (1957) es una especie de investigador de lo marginal, lo radical y lo obsceno que lleva décadas poniendo en manos del público libros (y películas, y discos) procedentes del reverso más tenebroso de la subcultura norteamericana. En 1987 publicó la antología Apocalypse Culture, que también traduje y publicó Valdemar hace unos años con el título de Cultura del apocalipsis. En 1989 fundó su propia editorial, Feral House, y en 2005 añadió otro sello, Process Media. Parfrey es el típico personaje al que odian por igual los conservadores y los progresistas, las izquierdas y las derechas. Pero eso a él le parece bien, porque su intención es sobre todo ésa, provocar, hacer que nos sintamos incómodos y que pongamos todo en cuestión.

Desde luego, Nueva cultura del Apocalipsis es una lectura perturbadora. Empieza con un artículo sobre un proyecto para provocar el Segundo Advenimiento de Jesucristo a través de la clonación y continúa con la historia de Issei Sagawa, el japonés que se comió a una estudiante holandesa en París en 1981. A partir de ahí, el tono va subiendo. Algunos de los temas tratados en este volumen: canibalismo, conspiracionismo, guerra bacteriológica, asesinato en serie, asesinato en masa, darwinismo social, satanismo, pornografía, esclavitud sexual, pedofilia, necrofilia, nigromancia, masturbación, hermafroditismo, ufología, racismo, coprofagia y vampirismo. El artículo sobre Ted Kazczynski, Unabomber, es una joyita.

En fin, la lectura ideal para relajarse después de acabar Reproducción por mitosis. Ojos curiosos y estómagos fuertes.

3 comentarios:

Noiryaguara dijo...

¡Vaya! No sabía que existiesen ediciones hispanas de Apocalypse Culture y menos del nuevo. Muchas gracias por traducirlos y por la reseña :D Ojalá pueda conseguir algún día unos ejemplares.

elpablo dijo...

las cosas que me gustan a mí, claro.
loco, que has puesto 'los conversadores'! oye, que a lo mejor le odian, no digo ná.

Santiago García dijo...

¿Tú no sabias que los conversadores están mosqueadísimos con él, que no deja hablar a nadie?

Gracias por el aviso, corregido!