Matt Groening y Gary Panter, retratados por Reverend Aitor,
uno de los artistas presentes en la exposición.
No pude evitar la comparación entre «What Makes Us Smile?» y el primer número del fanzine ¡Caramba!, en el que participé junto a Javier Olivares. Tanto la exposición como la publicación tenían como tema central la risa y sus mecanismos. La muestra estaba dividida en apartados temáticos. Por ejemplo, había una sección dedicada al humor y la religión, otra al humor negro, dominada por los escalofriantes cartoons de John Callahan, una tercera al humor y el miedo o lo monstruoso, y, en fin, una dedicada al eje fundamental del humor, su más universal pieza: los pedos (en esta sala, los bancos para reposar estaban cubiertos de esos cojines que ventosean cuando te sientas sobre ellos, lo cual como es de imaginar provocaba el más estruendoso jolgorio entre los asistentes). No me extraña que un cartel a la puerta del museo proclamase orgullosamente que ésta había sido la exposición con más éxito del museo desde su fundación. Es una exposición variada, festiva y divertida.
«¡Esta ciudad no es lo bastante accesible para los dos!»,
uno de los cartoons de John Callahan expuestos.
Lo que más me llamó la atención en la comparación con la perspectiva que adoptaba ¡Caramba! era la amplitud de miras de «What Makes Us Smile?» Desde los pigmeos hasta los rollos japoneses, todo tenía cabida dentro de la muestra, siempre que tuviera relación con la hilaridad. La muestra cortaba en diagonal por lo artístico, lo antropológico y lo sociológico, y planteaba con gran potencia la idea de la universalidad y naturalidad de la risa. De pronto, me di cuenta de que en ¡Caramba! habíamos cubierto apenas un rinconcito del enorme cosmos del humor, el rinconcito donde trabajan los humoristas gráficos de una tradición cultural concreta. Y en ese sentido, la exposición tuvo para mí un valor de inspiración: levanta la nariz del tablero de dibujo y mira al resto del mundo. Está lleno de cosas graciosas, porque la risa forma parte de todo lo que hacen todas las personas en todas las partes del mundo y en todas las épocas de la historia. La risa nos redime, sin ella no valemos nada. Lo más valioso que me traje a casa fue una cita de Golda Meir: «No sea tan humilde; no es usted tan importante», le dijo a un diplomático que la visitaba cuando era primera ministro de Israel.
The Stinker, de Tom Wilborn.
Tal vez fuera lo más importante, pero no lo único que me traje del museo. Recomiendo encarecidamente la visita al mismo, a su jardín de esculturas y al adjunto Jim Rouse Visionary Center, con su espectacular cabaret mecánico de autómatas, recomiendo encarecidamente la visita a su restaurante, Mr. Rain's Fun House, y recomiendo encarecidamente la visita a su deliciosamente absurda tienda, The Sideshow, donde se pueden encontrar desde gafas de rayos X hasta tostadoras que graban la imagen de la Virgen en el pan, pasando por imanes para nevera de Charles Burns. Y también algún libro curioso del que espero ofrecer muestras en Mandorla a la mayor brevedad posible.
3 comentarios:
En un caso de feliz coincidencia casual, Pepo Pérez también habla hoy del humor, y no sólo una vez, sino dos, aquí http://pepoperez.blogspot.com/2011/09/la-satira-tiene-mucho-peligro.html y aquí http://pepoperez.blogspot.com/2011/09/los-limites-reales-de-la-libertad-de.html
Gran gran frase de Golda Meir XD.
Que gran post!
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