martes, 7 de agosto de 2012

OCCUPY BATMAN: UN APÉNDICE


La entrada que escribí sobre The Dark Knight Rises dio lugar a una bonita discusión con muchos participantes, y a mí me sugirió toda una serie de ideas que me dan vueltas en la cabeza desde entonces. Ninguna sobre el posible mensaje político de la película, por cierto. Sin embargo, ha sido esto lo que ha capitalizado la mayor parte de la discusión en Mandorla y en todas partes, y como reconocimiento a este interés, quiero hacer esta pequeña coda donde recoger algunas de las interpretaciones de la película que muestran cómo se celebra o condena según el autor se sitúe a la izquierda o a la derecha del paisaje político. Sirva eso como sustituto de la secuela de aquel post que de verdad me gustaría escribir y que no tengo tiempo para abordar ahora mismo. Agradezco sus avisos a Juanvi en los comentarios de este blog, a José Enrique Machuca en twitter, y a Pepo Pérez en este blog y por privado. Y, por supuesto, a todos los que animaron el debate en Mandorla.

De izquierda a derecha:
No necesitamos superhéroes, en Workers World.
Batman como héroe de cuento de hadas para el 1%, en Socialist Worker.
Batman y la libertad, en Liberalismo y relaciones internacionales.
Batman combate la política del resentimiento, en The Wall Street Journal.

Y no os perdáis la entrada que le dedica Pepo en Es muy de cómic y el debate generado por la misma: Alzamiento.


8 comentarios:

Pepo Pérez dijo...

«El mensaje es que, aunque sea injusto, el statu quo es mejor que las alternativas.
Pero la película también nos ofrece una ventana a la ansiedad de las clases dominantes. En todo el mundo, las masas están despertando.
El 1%, siempre ha presentado la revolución como un atajo a la tiranía. Pero para aquellos que han participado y han sido inspirados por los movimientos de los últimos años, este cinismo les parecerá completamente ridículo. Ellos ofrecen una visión mucho más optimista del futuro que la presentada por el hombre murciélago».

Jonny Jones, de una de las reseñas que enlazas, en Socialist Worker:

http://www.socialistworker.co.uk/art.php?id=29164

Pepo Pérez dijo...

«El libre mercado nos levantan a todos. Las "revoluciones" del pueblo conducen inevitablemente a la tiranía. El perdón y la autosuperación redimen a la sociedad, mientras que las extorsiones de amargados en el nombre de la "justicia social" la envenenan. Ninguna de estas simples verdades están ocultas en la película. Por eso los críticos de izquierdas de ambas costas han reaccionado a la película con la misma ceguera voluntaria con la que ven la historia».

Andrew Klavan, en The Wall Street Journal:

http://online.wsj.com/article/SB10000872396390443343704577551504216719494.html

Santiago García dijo...

En realidad, izquierdas y derechas coinciden en la interpretación, sólo varía la valoración.

Anónimo dijo...

Personalmente pienso que es un tema bastante complejo, y tengo problemas a la hora de aceptar la interpretación de uno y otro bando.

De entrada no comparto lo que mentan en el articulo de Workers World acerca de ridiculizar el disfraz de super-héroe. Como señala Grant Morrison en "Supergods", el tema de las mallas por encima de los calzoncillos se debe a que es la indumentaria de los "forzudos" del circo de la época. Nos parece ridículo ahora, claro, pero en realidad en su orígen fue un símbolo de fuerza.

Mi lectura va por ahí: hay un conjunto de fuerzas arquetípicas que en último término trascienden (hasta cierto punto) las ideologías políticas. He llegado a pensar que incluso hay un componente muy subversivo en TDKR.

Batman y Gotham son, pienso, símbolos de la civilizacion, que a su vez provienen de las sociedades agrícolas, que se caracterizan por la acumulación de excedente alimentario (en contraposición a sociedades de cazadores/recolectores/nómadas). Incluso en la sociedades más igualitarias socialmente existen desigualdades: por ejemplo, en muchas tribus de cazadores recolectores quien es capaz de proveer más carne acaba contrayendo matrimonio con más mujeres. Pongamos que la desigualdad es inherente a la condición humana y tenemos al personaje de Bruce Wayne.

Otra cosa es que, dentro de estas desigualdades inherentes, exista una sensibilidad hacia la "justicia social". Y Wayne la tiene (como en el mundo real la tuvieron Marx o Bakunin o Kropotkin, por ejemplo). En la película se le representa claramente como antagonista del lobby empresarial que en un principio financia a Bane (hay facciones dentro del 1%). También se opone al discurso caritativo como motor narcisista de la alta sociedad. (nótese también que las
instituciones aparecen como plagadas de inútiles, mentirosos y corruptos).

