Hoy me ha llegado
Marvel Masterworks: The Amazing Spider-Man 13. Sin lugar a dudas, el tebeo más caro de mi vida. Incluye, entre otros, los episodios 121 y 122 de
Amazing Spider-Man, que a estas alturas de mi vida ya he debido de comprar, en diferentes formatos, unas veinte veces. Es decir: nunca he pagado tanto por un tebeo, y me temo que probablemente no sea la última vez que lo pague. Para quien no esté
enterado, esos son los dos episodios en que mueren la novia de Spiderman, Gwen Stacy, y su mayor enemigo, el Duende Verde, y se publicaron originalmente en 1973. Ante quien no estuviera
enterado, me disculpo por el spoiler con casi 40 años de retraso.
El volumen incluye una nueva introducción de Gerry Conway, donde se explaya sobre las circunstancias que rodearon a aquello que él mismo llama un Momento Crucial (Turning Point) en la historia del cómic norteamericano. Algunos extractos:
«Como he explicado en otro sitio (...), yo fui el primer guionista en hacerse cargo de Spiderman como encargo habitual cuando Stan Lee dejó de escribir cómics a jornada completa. Cómo y por qué la serie más importante de Marvel acabó en manos de un chaval de 19 años de Queens es una historia para otro momento».
«Lo que sí sé, sin embargo, es que en manos de otro guionista, con una personalidad diferente, tal vez más maduro, tal vez más sensato, las historias que conté en colaboración con John Romita, Gil Kane y Ross Andru no habrían sido contadas tal y como las contamos nosotros, y los cómics de hoy en día serían muy distintos, creativamente.
"Para empezar, tía May podría haber sido la víctima inocente que el Duende Verde arrojara desde el Puente de Brooklyn (¿o fue el Puente George Washington?), no Gwen Stacy.
"Harry Osborn podría no haber perdido a Mary Jane Watson como novia; podría no haberse convertido en el Duende Verde después de la muerte de su padre.
"El Castigador no habría nacido nunca.
"Y la Saga del Clon no habría hecho que la continuidad de Marvel fuera un lío en los 90.
"Sin la muerte de Gwen Stacy, ¿habría habido un Tony Stark alcohólico?
"Sin la caída mortal de Gwen, ¿habría conocido Daredevil a Elektra?
"¿Se habría vuelto tan oscuro Lobezno?
"¿Se habría vuelto gris Hulk?
"¿Se habría dejado barba Thor?
"¿Habría recibido el Capitán América una bala disparada por Ed Brubaker?»
«En ese punto [cuando empecé a escribir Amazing Spider-Man], John había trabajado con Spiderman más que nadie salvo Stan. Entendía a los personajes mejor que nadie.
"Y él quería matar a tía May».
[Como no estaba satisfecho con la idea de matar a tía May] «Ofrecí una víctima diferente, cuya muerte sería aún más inesperada que la de May Parker: la novia de Peter, Gwen Stacy.
"Tal vez os sorprenda a los que suponéis que el escándalo que siguió a la muerte de Gwen fue algo que esperásemos y que planeáramos, pero la verdad es que nadie -ni Stan, ni John, ni Roy [Thomas]-, nadie pensó que aquello fuera La Gran Idea».
«La reacción general en redacción fue el equivalente editorial a un encogimiento de hombros: claro, por qué no, vamos a hacerlo».
«Así que cuando llegó el momento de que Spiderman salvara a la chica que amaba de la muerte segura, me pareció natural que fracasara.
"Pero ni siquiera eso era suficiente.
"Mientras miraba los lápices de Gil, su preciosa representación, casi propia de un ballet, de la caída y del desesperado pero vano intento de Spidey de salvarla, me llamaron la atención dos cosas:
"Uno... No me parecía lo bastante dramático.
"Dos... Parecía algo a lo que debería de sobrevivir.
