sábado, 2 de mayo de 2015

BALTIMORE: EL ESCENARIO DE LA VIOLENCIA EN NUESTRAS PANTALLAS


El pasado viernes me pidieron desde elmundo.es mi visión personal, como residente, de lo que está pasando en Baltimore. El resultado fue esta columna de opinión: Baltimore: el escenario de la violencia en nuestras pantallas. 

Mi intención era ampliar un poco la cuestión desde este blog, pero como de momento no he tenido tiempo para hacerlo, por ahora enlazo el texto y si tengo la oportunidad más adelante ya volveré sobre la cuestión.

4 comentarios:

David dijo...

Me ha gustado mucho el enlace. Y creo que tiene cierto "parecido" con la impresión que tenía la gente de España acerca de lo que era vivir en Euskadi hace años. Como que aquí solo habría bombas y tiros.
Eso mismo planteó una vez una profesora hace años hablando de sitios como Palestina o Nicaragua u otros en los que había o se informaba de "conflictos" casi a permanentes... Como venía a decir la profesora, las noticias muchas veces solo informan de los muertos, la violencia...pero incluso en sitios así la gente tiene que vivir (o malvivir), se relacionará y hará su vida más o menos... No es lo mismo. En este caso me parece que lo de Baltimore se parece más a lo de Euskadi (que era "de risa" comparado con lo que debía ser Irlanda, pero que aquí se "equiparaba" continuamente).

Por otra parte, ya sabía que estabas encantado en Baltimore y que no era como "The Wire"...
Mi hija es fan del musical Hairspray y muchas veces salta a cantar lo de "Good Morning, Baltimore"... y me ha encantado leer lo de no saldrá la respuesta de los ciudadanos limpiando las calles arrasadas por los disturbios, o la concentración del miércoles por la tarde delante del ayuntamiento exigiendo justicia y paz"... Pero bueno, decir al menos que los informativos dijeron que la última manifestación tras la acusación tenía ya más un carácter festivo-popular que otra cosa.
Un saludo.

Santiago García dijo...

Muchas gracias por tu comentario, David, me alegro de que te haya gustado.

Lo de Euskadi lo he vivido, sí. En Madrid mucha gente pensaba que allí vivían en permanente estado de guerra y que era peligroso ir a Bilbao porque podía explotar una bomba en cualquier momento.

Ernesto dijo...

Tengo The Wire un poco olvidada, pero la sensación que me dejó no coincide con la imagen que trasladas al texto: serie monolítica en plan polis buenos y camellos malos con Baltimore como escenario de una orgía gratuita de violencia representada para el exclusivo deleite del espectador. No creo que The Wire sea esa serie, aunque imagino que el impacto tiene que ser forzosamente diferente para un espectador sin vínculos emocionales con la ciudad que para otro que como tú vive allí desde hace tiempo. Para mí, la serie no trata de Baltimore sino de un conflicto exportable a otras tantas ciudades de Estados Unidos que tiene como base la pobreza, el racismo y la corrupción, y creo que ese sustrato, a diferencia de lo que apuntas, se explica bastante bien, por eso nunca tuve la sensación de que The Wire pretendiera ser un retrato de una ciudad en particular, como por ejemplo sí es Tremé.

Y es verdad que The Wire es una serie muy alabada, pero me atrevería a decir que es muy alabada por muy pocos, y la razón de esa aceptación minoritaria no puede explicarse en la reproducción del modelo típico de héroes policías y sobreexposición de la violencia, rasgos que creo que brillan por su ausencia o son matizables hasta el límite de lo irreconocible: los policías, porque dan más de una cara en un mismo personaje, y aquí hay un retrato persona a persona que extrapolado al todo que es el cuerpo de policía hace imposible usar un solo adjetivo, que para mí no sería el de heroico aunque haya héroes, de hecho, creo que es la serie con más policías hijos de puta, incluso entre los “buenos”, que he visto en mi vida; y en cuanto a la violencia, existe, pero es atmosférica, electriza toda la trama, y cuando estalla, es como un relámpago, brilla un segundo y después se apaga. No hay glorificación ni espectáculo, la acción está rodada casi con desgana, no es Heat ni Grupo Salvaje, por eso me sorprende que uses The Wire como ejemplo de estética de la violencia, y ojo, estoy de acuerdo con el discurso de fondo, pero no con el ejemplo.

En cuanto a que no muestra esa otra ciudad que construye o suma, tampoco estoy de acuerdo, toda la trama de la escuela me parece paradigmática ya que ejemplifica el esfuerzo de parte de una sociedad por cambiar el discurso al que están abocados los niños negros y pobres (valga la redundancia), y no creo que sea un ejemplo menor ya que sirve de espina dorsal a toda una temporada. Y hay otros ejemplos: el del boxeador exconvicto que lucha por sacar chicos de la calle o la subtrama periodismo/corrupción de la última temporada.

De todas formas ya te digo que hablo de memoria, pero esa sensación flotante que tengo en la cabeza sobre lo que es The Wire se ha visto agitada de golpe con tu artículo, por eso te maldigo, porque me vas a obligar a ver otra vez las chorrocientas horas de metraje para averiguar si tú tienes razón y yo me he pasado de listo.

Un saludo y un placer leerte.

Santiago García dijo...

Gracias por tu comentario, Ernesto. Lo que planteas daría para una larga reflexión, pero lamentablemente las circunstancias no me permiten meterme en ello como correspondería. De todos modos, no quería dejar de agradecerte que te hayas tomado la molestia de leerme y contestar con tanta atención. Un saludo.