martes, 19 de marzo de 2013

LA HISTORIA DE MARVEL

Supercómic no va a ser el único libro sobre cómic en el que he participado que se publique en las próximas fechas. Para este mismo mes de marzo, Panini anuncia Marvel Comics: La historia jamás contada, de Sean Howe, un libro que he tenido el gusto de traducir, y que no debería pasar por alto ninguna persona interesada en la historia de este medio.

Debo decir que cuando me propusieron traducir Marvel Comics: The Untold Story, me sorprendió. Panini es la editora en España de Marvel, y por lo tanto, si bien parece normal que sienta interés por divulgar la historia del sello norteamericano, uno también esperaría que se inclinase por difundir una versión canónica y oficial del mismo, una historia acorde al viejo discurso institucional de la alegre Casa de las Ideas donde Stan Lee daba origen a una mitología moderna ayudado por sus talentosos y felices colaboradores, con Jack Kirby y Steve Ditko a la cabeza. Algo informado, sí, pero con un claro sesgo pro-empresa. Así que digo que me sorprendió que Panini quisiera publicar esta Historia jamás contada porque el libro de Sean Howe es todo menos eso. Es una historia realista, veraz y desacomplejada, que cuenta las cosas desde múltiples puntos de vista -el de la empresa, sí, pero también el de los muchos colaboradores que entraron y salieron de ella a lo largo de las décadas, no siempre en los mejores términos-, y es una historia donde personajes clave como Stan Lee quedan retratados con la cantidad de complicados matices que se podría esperar de lo que solemos llamar una figura polémica. En resumidas cuentas, la historia jamás contada que se relata aquí no siempre es bonita. Diría que en ocasiones es incluso deprimente. Pero es reveladora, y creo que es muy valiente por parte de Panini haber decidido publicarla.

Este libro no está escrito para el público aficionado, sino para el público general. Yo lo he visto en las mesas de novedades de Barnes & Noble entre la biografía de Lincoln y No Easy Day, y Howe ha trabajado para medios mainstream como Entertainment Weekly. Es decir, que no está planteado ni escrito para Marvel zombis. Yo, por otra parte, ya tenía un conocimiento bastante amplio y asentado de la historia de Marvel antes de abordar esta lectura. Vamos, que estoy más cerca del Marvel zombi que del curioso casual. Y, sin embargo, la he disfrutado muchísimo. No sólo por la cantidad de información nueva que aún así me ha aportado (especialmente de la última etapa de Marvel, la relacionada con los grandes negocios financieros de los 20 últimos años), sino sobre todo por cómo se relacionan las distintas fuentes y datos en un relato donde el entramado entre creatividad, autoría, economía y empresa es inseparable. Creo que ésa es la única manera de hacer historia cultural en cualquier caso, pero aún más en el de una entidad como Marvel que, como editorial, no se limita a ser la intermediaria entre los autores y el público, sino que es de hecho la generadora del producto desde el primer instante, la fuente y referencia cultural de la que mana la producción del historietista contratado y a la vez el vendedor final del mismo. En Marvel -y podemos tomar a Marvel como ejemplo del modelo tradicional de cómic industrial- lo creativo y lo económico no son dos pasos separados de la producción: son un solo proceso. Por eso Howe hace bien en explicarnos no sólo las idas y venidas de guionistas y dibujantes, sino también los cambios en la dirección y propiedad de la editorial, que poco a poco ha ido siendo engullida por conglomerados mediáticos cada vez más descomunales.