"Algunos personajes habían caído desde alturas mayores en los cómics y habían sido detenidos sin sufrir lesiones. ¿Entonces por qué Gwen no podía sobrevivir a una caída como ésta?
"Bueno, pensé, tal vez ya estuviera muerta cuando el Duende la tiró. Pero, si ya estuviera muerta, eso haría que el intento de Peter de rescatarla fuera absurdo, incluso patético: lo contrario de trágico. Y en cualquier caso, ¿por qué se molestaría el Duende en arrojarla desde un puente si ya estaba muerta para empezar?
"Así que decidí que no estaba muerta cuando cayó.
"Lo que significaba que había muerto durante la caída.
"¿Pero cómo? ¿Cómo podía matarla una simple caída, especialmente cuando el dibujo mostraba claramente que Spidey había conseguido atraparla...?
"...Por el tobillo.
"Nunca le pregunté a Gil qué pretendía dar a entender al hacer que la telaraña de Spiderman atrapara a Gwen por la pierna exactamente en ese punto, creando justo ese arco, con el torso y el cuello y el pelo arqueándose hacia atrás como si fuera un apóstrofe invertido. Con toda probabilidad, Gil solo estuviera intentando llevar a cabo un diseño elegante. Pero lo que dibujó tenía repercusiones desde el punto de vista de la física, y aún más importante, desde un punto de vista dramático y emocional.
"Spiderman se sentía atormentado por la culpa por no haber actuado [para salvar a su tío Ben], y por el conocimiento de que por no haber actuado alguien a quien amaba había perdido la vida. Ahora, mirando el dibujo de Gil, decidí mostrar que a veces, incluso un héroe que emprende la acción puede fallar a las personas a las que ama.
"A veces intentar hacer el bien es tan futil como no hacer nada en absoluto.
"A veces, las cosas malas suceden.
"Snap.»
Únicamente un breve comentario por mi parte: así es exactamente como funcionaba en su mejor versión el cómic industrial a la hora de producir arte. La autoría por comité crea áreas de exclusión donde el resultado final se eleva por encima de las expectativas y hasta el talento y las intenciones de aquellos que lo producen. Es una magia anónima que a veces produce hallazgos inalcanzables para el más brillante de los artistas individuales. Efectivamente, la muerte de Gwen ha sido un eje del cómic norteamericano durante décadas, y el hecho mismo de su muerte, el procedimiento específico que la produce, ha estado en el centro de todas las discusiones como un extraño mecanismo perverso imposible de desactivar, un elemento distorsionador innombrable, casi diríamos un punctum. Y es lo etéreo de la muerte de Gwen, lo inexpresado de la misma, su cualidad inaprensible e incomprensible -y por tanto inapelable-, lo que la convierte en una genialidad que no es obra de nadie, sino en un subproducto del proceso mismo, como un zarpazo del inconsciente que asoma en medio del estridente colorido chillón de la página pulp, un silencio enorme que oculta una verdad que pone en peligro todo el sistema del cómic americano. La muerte de Gwen pasa ante nuestros mismos ojos, y sin embargo, no la entendemos. No la vemos. Nadie podría haber escrito algo así, y, en efecto, nadie lo escribió. Era real, por tanto.
Un Momento Crucial verdaderamente, señor Conway.
Como homenaje a Gil Kane, un par de cosillas que aparecen también en este volumen.
Los lápices de la página 18 de Amazing Spider-Man #122 (la página donde muere el Duende Verde), que resulta muy interesante comparar con la versión finalmente publicada.
También, los lápices de la página 3 de The Amazing Spider-Man #123, que me parecen de una rara belleza tal cual, desnudos y sin textos. Compárese, de nuevo, con la versión acabada, aunque en esta ocasión no por confrontar los cambios, sino cómo se modifica el conjunto con el añadido de la tinta, el color y las palabras.
Más sobre el Spiderman de Gerry Conway, Gil Kane y Ross Andru: