Habría mucho que decir sobre Before Watchmen, el invento que DC se ha montado este año para adecentar un poco los libros de cuentas, y tal vez lo diga más adelante, si reúno las ganas, encuentro la inspiración y saco el tiempo necesario para hacerlo. De momento, sólo quiero llamar la atención sobre un detalle que me ha sorprendido.
El número 2 de Before Watchmen: Nite Owl aparece en las tiendas empaquetado en una bolsa de plástico. Qué raro, pienso, si ningún otro va retractilado. ¿Es una edición especial? ¿Incluye algún objeto coleccionable suelto, tal vez un cromo o algo así que se pueda perder? En principio, nada indica que sea distinto de los demás, sólo la extraña bolsa de plástico que lo protege del público hojeador.
El secreto está en el interior. Nada más empezar, el Búho Nocturno y Rorschach persiguen a unos bandidos genéricos y se dan de bruces con una escena de sadomaso protagonizada por una enmascarada que como único disfraz lleva, precisamente, la máscara.
No hay otra explicación posible: la bolsa protege a los lectores de la visión de las viñetas viciosas. O tal vez proteja a los libreros. O tal vez proteja a la editorial. Cuando el miedo corre libre, no conoce dueño. Quién sabe cuál es la extraña dinámica que anima los mecanismos de este proyecto editorial que, basado en una novela gráfica para adultos de hace un cuarto de siglo, parece decidido a ser más explícito aún que el original en la presentación de temas adultos ya que, al fin y al cabo, está destinado a lectores muy adultos. Más adultos que los del Watchmen original, presumimos, puesto que probablemente son los mismos, con 25 años más. Pero ojo, como es un tebeo, y aún más, un tebeo de superhéroes, hay que envolver estas páginas en una caperuza profiláctica, no sea que algo malo se derrame de ellas y se pegue al inocente público infantil de los superhéroes.
¿De verdad cree DC que un niño se va a interesar por Before Watchmen? ¿De verdad creen que todavía entran menores de edad en las librerías de cómics?
Lo más divertido del caso es que el argumento de otra de las series de Before Watchmen, la titulada Minutemen, gira precisamente en torno a la tensión entre la imagen comercial de los superhéroes como iconos infantiles y su desplome al confrontarlos con un planteamiento realista. Así que en Minutemen, lo que parecía un metacomentario del Watchmen original podría entenderse ahora como un metacomentario de su propia serie contemporánea, Nite Owl.
En su inmensa confusión, en su ciega torpeza y en sus grandiosas contradicciones, Before Watchmen puede acabar siendo mucho más de lo que se anunciaba, es decir, mucho más que el mecanismo definitivo para acabar de una vez con todas con el Watchmen original. Before Watchmen puede acabar siendo el más fiel y vivo retrato de la crisis (¿final?) que viven hoy en día los cómics de superhéroes mainstream.
Pero ya hablaremos de eso más adelante. Si toca.
3 comentarios:
"¿De verdad creen que todavía entran menores de edad en las librerías de cómics?"
Realismo devastador.
Watchmen puso el punto final simbólico a los superhéroes, así que parece apropiado que Before Watchmen lo haga materialmente. Igual es así...
Yo creo que es porque cada estado tiene sus propias leyes sobre "material indecente" y en algunos son bastante profilácticas. Lo malo no son las tiendas de comics, como dices pocos menores se ven en ella, sino si quieren vender los cómics en ciertas grades superficies que exigen también esto (recuerdo alguna revista general tipo Newsweek teniendo que embolsar con material oscuro una portada demasiado sugerente o impactante para Walmart). Así que DC decide empaquetar todo que cuesta poco y les evita las madres lanza biblias y los omnipresentes lawsuits.
Y que toque hablar de la crisis final que yo aun no me he leído ni uno. Igual me espero a la edición especial con tapa dura y extras miles más fotos del cagefight entre algunos autores y críticos
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