(sigue)

Anónimo dijo...

(viene)


Por otro lado, hay una contínua infiltración de temas chamánicos en toda la trilogía (esto es una característica más de cazadores-recolectores): los estados alterados de consciencia son recurrentes en la primera película --el loto azul, la leyenda urbana del LSD arrojada al sistema de distribución de agua de la ciudad. Y el tema "chamánico" también aparece en subsecuentes entregas: la guerra del joker es en último término mágica (lucha "por el alma de la ciudad", y no olvidemos la lectura de Colin Wilson de los psicópatas como una recreación desviada del chamanismo), lo mismo que La Liga de las Sombras, con el villano experto en alquimia y con una ideología que radica en último término en la ecología profunda --pueden leerse las constantes referencias a detonadores y bombas como ecos del Unabomber, que experimentó su conversión de matemático a ecoterrorista tras vivir ciertas experiencias de carácter animista.

Batman es un héroe del inframundo, y es quizás la constelación de estos temas en la trilogía lo que la hacen, en mi opinión, la más profunda de las adaptaciones que han aparecido en el cine.

Hay una constante violación de límites en las películas --la relación complementaria de Batman y el Joker, o la que me parece más apasionante de todas, la de Catwoman con Batman, en donde se hace explícito un tío de temas que suele ser tabú en la cultura judeocristiana: mujer, sexo y dinero. Hay toda una corriente ctónica imbricada en estos temas que escapa al análisis ideológico, y es en la última película en donde Batman se deja absorber más por estas fuerzas. Se ve obligado a reconocer el amor moralista/cristianoide de Rachel como una mentira y entabla una relación que hace explícito el discurso de la lucha de clases pero que a la vez lo transciende. "Siento que le hayan quitado su dinero, señor Wayne", le dice Rachel a Wayne. ¿Está Rachel obedeciendo aquí a un ctónico imperativo biológico que le impele a favorecer al que más puede proveer en ese momento, a, digamos, más piezas ha cazado?

Con todo, Batman se resiste a morir y renace una y otra vez, y sí, me da dentera el final en el que acaba crucificado en la Batnave, o como se llame. Pero creo que el juego de Nolan es mucho más ambiguo que las lecturas que se puedan hacer desde uno y otro lado del espectro político, aunque quizá todo sea un pajote mental mío de dimensiones gigantescas.

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addendum -- en todo este contexto que he intentado esbozar, el papel del 99% aparecería como secundario. Puede que la razón sea porque precisamente aparece como masa, porque ha superado el número de Dúnbar: carece --por definición-- de suficiente individualidad como para participar de esta guerra mágica.
Como decía RAW, «la frontera entre lo Real y lo Irreal no es fija. Sólo marca el último lugar donde bandas rivales de chamanes lucharon entre sí hasta que se tomaron un descanso». En este sentido, Robin da el paso y entra en esta lucha.

Santiago García dijo...

Gracias por tu comentario, Reverendo, me ha resultado una lectura apasionante y refrescante, por lo novedoso del punto de vista. Me ha recordado a John Zerzan, que no es alguien a quien hubiera relacionado nunca con un análisis de The Dark Knight Rises. Da que pensar.

Pepo Pérez dijo...

Lo mismo digo. De repente veo la foto del rodaje que ilustra este post con otro sentido...

Anónimo dijo...

Gracias pepo y santiago, me habéis animado a escribir algo más largo sobre el tema, aunque lo haré cuando salga el dvd de TDKR porque soy bastante friki y me da dentera hacer las capturas de pantalla con la versión screener :-)

Santiago, acerca de Zerzan coincido en algunos críticos han señalado, que se deja llevar demasiado por fantasías primitivistas --aparece como una especie de fundamentalista del primitivismo, lo cual interpretan muchos como una visión judeocristiana/apocalítica maquillada. Incluso Jorge Reichmann se atrevía a sugerir, en un tono jocoso y descreído, que si adoptásemos una visión conspiranoica del mundo no sería aventurado pensar que a Zerzan lo ha puesto la CIA en donde está.

Personalmente encuentro mucho más profundo y equilibrado el discurso de Morris Berman --otro matemático que se metió en el mundo animista, pero que lanza sus bombas a la sociedad en forma de unos libros fascinantes. En concreto, y mi lectura se basa mucho en ellos, la trilogía de la consciencia es especialmente recomendable, sobre todo los dos últimos: "Cuerpo y espíritu" (mala traducción de "Coming to our senses") y "Una historia de la consciencia" (peor traducción de "Wandering God").