Como relato novelesco, Marvel Comics: La historia jamás contada es apasionante. Quien haya leído Moteros tranquilos, toros salvajes, el libro donde Peter Biskind hacía la crónica de Hollywood durante los 70, reconocerá el mismo esquema de sucesión generacional. Los Jack Kirby y Steve Ditko serían los equivalentes a John Ford y Howard Hawks, los viejos maestros profesionales que a finales de los 60 ven cómo su modelo va siendo sustituido por un influjo de psicodelia y realismo sucio revolucionario. En parte podríamos decir que los Steve Gerber, Steve Englehart y Jim Starlin que llegan entonces serían los Hal Ashby, Jack Nicholson y Francis Ford Coppola del cómic de la era del Vietnam, y que fueron posteriormente barridos por la eficacia comercial de Jim Shooter, Chris Claremont, John Byrne y los megacrossovers de los 80 como aquel cine fue barrido por Steven Spielberg, George Lucas, Robert Zemeckis y las franquicias fílmicas. Pero esta Historia jamás contada va mucho más allá, porque empieza en los años 40, y permitirá a muchos descubrir a figuras tan pintorescas como Martin Goodman, el fundador de la editorial, y a dibujantes como Carl Burgos y Bill Everett, que pusieron los cimientos de su futuro con Namor y la Antorcha Humana (la Edad de Oro de Timely sigue siendo una de las cuentas pendientes más grandes que tiene el lector español), y alcanza hasta nuestros días y los últimos procesos de sinergias que estamos viviendo alrededor del concepto «propiedad intelectual».

Según leo, la edición española añade un capítulo extra al texto original, donde Alejandro Martínez Viturtia y Julián M. Clemente (los dos máximos responsables de la edición de Marvel en España ahora mismo) revisan la historia de la editorial norteamericana en nuestro país.

El libro de Howe no incluía originalmente ninguna ilustración. Para compensar esa carencia, el autor tiene un blog dedicado exclusivamente a imágenes de la historia de Marvel. Es una verdadera maravilla, un tesoro de fotografías y dibujos raros, insólitos, sorprendentes y muy significativos, donde perder horas sin fin:

Marvel Comics: The Untold Story


9 comentarios:

David dijo...

mmm.. Vale. Creo que lo pillaré. También podías decir por qué no incluía originalmente ninguna ilustración. Y es que supe de este libro hace nada por una entrada en un blog vecino que pensé hasta en traducir (me pudo la pereza):
http://mayersononanimation.blogspot.com.es/2013/03/careful-youll-hurt-disneys-feelings.html

Lo de que al final vayamos a desconfiar de los libros de Marvel o Disney que contengan imágenes me da casi pena. Y pienso que... bueno, que me parece una política de empresa ridícula. Pero como me comentaba un amigo, es como se funciona ya en estas corporaciones.... Igual a alguien que está arriba en Disney le parece fatal lo de DeRosa, o el problema del libro de Kimball... pero es que igual ni lo saben.
Yo tengo una maravilloso sobre gente de Disney que trabajó en el arte conceptual de las pelis clásicas. La verdad es que casi todas las historias sin excepción son bastante tristes y amargas en ocasiones (las vidas)...pero joder! si fue así, prefiero que me lo cuenten. ¿Qué pasa? ¿Que ahora si contamos las cosas malas la compañía no participa?
En fin, me parece genial que el autor decidiera que fuera sin imágenes y que la red sirva para que lo haga. Vamos, que comparto la opinión de Mayerson.
Los libros de Biskind los leí en su día...quitando un poco el tono un poco eeeh...¿amarillito? en ocasiones...son superamenos, es verdad. jo! Con lo de los Weinstein y Bertolucci saltando del coche cuando los otros le dicen que han cortado la de Buda (lo que me pude reír).
Perdón por el rollo que he soltado.
Un saludo.

Santiago García dijo...

Muy buena aportación, David, gracias.

La verdad es que no sabía por qué no llevaba imágenes el libro. Sospechaba que podría ser por esta razón, o simplemente por no pagar derechos por las imágenes. También hay que tener en cuenta que el libro ya son casi 500 páginas tal como está. Imagínate con ilustraciones.

Por otra parte, a veces las circunstancias fuerzan soluciones mejores. En este sentido, este libro es muy de nuestros días. OK, Howe quería meter 20 imágenes, bien. Pero, dada la extensión y riqueza del tema, ¿20 imágenes habrían aportado muchísimo? Con este sistema, sin embargo, tenemos un texto completo en papel y una fuente inagotable de imágenes en internet que nunca podría haber llegado a las páginas del libro con semejante exuberancia. En cierta manera, es como si "La Historia Jamás Contada" nunca se acabara.

