lunes, 9 de julio de 2012
DESTRUCCIÓN Y REVUELTA
Si no me equivoco, Journalism (Metropolitan Books, 2012), de Joe Sacco, se ha publicado en España incluso antes que en Estados Unidos (Reportajes, Random House Mondadori), pero no he leído demasiado acerca de este libro en mis recorridos por la blogosfera española. Sin duda, se me habrá pasado o no he sabido mirar, porque si ya nos hemos acostumbrado a los libros de Joe Sacco, precisamente ahora, entonces apaga y vámonos. Desde luego, Journalism no es una obra maestra como el inmenso Notas al pie de Gaza, pero es de todas maneras un trabajo excepcional. En este volumen, Sacco ha recopilado una diversidad de reportajes que ha ido haciendo a lo largo de todo el mundo durante la última década. Lo que le pueda faltar de profundidad y precisión, lo gana en la amplitud panorámica de los temas y escenarios tratados.
Desde La Haya hasta la India, pasando por Malta, Palestina, Iraq o Chechenia, estos reportajes son hijos de muy diversas circunstancias, y eso se refleja en su resultado final, que el propio Sacco valora y critica con admirable serenidad en un breve comentario de texto que acompaña a cada sección, y que sirve como privilegiado lugar de encuentro con las expectativas y limitaciones del autor que, honradamente, sale a hacer el mejor trabajo posible, y acaba haciendo aquello que le permiten las circunstancias. Si algo queda de manifiesto en este volumen es que en ocasiones la inmensidad de los problemas acaba por esterilizar la denuncia bajo un peso abrumador. También, que en todo el mundo la catástrofe se exhibe en escaparates regulados por una dinámica producto del enfrentamiento entre el poder y sus críticos, donde todo el mundo intenta manipular a la opinión pública a través de la seducción de los medios. ¿Es Journalism un libro sobre conflictos mundiales, o más bien es, como sugiere el título, un libro sobre el ejercicio de la profesión periodística?
En este volumen destacan tres relatos estremecedores, como dicta el tópico: el de Chechenia, el de la inmigración africana en Malta y el de la India, aunque personalmente mi favorito es «Down! Up!», la historia de una unidad de instrucción del ejército americano para la guardia iraquí. En su modesta escala, pone de manifiesto con claridad el mal de fondo que recorre muchos de los conflictos tratados en este libro: el choque entre modelos de vida completamente opuestos, las profundas diferencias culturales de sociedades (economías) que se rozan con la aspereza de una lija. Y lo hace llevándolo (¿involuntariamente?) a lo cómico, a través de un relato de tono más doméstico que en otros cuadros más ambiciosos que pinta Journalism.
Pero si en Journalism en última instancia la buena voluntad y la implicación del testigo comprometido que es Joe Sacco parecen desactivarse ante la perplejidad del horror que nos presenta, la llamada a la acción, o a la reacción, es por el contrario el móvil de Days of Destruction, Days of Revolt (Nation Books, 2012). Publicado al mismo tiempo que Journalism, este Days of Destruction, Days of Revolt es un libro curioso. Se trata de un texto del periodista activista Chris Hedges, acompañado de ilustraciones e historietas de Joe Sacco. Si Journalism ofrece una panorámica del horror a lo largo y ancho de todo el mundo, lo que hace Days of Destruction, Days of Revolt es volverse hacia el interior del conflicto, hacia el origen del mal, y buscar el rastro de la destrucción económica y social dentro de los Estados Unidos de América. Hedges y Sacco hacen así su propio Elogiemos ahora a hombres famosos, y al igual que en el clásico de Agee y Evans, el tono del texto es literario y de arenga, y tal vez también en este caso acaben siendo las imágenes las que preserven la obra para la historia.
Hedges y Sacco hacen su cata de la destrucción en cuatro puntos diferentes de la nación. Los indios de Pine Ridge, Dakota del Sur; la ciudad abandonada a las drogas de Camden (Nueva Jersey); la desolación de los pueblos mineros de West Virginia, y la esclavitud de los inmigrantes ilegales que se dedican a la recogida del tomate en Florida. Éste es el tipo de libro que te hace sentir culpable por comprar en el supermercado, y tal vez Hedges no necesitara exaltar tanto su tono para transmitir un mensaje con el que, de todos modos, sin ninguna duda la mayoría de sus lectores ya simpatizamos de antemano. El broche del libro es el paso de la destrucción a la revuelta, que Hedges y Sacco encuentran en el movimiento Occupy centrado en el parque Zucotti (Liberty Square) de Nueva York, interpretado como semilla de una posible (y necesaria) revolución. No puedo evitar pensar que es irónico que la llamada a la resistencia contra el poder económico-político-militar no pueda evitar a su vez la caída en el americentrismo: los antecedentes de Occupy en los indignados del 15M, por ejemplo, son limpiamente ignorados.
Aunque me sobran las soflamas y la demagogia -por reflejo, siempre me producen rechazo, incluso cuando estoy de acuerdo con el argumento-, Days of Destruction, Days of Revolt ofrece un puñado de relatos muy potentes literariamente, y es indudablemente uno de esos libros que a uno le sirven para ponerse de mala leche o deprimirse, depende del carácter de cada cual o de la tarde que tenga. Luego, ya, cuando nos hemos tomado un café de comercio justo y se nos ha pasado, nos tumbamos en el sofá con el último Before Watchmen y volvemos a cabrearnos y a darnos cuenta de que, gracias a Dios, motivos para la indignación hay muchos en el mundo.
Más:
Algo reciente sobre Joe Sacco en Es muy de cómic.
Notas al pie de Gaza, en Mandorla.
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2 comentarios:
En la blogosfera no sé, pero en los medios generalistas sí se le ha prestado bastante atención (El País, ABC, El Periódico, en TVE, etcétera).
Así ha sido, lo que es significativo sobre qué interesa al "mundo real" o generalista, y qué interesa dentro del mundillo del cómic. Ya pasó algo parecido con el Notas al pie de Gaza. Salió mucho en medios generales e incluso entró en la lista de mejores libros del año de Babelia (tal vez alguien dirá que esa lista es "elitista", cuando la realidad es que lo que sale en Babelia influye mucho en las cifras de libros más vendidos en términos absolutos en España).
Entretanto, ese año el Notas al pie de Gaza no estuvo ni siquiera nominado a mejor obra extranjera en el Salón del Cómic, unos premios que votamos los profesionales, así que no podemos echarle la culpa a nadie salvo a nosotros mismos.
http://www.ficomic.com/NOTICIES/detall.cfm/ID/1591/T/nominaciones-los-premios-salon.html
Ese año ganó Los muertos vivientes, por cierto.
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