El asunto es que yo también he dicho muchas veces que si hubiera habido cuando era niño los muñecos que hay hoy en día, habría alucinado. Yo dibujaba sobre papel y coloreaba mis superhéroes favoritos, los pegaba sobre cartón y los recortaba. Luego jugaba con ellos. Vale, ahora vamos a lo de que eso estimulaba más la imaginación y bla bla bla...
Lo que pretendo decir es que esta entrada me plantea muchas preguntas para las que no tengo respuestas. Ahí van algunas:
¿Hemos perdido como adultos la capacidad de maravillarnos con cosas como estas?
¿Son estos comics de superhéroes los que no son capaces de maravillarnos por carencias propias?
¿Asociamos el comic pijamero a la infancia o es que por mucho que pretendan presentarlo como un producto adulto siguen resultando infantiles?
¿Como adultos nos emocionamos con otras cosas que van más allá de tetas, músculos y lanzarayos?
¿Estamos demasiado acostumbrados a estas exhibiciones de espectacularidad y ya no nos afectan?
¿En realidad lo que nos gusta de los comics superheróicos entronca con la componente de nostalgia que tenga cada uno?
¿A mí me gustan básicamente Los 4F de Kirby porque es lo que leía de niño y a usted le pasa lo mismo con Daredevil de Mazzucchelli?
¿Pasará lo mismo dentro de 30 años con los lectores actuales de Civil War, pongamos por caso?
Buenas preguntas todas ellas, Fran, y yo también me las hago, ¿eh? De hecho, hace tiempo que quiero escribir algo al respecto, porque me parece un tema con mucha miga. A ver si un día de estos encuentro la tranquilidad suficiente...
5 comentarios:
¿No es significativo que diga usted precisamente "de niño"?
Hombre, es que es así. De hecho, el escaparate lo vi el otro día y mi cabeza sigue intacta. Al menos por fuera.
El asunto es que yo también he dicho muchas veces que si hubiera habido cuando era niño los muñecos que hay hoy en día, habría alucinado. Yo dibujaba sobre papel y coloreaba mis superhéroes favoritos, los pegaba sobre cartón y los recortaba. Luego jugaba con ellos. Vale, ahora vamos a lo de que eso estimulaba más la imaginación y bla bla bla...
Lo que pretendo decir es que esta entrada me plantea muchas preguntas para las que no tengo respuestas. Ahí van algunas:
¿Hemos perdido como adultos la capacidad de maravillarnos con cosas como estas?
¿Son estos comics de superhéroes los que no son capaces de maravillarnos por carencias propias?
¿Asociamos el comic pijamero a la infancia o es que por mucho que pretendan presentarlo como un producto adulto siguen resultando infantiles?
¿Como adultos nos emocionamos con otras cosas que van más allá de tetas, músculos y lanzarayos?
¿Estamos demasiado acostumbrados a estas exhibiciones de espectacularidad y ya no nos afectan?
¿En realidad lo que nos gusta de los comics superheróicos entronca con la componente de nostalgia que tenga cada uno?
¿A mí me gustan básicamente Los 4F de Kirby porque es lo que leía de niño y a usted le pasa lo mismo con Daredevil de Mazzucchelli?
¿Pasará lo mismo dentro de 30 años con los lectores actuales de Civil War, pongamos por caso?
En fin...
Buenas preguntas todas ellas, Fran, y yo también me las hago, ¿eh? De hecho, hace tiempo que quiero escribir algo al respecto, porque me parece un tema con mucha miga. A ver si un día de estos encuentro la tranquilidad suficiente...
De hecho, y después de leer la entrada pero antes de leer los comments, yo he pensado: "pues yo me tiraría ahora mismo". Y cumpliré 35 en abril.
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