Por otra parte, yo hace tiempo le doy vueltas a la idea de: ¿es que todos los libros sobre cómic tienen que tener dibujos? En cierta manera, creo que esa ausencia de imágenes le da otra dimensión al texto.

Lo que no quiere decir que si mañana sacan la edición ilustrada de 1.000 páginas, correré a comprármela el primer día, ejem...

David dijo...

Jajaja (eso es por tu última línea).
Yo creo que los libros sobre cómic o cine o sobre cualquier tipo de arte visual están bien si se acompañan de imágenes. Vale. A veces puede no hacer falta o le dan esa dimensión que mencionas (no he leído aún el de Howe, igual no hacían falta en ese caso)...pero en otros, si el escritor describe o comenta, qué sé yo, un plano, una secuencia, una viñeta, la composición de una página... pues si puede acompañarla de imágenes, le da mayor una riqueza, porque puedes contrastar de algún modo.

A mí, la solución de Howe me parece adecuada, o lo que también hizo Don Rosa, "No me lo publicáis. Vale, lo cuelgo en la red". Pero lo ideal sería...quiero decir... el texto de Rosa en el libro, y las imágenes que Howe quería en prinicipio, pues igual.

Otro saludo.

Robur dijo...

El libro de Howe funciona bastante bien sin imágenes, aunque hay partes en que te quedas con bastantes ganas de ver una portada o una foto. Es curioso porque hay páginas en que describe viñetas y secuencias incluyendo los diálogos bastante bien, pero claro una reproducción hubiera sido perfecta.

Creo que aparte del problema de los derechos, leyendo el libro llegados los 70 hay un pleito cada 5 paginas con lo que las ganas de meterse en ciertos temas de derechos deben ser muy pocas, el libro no esta escrito con afán enciclopédico o divulgador. Es una crónica periodística dedicada a Marvel como compañía y a los que allí trabajaron como podría haberse dedicado a Apple o a Disney (bueno Disney sale un poco).

Precisamente es lo que más me llamó la atención del libro, lo mucho que se centra en el funcionamiento de la compañía y la poca hagiografía presente en las páginas. La sensación general que me dio es de tristeza, no ya por los sabidos problemas de derechos de autor, sino por la falta de interés alguno en hacer un producto de calidad casi de principio a fin. Los destellos de evolución y de cierta libertad autoral son escasos, la época de los 70 hasta el Shooterato es una de las que mas me llama la atención y de la que he leído muy poco, y el sistema editorial respondía en la mayoría de los casos a los caprichos de personalidades endiosadas o, generalmente, a la pura explotación de cualquier cosa que diera dinero ya.

De cualquier modo un libro muy recomendable, yo lo acabo de terminar y me lo he leído en un suspiro sin ser particularmente aficionado al genero superheroes.

Pepo Pérez dijo...

A mí la parte de los setenta es de las que más me han fascinado. Como bien dices, Robur, o eso te he entendido, Howe aporta un montón de detalles sobre esos años que arrojan nueva luz sobre el periodo.

Tengo muchas ganas de leer tu traducción, Santiago, enhorabuena por la parte que te toca. Y a Panini por publicar en España este estupendo libro, una lectura apasionante.

Santiago García dijo...

Yo diría que Howe siente debilidad por los 70, e incluso que otorga una importancia a Steve Gerber que podría parecer excesiva. Pero a lo mejor tengo que recalibrar un poco mis criterios. Desde luego, lees el libro y te dan ganas de revisar todas las épocas. Hasta la de Shooter.

Bueno, los 90 tal vez no.

Jordi Bravo dijo...

Por si a alguien le interesa: reciente entrevista en tres partes al dibujante Tony Salmons donde repasa su periodo en la Marvel de Shooter y las mamonadas que se gastaban:

http://www.factualopinion.com/the_factual_opinion/2012/05/tony-salmons-interview-pt-1.html

El antipático dijo...

Advenedizo rememorando:

http://hyperbole.es/2013/03/los-superheroes-en-los-80/

Sr. Ausente dijo...

Lo empecé a leer anoche y no he apagado la luz hasta las tres de la mañana.